La expulsión o su intento, caracterizan la historia de la rosarina y legisladora santafesina Amalia Iris Sabina Granata. La ex modelo, figura de Playboy y participante del show televisivo Bailando, fue la primera expulsada en 2007 del programa Gran Hermano Famosos. Y como panelista de televisión, en 2018 fue también expulsada del programa Todas las Tardes por un polémico tuit sobre la muerte de una actriz. Ahora, algunos colegas de la Cámara baja provincial quisieron expulsarla del cuerpo, pero no pudieron. "No tienen los votos para echarme", dijo Granata quien encima se dio el lujo de amenazarlos al mejor estilo de un programa de chimentos: "No me busquen porque voy a empezar a hablar de sus amantes y chanchurrios (sic)”.
La actividad política de esta ferviente militante contra la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) siempre fue más conocida por sus tuits y por lo que dice que por lo que hace y en estos días fue nuevamente a la ofensiva.
Ante el intento de asesinato a la vicepresidenta Cristina Kirchner habló de "pantomima", pidió que suelten al agresor Fernando Andrés Sabag Montiel asegurando que es un "perejil” y posteó, para luego borrar el mensaje, que el agresor era un militante kirchnerista (Ignacio Barbieri), cosa que se comprobó no era así.
El filósofo Juan Giani, la psicóloga Marisa Germain y el diputado Carlos Del Frade analizan para La Capital el discurso de Granata, quien llegó a la Legislatura en 2019 con el respaldo de casi 300 mil votos.
Para Giani, Granata tiene un discurso "precario, agresivo y reaccionario" que levanta bandera en su oposición de la ILE, de manera "rudimentaria y fundamentalista".
El filósofo, ex concejal y ex sub secretario de Cultura de Rosario, desmenuza los calificativos al decir que "uno puede discrepar con opiniones, pero buscar buenos modelos de pensar y decir no es imposible a pesar de las diferencias".
En este sentido apuntó al politólogo Andrés Malamud, como alguien de centro derecha a las antípodas de su pensamiento, o a Eduardo Jozami, posicionado en la izquierda. También nombró a periodistas como Mario Wainfeld o Pablo Caruso, identificados con el Frente de Todos.
"Estas son todas personas inteligentes, con discursos más complejos y no dogmáticos ni agresivos. No todos los periodistas son Canosa, Leuco o Baby Etchecopar, también están Carlos Pagni o Fontevecchia, con quienes puedo no pensar lo mismo, pero sin dudas son más ilustrados. El problema es meter a todos los discursos en la misma bolsa, hay que salir de esa trampa".
Giani sostiene que "la clave de un buen dirigente y un buen político, es tener convicciones y explorar lo que tiene de verdad la convicción del adversario. Sé que es fácil decirlo y difícil hacerlo, pero hay que intentarlo", dice el filósofo antes de agregar que Granata no es eso. "Es una francotiradora, que representa con su discurso a un sector importante de la población, porque, ojo, los medios influyen en esta violencia, pero no olvidemos que cuando se escribía 'Viva el cáncer' quien tenía los medios era el peronismo, pero había un sistema de valores que ya existía. Uno tiene la expectativa de la racionalidad colectiva, pero el tema es más complejo, más dialéctico".
Un discurso "efectivo" y "farandulizado"
Para Germail, docente de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), la legisladora Granata debe ser pensada como "una función de una estrategia política de las derechas y ultraderechas extendidas en occidente". Esto es para ella, "un discurso político que corre las fronteras de los pactos de enunciación o lo que se puede decir y proponer, presentándolos como no políticos, un ejercicio político cercano a nuestro tiempo y a los medios sensacionalistas y a las redes sociales de hoy".
Y en ese sentido dice que discursos como el de esta legisladora son "efectivos", porque "comunican con los sectores populares, dañados por el retroceso económico de sus condiciones de vida y crisis de alta concentración del capitalismo neoliberal financiero y encuentran en ese discurso conocido, cercano y accesible por sus propios consumos, alguien que ubica un enemigo, un blanco para atribuirle la responsabilidad de sus condiciones de existencia", además, de "encarnar una afectividad farandulizada de sus votantes como si se tratara de un programa de chimentos o una disputa en el barrio, discursos que repudian la argumentación y exitosamente lo descalifican como modo de procesar diferencias".
Germain asegura que discursos como el de Granata, que algunos politólogos llaman "honestismo", señalan como elemento causal central del deterioro de las condiciones de existencia a la corrupción.
"Se desvía así el problema central del empobrecimiento de las crisis generalizadas de los países capitalistas que tienen que ver con la concentración de la riqueza y la desigual distribución y menor cobro de impuestos. Para personajes como Granata el problema es que el dinero se lo lleva la política, se lo roban los políticos, poniendo a salvo a los sectores económicos concentrados".
Por la expulsión
Para el legislador santafesino Carlos del Frade, el único por fuera de los legisladores peronistas que sumó su firma al pedido de sustitución de Granata, la diputada es con su discurso "la emergente de la destrucción de la conciencia política desde la aparición de los multimedios en los 90, cómplices de esta cultura y política resignada".
Para el periodista y diputado por el Frente Social y Popular, y en línea con el pensador coreano Byung-Chul Han, discursos como los de Granata son "negadores de la realidad y la verdad y los hechos pasan a un segundo plano en favor de una concentración de la riqueza en pocas manos y una política gerenciada por patrones".
Cuando se le pide a Del Frade que señale a un opositor político con quien sí vale la pena debatir señala, por ejemplo, al legislador del PRO Roy López Molina. "Porque pensamos la matriz de la sociedad diferente, pero sus compromisos éticos contras las mafias y su formación política me merece respeto. Cuando no te formás deformás la política y le hacés el juego al sentido común. Granata debería revisar sus dichos por respeto y responsabilidad ante sus 300 mil votantes".