En 13 días el quiosco y almacén ubicado en Biedma 2825 fue foco de las noticias de una ciudad sometida a la dureza de una escuálida seguridad. El 27 de abril fue uno de los ejes de los allanamientos contra una parte de un emprendimiento ilegal que le imputaron encabezar a Ariel Máximo “Viejo” Cantero, uno de los fundadores de Los Monos. Dos días más tarde detuvieron allí a dos personas, una de ellas imputada como parte de esa asociación ilícita que según los fiscales Valeria Haurigot, Franco Carbone y Gastón Ávila lidera el Viejo. Y la tarde del lunes, alrededor de las 18, dos sicarios llegaron a las puertas de ese local y mataron a balazos a Ismael Rodrigo Barboza, de 19 años. Vecinos contaron que la víctima fue ejecutada apenas abrió la puerta y luego rematada en el interior de la casa. Barboza era cuñado de Nelson “Pandu” Aguirre, sindicado como cabeza de una de las dos células que, según la acusación, se abren por debajo de Cantero y su pareja Rosa Bibiana “Bibi” Montero.
“Nos dejaron solos. Siempre que pasan estas cosas te dejan solos”. Entre lágrimas y sollozos, con el celular a full, una joven gritaba su sentir a metros del lugar donde Ismael era parte de la estadísticas de homicidios en una ciudad que desde hace diez años triplica la media nacional.
Ismael era hermano de Brenda Barboza, pareja de Pandu; su madre Viviana Camejo fue imputada como quien regenteaba "un punto de venta de droga y aguantadero" que funcionaba en la escena del crimen; su padre es Jorge "Diamante" Barboza, preso en el pabellón 8 de la cárcel de Coronda y también acusado como parte de la organización liderada por el Viejo Cantero. También la pareja actual de su madre, Angel Villarruel, fue detenido en el mismo lugar donde mataron a Ismael que si bien estuvo en el radar de los fiscales "no hubo evidencias que permitieran acusarlo".
Más allá del delito de integrar la asociación ilícita que le atribuyen comandar al Viejo, la semana pasada Pandu también fue imputado de tres hechos de intimidación pública, delitos de extorsión y por instigar un homicidio en grado de tentativa a cambio de dinero, todo desde el pabellón 8 de Coronda donde cumple una condena a 16 años por el crimen de Javier Barquilla ocurrido en Villa Banana el 2 de febrero de 2015. A Brenda Barboza los fiscales la acusaron en carácter de partícipe secundaria de la tentativa de homicidio de calle Cerrillos.
Franquicias y gavillas
Hoy el apellido Cantero no alcanza para enmarcar la actividad delictiva de la que los acusan fiscales federales y provinciales. La marca clásica, Los Monos, está en manos de Máximo Ariel “Guille” Cantero, hijo del Viejo que está asentado en la villa de la Vía Honda. Y la tercera cabeza es Luciano "Lucho" Cantero, uno de los hijos del asesinado Claudio "Pájaro" Cantero, que tiene como base los barrios 17 de Agosto y Las Flores. Los tres están detenidos.
Al desgranar la banda del Viejo pudo saberse que Pandu, quien sería su mano derecha y brazo armado, tenía relaciones comerciales con dos proveedores: Leo "Rey" Saravia, con base en Villa Banana, y el "Peruano" Julio Rodríguez Granthon, un distribuidor a alta escala que baja droga en toda la ciudad y cuyo sello es una corona. Ambos están detenidos bajo la órbita federal. En la investigación a la banda del Viejo hay escuchas en las que se menciona de “hablar con el de la coronita” pero no se especifica sin con Rey o con el Peruano.
>>Leer más: Condenan al jefe de una gavilla de villa Banana por un homicidio y tres robos
En los expedientes acumulados en la acusación contra el Viejo y otras 23 personas —queda un prófugo— el domicilio de Biedma 2825 se describió como un lugar que "se usaría de fachada el local comercial tipo «quiosco-almacén» que funciona en la vivienda para tenencia y distribución de armas y municiones que están a disposición de los demás integrantes o son resguardadas a su cuidado tras realizar algún ilícito". El negocio "regenteado por Camejo junto con su hija Brenda" le rendía cuentas de la recaudación a Aguirre.
En una cama
Eran cerca de las 18 del lunes cuando había dos personas en el quiosco: Ismael Barboza y un pibe de 18 años con una adicción importante que había huido de su casa 15 días atrás según explicó un joven que se identificó como el hermano. Ese chico fue testigo presencial de la ejecución. Algunos vecinos indicaron que los sicarios llegaron en moto.
En las inmediaciones de la escena del crimen, a 50 metros de Ovidio Lagos, hay un intenso tránsito vehicular. Frente al quiosco hay una parada de colectivos. El local de dos plantas —la alta en construcción— tiene doble puerta, una de ella de rejas en la que quedaron marcadas con tiza dos orificios a la altura del pecho de un humano. Y en una casa contigua, separada solo por un pasillo, podían verse algunas cámaras de video que enfocaban hacia el frente del quiosco.
Sobre la mecánica del homicidio hay al menos dos versiones. Una, que los sicarios tocaron a la puerta y cuando Ismael abrió le dispararon en el pecho y luego lo remataron en el interior. La otra, que Ismael fue atacado en el interior de la casa. Cuando los policías llegaron a la escena, alertados por llamados a la central del 911, encontraron a Barboza tirado en una cama con cuatro disparos en el costado izquierdo del tórax y el brazo izquierdo.
¿Quién mató a Barboza? ¿Pudo ser víctima de un ataque en el contexto de la lucha por territorio? ¿Pudo ser víctima de un ataque de una facción “amiga”? En el lugar se incautaron tres vainas servidas calibre 9 milímetros que fueron remitidas a Gendarmería Nacional para ser peritadas, ya que la Sección Balística de la AIC está intervenida tras una investigación de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos por robo de armas y municiones. También fue secuestrado material estupefaciente, en una cantidad no precisada, por lo que se le dio participación a la fiscalía Federal en turno.