Cuando lo detuvieron en octubre pasado, el albañil Nahuel Alberto V. quedó imputado por el crimen de un hombre de 34 años de nacionalidad paraguaya asesinado en septiembre de 2019 en Empalme Graneros. Le habían dictado la prisión preventiva por el plazo legal de dos años pero luego de tres meses, en plena feria judicial, pidió que le otorguen la libertad vigilada o la prisión domiciliaria con salidas laborales. El pedido fue rechazado por una jueza y deberá seguir tras las rejas acusado de homicidio simple.
La medida se dispuso ayer en el Centro de Justicia Penal. En una audiencia de revisión de la medida cautelar dictada en octubre a Nahuel V., la jueza Silvia Castelli mantuvo la prisión preventiva del acusado por el plazo legal de dos años. Este régimen de detención fue cuestionado por la defensa del acusado, que solicitó la libertad o la prisión domiciliaria con salidas laborales. La fiscal Georgina Pairola se opuso al plantear que existen presupuestos de peligrosidad procesal y la jueza resolvió que el albañil de 20 años debe continuar a la espera del juicio por el crimen de Walter Sánchez Rivero.
Este hombre, un carpintero paraguayo de 34 años, fue asesinado de dos puñaladas la noche del 21 de septiembre en la puerta de su casa de Empalme Graneros. Rivero vivía con su mujer, Nora, en una humilde casa de Olavarría al 1500 bis. Había llegado al barrio 25 años atrás desde Paraguay. La pareja tenía dos hijos y esperaba otro, ya que la mujer cursaba un embarazo de cinco meses.
Según pudo relatar Nora a este diario al día siguiente del crimen, Walter estaba con un amigo al que no conocían más que por su apodo, "Negro", tomando cerveza abajo de un árbol pelado en la puerta de su casa. En ese momento, alrededor de las 23, apareció en la cuadra un auto negro (al parecer un Renault) con seis ocupantes a bordo y una moto que pudo ser una Honda Wave o una Yamaha Crypton de la cual bajaron dos personas. No obstante, en el barrio se indicó que también al menos un joven bajó del auto.
Al verlos llegar el "Negro" corrió hacia el interior de la casa de Rivero mientras le disparaban. Un proyectil le rozó el abdomen y otro el cuello, pero no le provocaron heridas. El carpintero pudo esquivar las balas pero fue abordado por uno de los agresores, quien le aplicó dos puñaladas: una en el abdomen y otra en el pecho, cerca del corazón. Si bien fue llevado por un vecinos hasta el Hospital Alberdi cuando llegó ya estaba muerto.
Al día siguiente su pareja contó escuetamente que Rivero "no tenía problemas con nadie" pero que su amigo "es alcohólico y siempre se mete en líos: por eso vino el sábado, porque sabía que mi marido lo iba a defender y no le iba a cerrar la puerta en la cara. A ese muchacho era al que buscaban, no a mi marido", resaltó la mujer, a quien le dijeron que una semana atrás había gente merodeando el barrio y preguntando por el "Negro".
En ese contexto, en el vecindario apuntaron contra "uno de los pibes que fue a buscar al «Negro», que tiene una novia acá nomás, por calle Olavarría. Todos lo conocemos, son del barrio 7 de Septiembre y venden droga", aseguró un vecino. "Pero nadie quiere hablar _agregó_ porque los que mataron a Walter son transeros".
Sospechas
Las sospechas apuntaron hacia Nahuel V. porque fue señalado por testigos de identidad reservada como el autor de las puñaladas.
El 30 de septiembre del año pasado el hombre se presentó en la Fiscalía al saber que lo buscaban. Desde entonces está preso y, tras la revisión de ayer, seguirá en esa condición a la espera del juicio o la resolución del caso.