Un hombre deberá permanecer detenido bajo el régimen de prisión preventiva efectiva por el plazo que establece la ley tras ser imputado por un grave caso de violencia de género y violencia intrafamiliar escalofriante: les gatilló a su ex y a su ex cuñado para llevarse a su hijo de 7 años, con quien se encerró en su casa y abrió las hornallas de la cocina con claras intenciones de morirse asfixiados. La calificación que le cupo al apresado es la de lesiones leves agravadas, amenazas calificadas por uso de arma y homicidio calificado en grado de tentativa.
El desgarrador episodio ocurrió el 28 de febrero pasado, alrededor de la 1.30 de la madrugada, en el pasaje 1860 (barrio Triángulo), cuando Adelqui M. C. interceptó a su ex cuñado y se llevó a su hijo a la fuerza con claras intenciones de que no viera más a su madre.
De inmediato, de acuerdo a la versión que pudo reconstruir el fiscal de Flagrancia César Cabrera, los vecinos llamaron a la madre del pequeño para contarle lo que había pasado porque, al parecer, el hombre se encontraba disparando un arma de fuego en plena calle para amedrentar a quien se le cruzara en su paso.
Conforme a la pesquisa, una vez que la madre del pequeño llega con su hermano a la casa de su ex, el agresor abrió la puerta y comenzó a gatillarles al cuerpo aunque las balas no salieron. Y como no logró ese cometido, golpeó y le provocó lesiones a su ex en la cara, al tiempo que les rompió el vidrio del auto mientras los amenazaba cuando estos iban camino a la comisaría.
Luego de realizar la denuncia, la policía llegó con una orden del fiscal al domicilio del agresor y se encontró con una escena desgarradora: un fuerte olor a gas salía desde el interior, las ventanas estaban tapiadas, las hornallas de la cocina estaban abiertas al máximo y el imputado yacía en el suelo junto al niño adormecidos producto de la inhalación de monóxido de carbono.
Los hechos se enmarcaron en un contexto de violencia de género e intrafamilar en la que estaban sometidas la víctima.
En la escena también hallaron de dos armas de fuego calibres 9 y 45 milímetros, por las que tenía la credencial de legítimo usuario.
Afortunadamente el pequeño luego se recuperó, mientras que su padre quedó detenido y este miércoles por la tarde la jueza de primera instancia Paula Alvarez formalizó al audiencia al aceptar la imputación presentada por el fiscal Cabrera Molino por los delitos de lesiones leves agravadas, amenazas calificadas por uso de arma, Homicidio calificado en grado de tentativa.