La Cámara de Diputados nacional condenó ayer, en sesión especial, el atentado contra Cristina Kirchner. El oficialismo ya había difundido un texto del proyecto a votar, que incluía un pedido de esclarecimiento y una advertencia sobre la profusión de los “discursos del odio” que promueven el clima propicio para la violencia política. Pero, antes de que empiece la sesión, ante la negativa de toda la oposición de firmar un texto que incluyera esa advertencia, el Frente de Todos (FdT) optó por reducir a la mínima expresión la iniciativa y, de ese modo, consiguió que todos los bloques aceptaran rubricarla.
Luego del proceso de lavado, planchado y achicado, finalmente salió el texto que aprobó Diputados por unanimidad (185 legisladores presentes, sobre un total de 257), condenando el intento de magnicidio contra CFK. Unas 40 horas después del atentado, la Cámara baja se reunió en sesión especial para debatir exclusivamente el tema y los bloques consensuaron un pequeño texto que no superó las 50 palabras ni los 300 caracteres de extensión.
“Diputados expresa su enérgico repudio al intento de magnicidio contra la vicepresidenta. Manifestamos nuestra absoluta solidaridad con ella y su familia. Exigimos el pronto y completo esclarecimiento y condena a los responsables de este hecho lamentable, que empaña la vida en democracia”, sostiene el texto. Y culmina: “Exhortamos a la dirigencia toda y a la población a buscar todos los caminos que conduzcan a la paz social”.
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En una sesión que duró algo menos de dos horas, el grueso de las bancadas opositoras, luego de votar a mano alzada el proyecto, se retiró del recinto. Esa fue la actitud que tomó el PRO, de igual modo actuaron los representantes de la derecha liberal, los libertarios. La UCR, no obstante, con una presencia reducida de diputados, permaneció en el recinto hasta el final. El FdT tuvo presencia completa.
El último orador, el titular de la bancada oficialista, el rosarino Germán Martínez, valoró la sesión especial: “Nuestra respuesta debe ser de igual proporción, del mismo nivel que la gravedad del hecho que ocurrió con CFK”. Y agregó que “no era lo mismo una declaración o manifestaciones por las redes sociales”.
Siempre en palabras de Martínez, el atentado contra CFK “no se trató de un hecho meramente policial (como algunos oradores de la oposición, especialmente los libertarios, plantearon en el recinto) sino de un hecho político”, determinado por la investidura y trascendencia de la persona atacada. Es más: dijo que “se trata de un acontecimiento que modificará para siempre a la Argentina, ya nada será igual”.
Discordia
Respecto de la expresión de la discordia, los “discursos de odio”, que JxC y el resto de las bancadas opositoras se negaron a rubricar, incluido el interbloque Federal (donde están los rosarinos Mónica Fein y Enrique Estévez, del socialismo y presentes en el recinto), Martínez preguntó: “¿Alguien tiene alguna duda de que pesan sobre Cristina discursos de odio?”. Antes había realizado un racconto de las persecuciones judiciales y mediáticas al peronismo en toda su historia.
Previo al rosarino, el radical Mario Negri planteó su visión sobre el grave hecho del jueves a la noche en el barrio porteño de Recoleta. Luego de expresar un “profundo repudio”, abogó por establecer las responsabilidades y los móviles de agresor, que deben ser investigados. “Y no mirar para el costado, como ocurrió con el caso (del fallecido fiscal Alberto) Nisman, Río Tercero, la Embajada de Israel y la Amia”. También se preguntó por el accionar de las agencias de seguridad encargadas de custodiar a la vicepresidenta, que habrían sido desbordadas al momento de producirse el atentado.
“La democracia es incompatible con el insulto, venga de donde venga, y con la idea de que «el violento siempre es el otro». Clausuremos el discurso donde el odio es el otro”, abundó el cordobés, en consonancia con todas las expresiones opositoras, en el sentido de equipararse con el peronismo en la responsabilidad de la grieta política que divide al país.