Edgar Encina tenía 28 años, tres hijos chiquitos y una juventud atravesada por el delito en Villa Gobernador Gálvez. Poco tiempo atrás se había mudado a una zona muy precaria de la ciudad para instalarse en una vivienda sobre la barranca de cara al río Paraná. En ese lugar, que tiene su paisaje rodeado por un basural, fue asesinado la madrugada del domingo. Su padre lo encontró en el interior de la casa con un tiro en la frente.
"Parece feo nomás, pero no pasa nada". Con ese aviso un comerciante de la zona de San Luis al 1400 de Villa Gobernador Gálvez señaló la puerta de chapa que da ingreso a un pasillo. De ella nace una escalera hacia abajo que luego de unos metros se convierte en una barranca repleta de casillas. Muchas de chapa y cartón, muy pocas de material, todas rodeadas por un basural denso en volumen y olor.
"Lo que pasa es que es barranca y no traen tierra ni por casualidad", explicó una vecina sobre la acumulación de desechos en la zona. "No es que está abandonado, acá se pone veneno para ratas. Pero como es barranca, si no vas tirando algo de basura se desmorona todo, se rajan las casas. Después le tiramos un poco de escombro", agregó. "Lo ideal", que no sucede, dijo la vecina, sería que el Estado acondicione con tierra, no solo por prevención sanitaria sino también para evitar derrumbes en una zona con varias casas. "Parece feo nomás, pero no pasa nada", agregó un comerciante de la zona.
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Virginia Benedetto / La Capital
Ambos coincidieron en que se trata de una cuadra tranquila y que este homicidio es el primero en ese vecindario. "Acá te podés sentar afuera tranquila, nunca pasó nada en la cuadra", comentó la mujer. Sin embargo, varios metros hacia la profundidad de la barranca, unos adolescentes que daban de comer a sus caballos contaron que durante el fin de semana se escucharon varios tiros. "Y, más o menos está", graficó uno de ellos respecto de la situación del barrio en relación a la violencia.
Un tiro en la frente
Edgar Encina vivía en una casa de ladrillos ubicada en ese complejo precario que da a la avenida De la Ribera y más allá a los últimos tramos de tierra que desembocan en el río Paraná. Desde el Ministerio Público de la Acusación indicaron que a la víctima la encontraron dentro del domicilio con un disparo en la zona del cráneo. Los peritos adelantaron que había muerto entre 8 y 12 horas antes del hallazgo.
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Precisamente fue Benigno Encina, el padre de Edgar, quien lo encontró después de que le avisaran que habían visto a su hijo tirado en la casa. "Yo pensé que se había pasado de joda. Fui a reanimarlo pero estaba muerto. Tenía un tiro en la cabeza, entre los ojos", contó a La Capital el hombre, quien vive en otra zona de la ciudad.
"Eso me está carcomiendo. Llegué a pensar que le tiraron cuando lo tenían en el piso", dedujo Benigno. Es que él lo encontró desplomado boca arriba, con un balazo preciso en la frente y la vaina servida calibre 40 muy cerca. "Si estaba parado podría haber salpicado sangre, también se habla de que pudieron usar silenciador porque los vecinos dicen que no escucharon nada", agregó.
Todo parece indicar que el asesinato se cometió con cierto sigilo. Al hecho de que los vecinos no escucharon disparos se suma que el cadáver fue hallado varias horas después del momento del fallecimiento, casi por casualidad. "No va a ser la primera vez que un padre que investigue sepa algo antes que la policía", comentó Benigno, quien pasó estas horas con incertidumbre y a la espera de que se comuniquen desde Fiscalía, como le aseguraron que lo harían, para conocer avances en la investigación.
"Ya lo teníamos asumido, él llevaba una mala vida, una mala junta. Esto no se espera, pero pasó lo que imaginábamos que iba a pasar algún día", contó el hombre. Así, recordó que su hijo tenía una causa federal por violación a la ley de drogas y que por no presentarse a firmar pesaba sobre él un pedido de captura. "Siempre fue mi dolor de cabeza", recordó y agregó que Edgar tenía tres hijos chiquitos, de entre 6 y 9 años.
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"Estaba en un ambiente en el que se vendía droga", dijo Benigno. "Parece que los mismos problemáticos que andaban por esta zona se fueron para allá y se juntaron con él", agregó. Según contó, y tal como confirmaron los vecinos de la barranca donde Encina fue asesinado, el muchacho había llegado a ese lugar poco tiempo atrás. La puerta de chapa de la vivienda está perforada por tres balazos, aunque todos indicaron que se trata de los vestigios de un ataque anterior.
Vinculado a homicidio
En marzo de 2016 Edgar Encina, entonces de 23 años, vivía en una casilla de Magallanes al 1800, otra zona precaria ubicada al oeste de Villa Gobernador Gálvez. La madrugada del martes 15 de marzo de aquel años un operativo de la Tropa de Operaciones Especiales y la ex Drogas Peligrosas allanó esa vivienda. Allí secuestraron dos cajas de proyectiles para fusiles Fal calibre 7.62, granadas, cartucho de escopeta, municiones de distintos calibres, un silenciador, un chaleco antibalas de la policía provincial y una escopeta de fabricación casera.
Encina quedó detenido y fue imputado por la tenencia de armas pero a su vez también quedó detenido porque desde el año anterior tenía un pedido de captura por el homicidio de Ezequiel Maximiliano Lovey, ocurrido en 2014. Lovey, de 25 años, había sido asesinado a balazos por cuatro personas que se movían en dos motos.
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Por ese hecho, tramitado en el viejo sistema penal, había sido procesado Héctor Daniel "Gordo Dani" Noguera y Lucas Maximiliano "El boxeador" Albornoz. Al caer, Encina fue imputado por homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por la tentativa del mismo delito porque en aquel hecho había resultado herida otra persona.
El "Gordo Dani" es un hombre ligado a Los Monos y señalado como administrador de la venta de drogas en Villa Gobernador Gálvez. En ese contexto fue que forjó la disputa contra una banda rival, conflicto por el cual está detenido acusado de ordenar el asesinato de Carlos Daniel "Jerry" Gaeta en agosto de 2020.
Gaeta se sabía buscado, incluso su vivienda había sido atacada en distintas oportunidades y por lo cual se había tenido que mudar. Ya instalado en una nueva casa en Savio al 2500, barrio Matheu de Rosario, fue sorprendido por un grupo de cuatro personas que se metió en su casa y lo sorprendió sentado en la mesa. "Jerry" intentó defenderse con un revólver pero fue acribillado a balazos, mientras que en el mismo hecho también asesinaron a su yerno, Fernando Gaspar Rodríguez, de 27 años.