El secretario de Análisis y Articulación de Procesos Interministeriales, José Spadaro, se refirió al secuestro de dos ametralladoras en manos de civiles en los últimos diez días. Dijo que este tipo de casos suceden en todo en país y que "son producto de robos o de connivencia policial" con el delito. Y apuntó que el desembarco de las fuerzas de seguridad a fines de marzo en barrio tablada apunta, entre otras cosas, "a desarmar todo lo que se pueda" a la población.
El último decomiso de armas ocurrió en barrio Tablada, donde en una vivienda se halló además de droga una ametralladora FMK3, con número de serie que delata su origen en depósito policial. Días atrás se encontró una PAM1 en la zona oeste de la ciudad.
"Estas son armas de fabricaciones militares que fueron diseñadas en reemplazo de la anterior pistola ametralladora 1125, normalmente destinadas a la policía y con capacidad de disparar 600 tiros por minuto", describió Spadaro.
En diálogo con "El primero de la mañana" de La Ocho, sostuvo que "estas armas han aparecido en varios lugares del país" y estimó que son "producto de robos o en algunos casos de connivencia policial".
En este sentido dio detalles del
operativo realizado a fines de marzo en barrio Tablada, coordinado entre la Jefatura de Policía y un grupo de analistas de la Central de Análisis de Procesos (Cenap), dependiente del Ministerio de Gobierno y Reforma del Estado. Se produjeron 34 detenciones (por robo, tentativa de robo y disturbios en la vía pública), además del secuestro de droga, armas blancas y nueve de fuego, con municiones y cargadores.
"Diariamente hay 140 policías que se están desplegando en móviles y patrullas de a pie", señaló Spadaro, y agregó que "la presencia de la policía en esos lugares tiene como objetivo individualizar y desarmar todo lo que se pueda". Además contó que se secuestraron "más de 120 motos" y que "muchas de esas estaban siendo utilizadas por sicarios".
Con estas acciones Spadaro indicó que también "la policía está tratando de revertir su mala imagen" porque "ante un corrupción estructural" que había, "pensamos que esto se resuelve a partir de la la propia policía, que es una carrera digna y que no puede convivir internamente con delincuentes que usan uniforme".
El funcionario dijo además que el narcotráfico, al igual que la trata de personas, es un delito federal, pero que "el problema no está en los búnkers sino en el alto consumo y en los que lavan dinero de orígen ilícito".