La investigación del crimen de Sebastián Cejas, el hombre de 38 años asesinado el martes a la madrugada frente al Hospital Español, dio un paso clave con el hallazgo, pasado el mediodía del jueves, del auto robado por los homicidas. El Chevrolet Onix fue encontrado en un garaje de la zona oeste donde había otros tres vehículos robados y cuyo dueño, que quedó detenido, dijo que se lo habían dejado el miércoles a la noche junto con un bolso que contenía un revólver 38 largo.
El hallazgo del vehículo, en el cual la tarde del jueves los peritos trabajaban en busca de huellas de los ladrones, va cerrando el cerco en torno a los cuatro sospechosos que están identificados y por poco no fueron apresados en los seis allanamientos practicados la noche del miércoles en inmediaciones del barrio La Lata, cercano a la escena del crimen. Sin embargo, algunos investigadores policiales que trabajan a las órdenes de la fiscal Gisela Paolicelli creen que los presuntos homicidas no tienen capacidad para ocultarse por mucho tiempo y se presume que la caída, de al menos alguno de ellos, es inminente.
Cejas, un robusto cocinero de 38 años que también solía trabajar como personal de seguridad privada en eventos, fue asesinado mientras estaba en su auto junto con su madre esperando que su padre saliera, a las 0.30 del martes, de un turno de diálisis en el Hospital Español de Gaboto y Sarmiento, en el barrio Hospitales. Según contó la madre del “Oso” de pronto aparecieron por la cortada Babbini “cuatro flacos con gorritas hechos unos locos” que empezaron a pegarle al vehículo.
Uno de los delincuentes sacó a la mujer del auto mientras otro rompía el vidrio de la ventanilla del conductor y al parecer eso enfureció a Cejas, que bajó del auto dispuesto a trenzarse a golpes con los asaltantes. Entonces uno le disparó un balazo en el pecho que lo dejó agonizante. Los ladrones se subieron al Onix y escaparon mientras el Oso era llevado a la unidad coronaria del Español donde murió a la 1.40.
A partir de testimonios y del análisis de las imágenes captadas por varias cámaras de vigilancia de la zona, la investigación se orientó hacia un grupo de jóvenes de entre 20 y 30 años sospechados de haber cometido varios robos en la zona, de los cuales al menos algunos estarían domiciliados en el barrio La Lata. Para la noche del miércoles la pesquisa había establecido varios domicilios en esa zona, aledaña al barrio Hospitales, y minutos después de las 22 personal de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) realizó seis allanamientos en Paraguay al 3000, Corrientes a la misma altura, Amenábar al 1400 y Garay al 1500.
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Dos de los domicilios allanados correspondían a galpones en los que se pensaba que podría estar oculto el auto de Cejas. Pero los allanamientos no dieron resultado. Además de no encontrar el auto, en las viviendas donde buscaron a los sospechosos sólo encontraron sus familiares que dijeron no saber nada de ellos desde el martes.
Hallazgo
La pesquisa se reactivó el jueves, alrededor de las 14, “información de calle” estableció que el auto estaba oculto en algún galpón de Ituzaingó al 7300. Personal de la AIC llegó hasta una modesta pero amplia propiedad lindera con un centro de convivencia barrial municipal y donde vecinos refirieron que alguna vez funcionó un lavadero.
Los efectivos golpearon un portón de chapa negra y apenas salió a abrirles el dueño admitió que el vehículo buscado estaba allí. Según dijo a los pesquisas una persona se lo había llevado la noche del miércoles, alrededor de las 20.30, y se lo dejó para que se lo guardara junto con un bolso que tenía un revólver 38 largo que será peritado para ver si se trata del arma homicida.
Sin las correspondientes chapas patentes, el Onix estaba en una suerte de patio, cubierto por una lona gris y bordeado por unas chapas. En el mismo espacio había tres motos, dos de ellas denunciadas como robadas, y dos camionetas, una de las cuales tenía pedido de captura. En uno de los vehículos se encontraron una escopeta Maverick calibre 12.70 y una carabina táctica calibre 22. El dueño del predio, cuya identidad no fue dada a conocer, quedó detenido y en principio podría ser imputado de encubrimiento.
Si bien la fiscal no quiso abundar en detalles sobre los sospechosos para no perjudicar la investigación, dio a entender que está bastante avanzada. En este sentido son clave las pericias de rastros al Chevrolet Onix donde se buscaron más que nada huellas dactilares que ayuden a cerrar el cerco en torno a los homicidas.
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