Otro nombre se suma a los muertos de la zona de la villa Flammarión. Mauro Ezequiel Pereyra, de 27 años, estaba junto a dos personas en la puerta de una casa de Margis al 5000 B cuando desde un auto dispararon no menos de 15 tiros. "Parecían cohetes, nadie salió a la calle hasta que pararon", contó una vecina que vive a media cuadra, ahí en el límite entre los barrios Las Delicias y Tiro Suizo.
Pasadas las 20 del domingo Pereyra charlaba con Rodolfo Antonio C., de 36 años, y Sergio Orlando S., de 39 a la altura del 5056 B de Margis (en esa calle hay tres cuadras con la numeración 5000). Eran las 20.30 cuando desde un Chevrolet Corsa blanco con vidrios polarizados partió una ráfaga de tiros que impactó contra los tres, que fueron trasladados al Hospital Roque Sáenz Peña.
A Rodolfo C. le diagnosticaron una herida en la axila y ayer estaba fuera de peligro. En tanto, Sergio S. fue derivado al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez con un disparo en el tórax y otro en el muslo y su estado era delicado. Y Pereyra, con un balazo en el pecho y otro en el cuello, murió minutos después del ataque.
Mauro vivía en una pensión a tres casas de donde lo mataron. Era padre de una niña de 6 años y hacía trabajos de pintura y albañilería. "Era muy respetuoso y trabajador. Llevaba a su hija al colegio y saludaba a todos los vecinos. No parecía que anduviera en nada narco ni cosas raras", resumió una vecina.
Otros vecinos dijeron no haber oído nada. "No estuve anoche", dijo uno. "Hace un par de años que vivo acá, no conozco a nadie y no estuve", dijo una mujer. "No vi ni escuché nada, estaba adentro", señaló una joven que vive frente a la casa donde murió Pereyra. El miedo paraliza.
Los heridos también son vecinos de la misma cuadra. La policía apuntó inicialmente a una agresión derivada del comercio de drogas al menudeo. La investigación quedó a cargo del fiscal Adrián Spelta que ordenó medidas al gabinete criminalístico y a la división Homicidios, que comenzaron a trabajar en una serie de hipótesis, una con anclaje en el narcomenudeo.
Pandilla
Margis es uno de los corredores de salida de la villa Flammarión, territorio de una banda que los vecinos llaman "Los Gorditos". Según han contado ya en crónicas policiales esta pandilla "aprieta a los pibes para que vendan droga por ellos. Y si les decís que no, te la juran y dónde te ven, te matan".
La banda sigue sonando en el barrio aunque sus cabecillas y otros miembros están presos. Por lo bajo el barrio cuenta que "el que manda es Brandon, que desde la cárcel de Piñero da órdenes. Después están Alan, Lucas y Tano".
A la banda de "Los Gorditos" le atribuyen como zona de acción la delimitada por las calles Margis, Presidente Roca, Anchorena y Lamadrid. Usurpaban viviendas bajo amenazas de muerte en Tiro Suizo y el complejo llamado Fuerte Apache, para reutilizarlas como boca de expendio de venta de drogas o como depósitos de estupefacientes.
No se descarta que la gavilla pueda estar vinculada con el mortal atentado del domingo a la noche, en una geografía caliente se contaron varias muertes violentas los últimos años, al menos tres el año pasado: Ezequiel Núñez, de 20 años, el 26 de septiembre; Gabriel Serrano, de 22, en junio, y Gabriel López, de 20, en mayo.