El homicidio fue en la madrugada de este sábado en Arrieta al 1700, del barrio 17 de Agosto, en la zona sur. En un dormitorio dormían los tres hijos del matrimonio de José Lionel Rosales y Julieta A. Una de las nenas, de 9 años, escuchó que sus padres discutían. Cuando llegó a la cocina de la pequeña casa vio los muebles y la mesa de la cocina rotos y, según contó una vecina, cómo Julieta atendía a José. Después Julieta con la ayuda de un vecino llevó alrededor de las 6.55 a Rosales desde la casa al hospital Roque Sáenz Peña, pero el joven, de 28 años, minutos después falleció. Los agentes destacados en el hospital informaron por medio de un acta de la situación. El muchacho presentaba una herida de cuchillo en el tórax. Unos minutos después Julieta A., de 26 años, quedó detenida como presunta autora del homicidio.
Los vecinos inmediatos del matrimonio lo describieron a él como un chico muy trabajador. "Salía siempre a las seis de la mañana a trabajar y volvía a la tarde; compraba algo para comer y ya se quedaba con los chicos. Era Una pareja común, ella tampoco parecía tener problemas. No sabemos que pudo haber pasado. Ni anoche ni esta mañana se escucharon gritos ni peleas y tampoco autos que salieran de la cuadra a velocidad”, dijo una mujer de la cuadra de Arrieta y Batlle y Ordóñez.
Según un testigo que pudo ingresar a la vivienda la escena era simple: “La mesa de la cocina comedor estaba rota y las sillas caídas. Arriba de la mesa habías un cuchillo tipo tramontina de mesa, de los cuchillos chicos, con un poco de sangre, y en el patio había otra mancha de sangre, pero no muy grande. No parecía que se hubiera dado una gran pelea”.
A no más de una cuadra de la casa del matrimonio y por la misma Arrieta, viven los abuelos paternos de José Leonel. Allí, entre lágrimas y una mezcla de desconcierto y desesperación estaba Silvina, madre de José, sentada a una mesa; “Esto se veía venir. Juli hace tiempo que estaba mal, le decíamos que se tratara, que se hiciera ver, y nos decía que no estaba loca, que era así. Pero ella no estaba nada bien”.
Silvina recordó una serie de escenas recientes en la relación a la pareja; “Hace unas dos semanas ella rompió varias cosas de la casa y con un vidrio lo quiso cortar a Lionel, él cuando ella se ponía así levantaba las manos y se alejaba. Hace como un año que vienen así. Ella es entre otras cosas bipolar y creo que fumaba marihuana y una que otra pastilla por su condición de salud, no sé quien se las daba pero nunca aceptó que estaba enferma y que tenía que hacerse atender”.
Así la madre del chico ahondó en ciertas características de la joven : “A veces se iba por unos días; dos o tres; y yo me quedaba con mis nietos.Trabajaba a veces en bares y ese tipo de trabajos. Pero tenía problemas graves”.
En cuanto a José Leonel, su madre contó que era un muchacho que “jugaba al fútbol con sus primos en los torneos de Fútbol 5, había ido a la escuela primaria y tenía hasta quinto año de secundaria. Era pintor de obra y colocaba Durlock. Cuando se quedaba sin trabajo hacía cualquier cosa: cirujear, salir a tocar puertas para ver si alguien necesitaba pintura, cosas de la casa. Vivía para sus hijos, les decía sus chanchitos. No sé que voy a hacer ahora: los tres nenes están con una sobrina mía, no sé como encararlos, la más grande vio todo”.
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Cuando Julia llegó con José al Roque Sáenz Peña los médicos que auscultaron a José le preguntaron que había sucedido y ella dio varias versiones: Una que José se había peleado con alguien en un boliche y había llegado herido a su casa; otra era que se había peleado con gente del barrio, y por último admitió una pelea de pareja, aunque no confesó haber agredido con ese cuchillo a José. Cuando fue revisada por médicos forenses constataron que Julieta tenía una pequeña herida en la pera. Los mismos médicos descartaron que la joven estuviera atravesando un brote psicótico o un estado similar.
Una de las claves es la declaración de la hija mayor del matrimonio, de 9 años: “Mi nieta vio todo, igual ella siempre me contaba lo que pasaba en la casa, que Julieta le gritaba o le pegaba a Lionel, o cuando él se iba un rato hasta que ella se tranquilizara, y ahora pobrecita vio todo esto”, dijo Silvina. En tanto, desde fuentes oficiales trascendió que efectivamente es la niña quien fue la principal testigo del hecho.
Luego de sucedido el hecho la policía y el gabinete criminalístico de la Agencia de Investigación Criminal llegó hasta la humilde vivienda del barrio 17 de Agosto pero los tres chicos de la pareja; de 9; 6 y 4 años, ya estaban con sus familiares. Si bien el matrimonio hacía dos años que vivía allí la causa de la mudanza es que sus abuelos maternos y otros familiares directos hace muchos años que habita en el barrio. La pareja se conocía desde la adolescencia y era oriunda de la zona de Sarmiento y Garibaldi. Una vecina deslizó una pista que puede llevar al motivo del crimen: “La piba tenía problemas. Son buena gente pero creo que ella tenía problemas mentales”.
Varios vecinos estaban asombrados: “La piba también trabajaba, menos que el muchacho, pero se la veía a veces con los chicos y por ahí los nenes estaban con él o con la abuela. No hacían fiestas, ni entraba ni salía gente de la casa. Antes en esa casa si vivía gente que andaba en algo, y eran fiestas y gente que entraba y salía todo el día, pero este matrimonio era re buena gente”, contó otra vecina.
En tanto, desde Fiscalía aseguraron que no había denuncias por violencia de género de ninguna índole de parte de Julieta y el fiscal Adrián Spelta, que tomó el caso por turno, expresó que el miércoles sería la audiencia imputativa.∏