El jueves 25 de noviembre la fiscal de Esperanza Clelia Trossero, junto con la Policía de Investigaciones (PDI) y la Tropa de Operaciones Especiales (TOE) realizaron 14 allanamientos simultáneos en Rosario y otras localidades así como en la ciudad correntina de Paso de los Libres. El objetivo fue desbaratar una red de piratería del asfalto que operaba en ambas provincias. En los procedimientos fueron detenidas ocho personas y se secuestró mercadería robada en hechos recientes. Sin embargo, quien es considerado el líder del grupo aún permanece prófugo. Se trata del comerciante rosarino Germán Gustavo Ringel, dueño de un negocio de polarizados y que en el último lustro puso su nombre en varias crónicas policiales.
La fiscal dijo que la pesquisa que condujo a la banda “se inició a partir de elementos comunes que daban cuenta del accionar de una misma estructura delictiva que cometía hechos de piratería del asfalto, es decir robos calificados con armas de fuego y privación ilegítima de la libertad a choferes de camiones que llevaban mercadería, y que actuaba en el centro y sur santafesino”. Y sobre la pata correntina de la organización deslizó que “era la responsable de señalar los vehículos a ser robados”.
En Corrientes fue detenido el ex dirigente peronista Osvaldo Martín López Pereda, sindicado por marcar y seguir los camiones. El hombre fue trasladado a Santa Fe para ser indagado pero falleció el miércoles debido a una dolencia crónica (ver aparte). Junto a él cayeron Ramón Bernardino “Cacho” Almirón, un transportista de 44 años; y Richard Ariel Solís, de 42 años y empleado del Complejo Terminal de Cargas (Cotecar) de la Aduana de Paso de los Libres. Además se encuentra prófuga una pareja afincada en la ciudad brasileña de Uruguayana.
En el expediente consta que los correntinos y los brasileños eran los encargados de “marcar” las cargas más “frágiles” en cuanto a seguridad y vigilancia; y hacían un seguimiento de esos vehículos hasta Santa Fe, donde le dejaban la posta a sus pares de esta provincia que cometían los robos.
Almirón y Solís fueron imputados como autores de robo calificado por el uso de arma de fuego y privación ilegítima de la libertad, y asociación ilícita. El viernes pasado se iba a realizar una audiencia de prisión preventiva pero fue suspendida porque ambos aceptaron un juicio abreviado. En ese marco, el juez Eduardo Pocoví impuso una medida cautelar de diez días hasta que la fiscal Trossero y el defensor Martín Risso Patrón lleguen a un acuerdo en cuanto a la calificación legal y la pena aplicable en cada caso.
En Santa Fe. Además de los nombrados, otras cinco personas cayeron en Rosario, Roldán, Funes, Pavón y Pavón Arriba. Juan Cruz Morogodoy, Rubén Dionisio Rodríguez, Ariel Leandro Tognolo, Mauro Darío De María y Débora Rigatuso, esposa del prófugo Germán Gustavo Ringel. Todos fueron puestos a disposición de la Justicia el viernes, cuando la causa se dividió en dos.
Es que la defensa de Morogodoy planteó la incompetencia del tribunal santafesino y su causa se radicó en Rosario, donde le dictaron la prisión preventiva. Rigatuso, en tanto, recuperó la libertad después de que el juez santafesino Jorge Patrizi entendiera que no se acreditó que tuviera conocimiento del accionar delictivo de su marido. Los tres restantes (Rodríguez, Tognolo y De María) quedaron detenidos en Santa Fe y el juez penal Sergio Carraro les impuso prisión preventiva.
En la pesquisa Morogodoy y Rodríguez fueron señalados como quienes alquilaban un galpón en Roldán donde se bajaba la mercadería robada y se encargaban de su colocación en el mercado. De hecho, el día del allanamiento a Rodríguez le secuestraron una decena de pares de zapatillas robadas. En la misma línea, De María alquilaba un campo en Pavón donde se cree que había un galpón utilizado para desguazar la mercadería robada.
El más complicado de la causa parece Tognolo, a quien las escuchas lo sindican como quien manejaba los camiones robados hasta los puntos de descarga y luego dejarlos abandonados en lugares retirados.
Líderes. En cuanto al rosarino Germán Gustavo Ringel y el brasilero Alexandro Garse Pereyra, la Justicia entiende que son los cabecillas de la banda y ambos se encuentran prófugos tras eludir los allanamientos a sus viviendas. Ambos tienen antecedentes penales por piratería del asfalto en la provincia de Salta, donde fueron condenados en 2005. Y mientras el primero de ellos estaba con prisión domiciliaria por una causa federal ya que en 2013 se fugó de la cárcel de Salto (Uruguay) tras ser detenido por articular con una banda de piratas uruguayos y paraguayos; el segundo contaba con una prohibición formal de ingresar al país tras ser extraditado luego de la condena.
Antes de conocerse sus vínculos con el hampa, Ringel supo ser propietario de la empresa Solar Black, un reconocido negocio de polarizados y tonalizados para autos ubicado en avenida Pellegrini al 3400.
En agosto de 2013, la policía de la ciudad uruguaya de Salto informó que Ringel y otro recluso argentino se habían escapado de la prisión mezclados entre las visitas. Allí el empresario rosarino estaba detenido por sus vínculos con el asalto perpetrado en febrero de ese año en perjuicio de un camión paraguayo que llevaba una millonaria partida de perfumes de primeras marcas.
Sin embargo el vehículo tenía un sistema de GPS que permitió su ubicación y la detención de Ringel y su cómplice, identificado como Jorge David Altamiranda Bianciotti.
Tras escapar de prisión Ringel fue recapturado en la ciudad entrerriana de Concordia por efectivos de Interpol en noviembre de ese mismo año y trasladado a Rosario, donde se recepcionó el pedido de extradición a Uruguay. Entonces su abogado, Paul Krupnik, dijo a este diario que “en el país vecino se produjo un robo y a mi representado lo acusan de receptación sospechosa, lo que aquí se caratula como encubrimiento, pero él atiende desde siempre el local de calle Pellegrini, nunca cruzó la frontera y quedó enredado en un caso en el que no tuvo nada que ver”.
Y José Nanni, codefendor de Ringel, remarcó que “el comerciante fue secuestrado en un operativo comando por fuerzas policiales uruguayas en Concordia y trasladado a Salto en un hecho de invasión jurisdiccional de la policía uruguaya”.
Antes de ese episodio que puso a Ringel tras las rejas uruguaya, el hombre había sido condenado por la Justicia de Salta. En 2009 la Cámara del Crimen lo encontró culpable junto a otros ocho hombres por integrar una banda de piratas que, según el fallo, “operaba de una forma planificada simulando controles policiales y de Gendarmería Nacional en las rutas para forzar la detención de camiones con carga”.
Ese fallo fue apelado pero la Corte salteña desestimó la solicitud de las defensas al sostener que “la planificación, el modo y los medios empleados para consumar los delitos acreditan la magnitud criminal de las acciones ejecutadas y la inusual extensión del peligro causado, que afecta bienes socialmente relevantes, como son la seguridad en el ejercicio de la libre circulación y la confianza en seguir las indicaciones de aquellos que en calidad de fuerzas estatales tienen a su cargo el cuidado de la sociedad”.
Los hechos. De acuerdo a la investigación la banda liderada por Ringel cometió al menos seis hechos similares. El 10 de junio fue asaltado un camión chileno que transportaba cacao en polvo y fue interceptado en la autovía 19 que une las ciudades de Santa Fe y Córdoba, a la altura de San Jerónimo del Sauce. Quince días más tarde, un grupo de personas marcó en el playón de la aduana de Paso de los Libres un camión cargado con almendras, cuyo robo quedó en grado de tentativa porque el sistema de seguridad bloqueó el motor cuando su chofer fue sacado de la cabina en la misma autovía 19, entre San Jerónimo del Sauce y Santa Clara de Buena Vista.
El tercer hecho se produjo el 30 de junio contra un camión de la empresa chilena Mondel que transportaba herramientas marca Maquita, de Brasil. Esta vez fue interceptado entre San Jerónimo del Sauce y Sa Pereyra. El último hecho registrado en esta jurisdicción ocurrió el 10 de septiembre cuando interrumpieron el viaje de un camión chileno cargado con lijas, discos de corte y abrasivos, también en la autovía 19.
Además hubo otros dos episodios atribuidos a la banda: uno en la ruta 10 (departamento San Jerónimo), donde fingieron un operativo policial y se robaron un utilitario Renault Master de un comisionista de Rafaela. Y el último en jurisdicción de Cañada de Gómez, en octubre, cuando fueron sustraídos dos camiones de mediano porte provenientes de Cruz Alta, en la provincia de Córdoba.