Al chico que falleció lo mató Miki". Esas es una de las tantas declaraciones que acumula la investigación judicial contra un reo por el homicidio de Walter Hugo Torres, otro preso que murió apuñalado dentro de la cárcel de Piñero en octubre de 2018. En un trámite de audiencia preliminar al juicio, la Fiscalía solicitó 25 años de prisión para el acusado y la declaración de reincidencia. Al momento del hecho le faltaban cinco meses para cumplir con la pena para salir en libertad.
Aparentemente por conflictos originados por la tenencia de un radiograbador y otras cuestiones reservadas a los códigos carcelarios, el 1º de octubre de 2018 a las 22 Walter Torres recibió un facazo en el cuello. La víctima fue asistida por celadores del Servicio Penitenciario (SP) y derivado de urgencia al Hospital Cullen de Santa Fe.
Días después y tras recibir el alta médica, Torres regresó al establecimiento carcelario de Piñero, pero sufrió complicaciones que derivaron en su muerte. Según el informe de autopsia, la causa de fallecimiento fue una falla multiorgánica por lesiones arteriales por acción de arma blanca.
El fiscal Florentino Malaponte, a cargo de la acusación, aseguró contar con testigos, además de las pericias, que apuntan a Oscar Rafael Duarte como el autor del hecho. Se trata de un reo que estaba a punto de cumplir pena (el 20 de marzo de 2019) por delitos de robo calificado por uso de arma, portación de arma de fuego y violación de domicilio.
Las evidencias que enumeró el fiscal tiene que ver con testimoniales de personas que estaba detenidas en el mismo pabellón, que incluso hablan de conflictos previos, y el personal del Servicio Penitenciario (SP) que auxilio al a víctima.
Malaponte se refirió al relato de un celador que apenas auxilió al herido este le aseguró que Duarte lo había agredido, aunque le advirtió: "No diga nada celador, usted sabe cómo es acá", para evitar otra represalia por apuntar al agresor.
La defensora pública María Eugenia Carbone no se opuso a la calificación legal del hecho pero atacó el señalamiento de los testigos hacia su asistido.
"No es como lo expuso el fiscal, Torres falleció 19 días después del ataque y las declaraciones no fueron formalizadas", indicó la abogada. Y remarcó que en primera instancia la víctima dijo que se había autolesionado, que no hubo secuestro de arma blanca, y que la pena solicitada es "excesiva, irracional y desproporcionada".
Al resolver, el juez de primera instancia Pablo Pinto rechazó los planteos de la defensa, aceptó la acusación y dio por formalizada la audiencia preliminar.
A un tranco de la salida
Lo particular del caso es la conducta de Duarte que, a pocos meses de cumplir con la condena impuesta (en marzo de 2019 salía en libertad), quedó sospechado de este grave incidente y con pedido de pena a 25 años de prisión por el homicidio de Torres, y la declaración de reincidencia. Un conflicto que, según consta en la pesquisa, estuvo circunscripto a la tenencia de un radiograbador y al rencillas típicas del mundo tumbero.