Otra balacera, esta vez en una canchita de fútbol 5, reavivó la encarnizada rivalidad de las bandas afincadad en el barrio Municipal de Lamadrid y Abanderado Grandoli y la del Fonavi que se erige en esa avenida y Sánchez de Thompson. El lunes a la noche, mientras los integrantes de una de las bandas jugaban al fútbol en un complejo de Arijón 30 bis, se produjo una emboscada en la que un muchacho de 15 años resultó con un disparo en el abdomen y otro con un balazo en una pierna. Según los vecinos, el ataque fue repelido con ferocidad e, incluso, los testigos indicaron que se escucharon ráfagas de ametralladora. Doce horas después de ese ataque la brigada de calle de la comisaría 11ª incautó en una persecución a pie una ametralladora Halcón, la segunda de ese tipo secuestrada en los últimos diez días (ver aparte).
Lo sucedido el lunes a las 21.30 en la canchita de fútbol 5 ubicada en la esquina de Arijón y pasaje Atahualpa tiene al menos dos versiones. La que relataron los vecinos y la oficial. Una es completamente contrapuesta con la otra, aunque los nombres que sobrevuelan la historia son los mismos. Lo concreto es que los integrantes de una de las bandas fueron emboscados mientras jugaban al fútbol y dos de ellos resultaron heridos, uno de gravedad.
El telón de fondo es la vieja rivalidad entre barrios, algo que viene de la época en que el apodado "Chapita" se enfrentaba a tiros cotidianamente con Roberto "Pimpi" Caminos. Y que en los últimos días registró el asesinato de Jonathan David Rodríguez, ocurrido el sábado 1º de agosto en Sánchez de Thompson y Grandoli. Por ese crimen la comisaría 11ª secuestró, 72 horas después del crimen una pistola ametralladora FMK3 y detuvo a un pibe de 15 años como supuesto autor.
"Lo que pasó anoche fue terrible y pudo haber sido mucho peor porque esta cortada (Atahualpa) es muy tranquila. Te diría atípicamente tranquila. Nosotros podemos estar en la vereda tomando mates y nuestros hijos juegan a la pelota en la calle. Hay robos, como en cualquier lado, pero balaceras como la de anoche, jamás", explicó un vecino del lugar.
Lluvia de detonaciones. En barrio Saladillo el fenómeno de las canchas de fútbol 5 se mantiene vigente. En Arijón 30 bis, entre Castro Barros y Atahualpa, se levanta "Hay equipo", un complejo de tres canchas en las que además funciona una escuelita de fútbol desde hace más de un año. Pero en un radio de cinco cuadras a la redonda hay al menos otras tres canchas similares. "Hay equipo" tiene dos ingresos: el portón principal sobre Arijón y uno lateral sobre Atahualpa al 5900. Los vecinos aseguran que por las noches las canchas trabajan a full y no es extraño ver peregrinar grupos de diez jugadores buscando un lugar donde despuntar el sano vicio del "fulbito".
"Estos pibes no son de los que vienen siempre. No encontraban cancha por ningún lado y se vinieron para acá. La cancha que siempre queda es la que está al lado del portón. Llegaron, era la única que había y fueron a jugar a esa cancha", indicó un residente. "Todo pasó como a las 21.30. Yo volvía del Eempa que está a la vuelta (Nº 1284, de Sánchez de Thompson 83 bis) y cuando agarré por Atahualpa escuché las detonaciones. Primero fueron tres disparos, pero cuando pasó por Atahualpa un auto negro (sería un Peugeot 206), los que salieron de la canchita le dispararon con todo lo que tenían", explicó una muchacha. Y un joven de la cuadra agregó: "Los que salieron de la cancha llevaban una metra seguro porque se escuchaban las ráfagas".
Un auto negro. De acuerdo a la mecánica que relataron los vecinos, mientras los integrantes de una de las bandas jugaba, sobre Arijón se detuvo un auto negro del cual bajó un muchacho que resueltamente entró por el portón y disparó al menos tres veces contra los que jugaban. Uriel A., de 15 años, recibió un balazo en el pecho. Otro de los jugadores, quien se fue por sus propios medios, recibió una herida en una pierna. Impulsados por el reflejo, los agredidos corrieron unos 30 metros hasta la salida lateral y cuando el auto negro pasó por allí le dispararon con alto poder de fuego. "Agarrá la metra", escucharon los que jugaban en las otras canchas, y luego resonaron disparos.
Una vez que la balacera cesó (los vecinos hablan de entre 20 y 25 disparos), los amigos del herido salieron corriendo armas en mano hacia Grandoli y Sánchez de Thompson, como sabiendo de dónde venía el ataque. A Uriel A. lo cargaron en un utilitario Renault Kangoo rojo de uno de los jugadores de otra cancha y lo llevaron al hospital Roque Sáenz Peña, de donde fue derivado por su gravedad al Heca.
Uriel A. vive en el barrio Municipal de Lamadrid 98 bis, el mismo donde vivió "Pimpi" Caminos, y era primo de otro chico de 15 años que fue asesinado a balazos el 25 de julio de 2011 en esa zona y al que apodaban Triple 6. Este adolescente, a su vez era primo de Alexis Caminos, uno de los hijos de Pimpi.
Hasta allí la historia en la que vecinos e investigadores coinciden. Pero al hablar de los protagonistas de la agresión no hay coincidencias. Varios habitantes del barrio indicaron que vieron a Alexis disparar contra los que jugaban al fútbol. Pero oficialmente se indicó que a las 21.10, veinte minutos antes del ataque, el joven había caído preso en la comisaría 15ª acusado por su concubina de violencia doméstica. "Eso está documentado", indicó un vocero policial consultado.
Del relato de los vecinos se desprende que el grupo agredido era el afincado en Sánchez de Thompson y Grandoli. Pero para los investigadores la historia fue al revés. "El grupo agredido fue el del barrio Municipal (el de Alexis) y los que dispararon serían del Fonavi de Sánchez de Thompson", agregó el vocero. El caso es investigado por el fiscal de la unidad de homicidios Pablo Pinto.