A más de tres años de ocurrido el hecho y tras ser detenido hace un mes y medio, la Justicia procesó al principal acusado de matar a Nicolás Brambilla, el joven de 19 años asesinado la madrugada del 31 de agosto de 2013 cerca de un punto de venta de drogas de Colón y Garibaldi. Hasta ese lugar de Tablada había llegado con una chica y un muchacho que ahora quedó apuntado como autor material del homicidio aunque en principio había dado otra versión de lo ocurrido a la madre de la víctima. Sin embargo, la mujer siempre dudó y trajinó en Tribunales para que el caso no quedara impune.
Cuando Nicolás fue asesinado Betina Quinteros, su madre, recibió una versión del hecho de parte de Noel Marcelo "Negro" G., el amigo de su hijo que junto a su novia lo había llevado a comprar dorgas a Tablada. Le contó que habían sufrido un ataque a tiros en la puerta de un búnker y señaló a un supuesto atacante que nunca apareció.
La mujer dudó de ese relato. Y aunque tardó en acopiar la evidencia para probar lo ocurrido, dio por probable que en realidad quien acompañó a su hijo fue quien lo mató para robarle una pistola calibre 9 milímetros que Noel anhelaba poseer.
Múltiples testimonios de familiares y amigos de la víctima sustentaron ese sentimiento de codicia exteriorizado por Noel en ronda de amigos por el arma de fuego que tenía Brambilla. Y en ese sentido fue el hermano de Nicolás el que abrió el camino para esclarecer el caso. El día del homicidio dijo que Noel pasó a buscar en su auto a Nicolás a las 23.20 y que fueron al búnker de Garibaldi y Colón.
Explicó que su hermano solía ir a Tablada con Noel, a quien conocía hacía sólo tres meses. Que tenía una pistola 9 milímetros color negra y que desde que se inició esa relación "cambió todo". El joven estaba al tanto de que Noel tenía armas, cargadores y proyectiles porque su hermano ya se lo había contado. Y que Lucas, un amigo de siempre de Nicolás, sospechó desde un primer momento de Noel.
Un dato relevante es que tras el hecho, cuando la víctima estaba en el Heca, Noel se fue y volvió con la gorra y el celular de Nicolás, porque "alguien del barrio" se lo había dado.
Lucas agregó un indicio clave. Según declaró, Noel tenía una pistola 9 milímetros Bereta pero la perdió en un baile. Y de acuerdo a lo que demostraba, le quería comprar a toda costa el arma a Nicolás.
La investigación dio un giro inesperado cuando el fiscal Luis Schiappa Pietra le solicitó a la jueza Alejandra Rodenas, a cargo de la instrucción, que ordenara un allanamiento.
Diálogo en la casa
La medida se realizó en junio de 2016 en un domicilio de Alem al 3500, la casa del papá de Noel. Allí la policía, entre otras armas, encontró una pistola calibre 22 largo Bersa.
Tras ser peritada y cotejada con dos de los tres proyectiles extraídos del cuerpo de la víctima, se comprobó que fue la usada en el crimen. En la vivienda donde se encontró el arma vivían Noel G. y su novia cuando ocurrió el hecho.
En ese marco, el 1º de noviembre pasado Noel Marcelo G., de 25 años y desempleado, fue detenido junto a su novia, Mayra Daniela R. una agente de policía de apenas 21 años, ambos domiciliados en Saavedra al 800.
Dicen que en ese momento un policía que participó del allanamiento escuchó un breve pero revelador diálogo entre la pareja, cuando Noel le dice a Maira antes de quedar detenido: "Quedate tranquila, no pasa nada, va a salir todo bien". Pero la mujer responde, muy enojada y a los gritos: "Que me voy a quedar tranquila, por tu culpa voy a perder mi trabajo". Ambos fueron acusados de homicidio agravado por uso de arma de fuego y portación ilegítima de arma de fuego de uso civil.
En la causa se acumuló mucha evidencia para sostener que Noel pretendía el arma de Nicolás. En definitiva todos los declarantes creen que la muerte de la víctima fue "una entrega por la pistola" porque Nicolás "no tenía bronca s en Tablada".
Demasiados indicios
Hace pocos días la jueza Rodenas decidió procesar a Noel G. y en su dictamen enumera los indicios que la llevaron a tomar esa resolución. El informe balístico y las pericias sobre el arma homicida, los testimonios concordantes y coincidentes, los datos de la llamadas entrantes al 911 donde se confirma que todos se realizaron desde el teléfono del acusado.
En cuanto al móvil del homicidio, la magistrada se apoya en "múltiples testigos" que hablan de la pretensión del arma de fuego que poseía la víctima, que era "asidua e insistente".
Enumera que "el cuerpo herido de Brambilla en el suelo de Tablada, la propiedad del arma calibre 22 de Noel y su acceso a ella, los proyectiles disparados por esa arma en el cuerpo de la víctima, el probable móvil, la desaparición del arma calibre 9 milímetros que portaba la víctima antes de salir y la ausencia de conflictos de la víctima en Tablada, rodea y deja solo a Noel, ubicándolo como el único autor materialmente posible del homicidio de Nicolás Rubén Brambilla".
Un aspecto en el que hace hincapié Rodenas son las contradicciones en que entra Noel G. cuando declara. "La madre de la víctima declara que la llamó y le dijo que lo hacía desde el lugar del hecho, que ya había llegado la ambulancia y que a Brambilla lo llevaban al Heca, pero el imputado luego declaró haberse retirado, dejando herido a su amigo antes de la llegada de los policías y el Sies.
Según el análisis de la autopsia surge que uno de los disparos fue hecho en la baja espalda y los restantes en el costado izquierdo del cuerpo. Es decir (dice el procesamiento) ninguno fue efectuado con la víctima de frente al tirador.
"¿Acaso G. aprovechó que al alejarse del auto Brambilla le dio la espalda y así efectuó un primer disparo y los dos restantes cuando giraba hacia su atacante, dándose inmediatamente a la fuga, de modo que ni siquiera la propia víctima podría identificado? En el análisis conjunto de la prueba, ello parece probable", desmenuza la magistrada.
Con todos esos elementos Rodenas procesó a Noel por la presunta comisión de homicidio agravado por uso de arma de fuego y portación Ilegítima de arma de fuego de uso civil y le trabó embargo por cien mil pesos. Y dictó la falta de mérito para Mayra D. R., la novia del acusado.
Así quedó encaminada la causa por la muerte de Brambilla, con el alivio de la incansable madre que luchó por Justicia y la memoria de su hijo.
incansable. Betina Quinteros peleó desde el primer día para obtener justicia por el crimen de su hijo. Con el procesamiento dio un primer gran paso.