Por segunda vez en 72 horas una juntada de amigos o conocidos terminó con una muerte en el barrio Godoy. El miércoles de madrugada Nicolás Daniel Balbi, un muchacho de 20 años, fue apuñalado en Uriarte y Monte Carballo por dos de las personas con las que estaba tomando. Y ayer a la madrugada Carlos Brian Lugo, de 23 años, fue apuñalado por uno de sus conocidos y vecino con los que estaba reunido y que le robó el celular mientras tomaban algo en las inmediaciones de calle Benítez y Capitán Eduardo Angel Isern (ex Pasaje 1717).
Todo ocurrió entre las 5.30 y las 6 de la neblinosa madrugada de ayer. Tras el robo de su teléfono y dominado por la indignación, Lugo intentó recuperar el aparato, pero quien se lo había robado lo asesinó con un cuchillazo en el lado izquierdo del cuello. Un par de horas más tarde, Iván Alejandro O., de 24 años y sin antecedentes prontuariales, se presentó en la comisaría 32ª y dijo ser el autor del crimen por lo que quedó a disposición del fiscal Ademar Bianchini, quien le imputará el homicidio en las próximas horas.
En tiempos donde la muerte violenta es administrada por el sicariato, dos asesinatos con armas blancas en un contexto de juntadas de alcohol y drogas en territorios que están en medio de disputas por narcocriminalidad llaman la atención. A eso se ha llegado en una ciudad donde el asesinato está naturalizado y lo que llama la atención es la motivación.
Una zona áspera
Brian Lugo e Iván Alejandro O. eran vecinos del barrio que se levanta al oeste de la avenida de Circunvalación y Presidente Perón. Vivían a pocos metros uno del otro y según con quien se hable, eran amigos o sólo conocidos. Lo cierto es que fueron lo suficientemente cercanos para compartir una "juntada" nocturna en un barrio periférico donde al caer la noche la fisonomía muta a un modo áspero. Y si a ese escenario ya por demás de complicado se le suman los vicios de la noche, como el alcohol con pastillas o drogas rebajadas con basura ese cóctel trepa hasta las nubes.
La escena del crimen esta vez se mudó a una de las partes más empobrecidas del pauperizado barrio Godoy, en inmediaciones del club infantil Loma Negra, cuyos referentes vienen hace años reclamando mejoras en el barrio y denunciando que con los pocos recursos que tienen peleane para que la calle no se devore a los pibes.
Lo duro y peligroso del lugar cuando cae la noche se puede enmarcar en dos asesinatos: el de Mario Alberto Álamo, un hombre de 39 años con residencia en el barrio Jabón de la localidad de Monte Buey, provincia de Córdoba, la noche del 27 de marzo de 2019 en un basural de Larralde al 3400, contiguo al club Loma Negra; el crimen del policía Cristian Ezequiel Ibarra, un oficial de 29 años que le pagaba a dos hijos de Ariel Máximo Cantero para vender drogas en el Fonavi de Monteflores al 7200 y que fue ejecutado con seis balazos la noche del pasado 22 de julio en el interior de su auto estacionado frente a la escuela de Larralde y Deán Funes.
Bajo la neblina
En una madrugada desolada, húmeda y de neblina cerrada el destino hizo que Lugo e Iván O. coincidieran en inmediaciones de Cipriano Benítez y Capitán Eduardo Isern, a la altura de bulevar Seguí al 7600 y a metros del camping del sindicato de trabajadores del Jockey Club. Alrededor de las 5.30 los muchachos compartían una juntada con otros pibes. Pero en un segundo la reunión se tornó en gresca, forcejeos y muerte. "Se desconocieron. Cosa de borrachos, de amanecidos. Uno le quiso robar o le robó el celular la otro. El robado quiso recuperar lo suyo y terminó con un puntazo en el cuello. Es de locos. Estos dos eran vecinos, el abuelo de uno vive a metros de la casa del otro. Eran conocidos o amigos. Uno muerto y otro preso", sintetizo un vecino de la zona. Esa es la principal hipótesis con la que trabaja en fiscal Ademar Bianchini.
Lugo murió por un corte en el lado izquierdo del cuello y el hecho provocó el desbande de quienes estaban con él. Un par de horas más tarde, jaqueado por el hecho, Iván O. se presentó en la seccional 32ª y se puso a disposición de la Justicia y será imputado en las próximas horas.