Un joven de 25 años fue asesinado de un balazo en la cabeza cuando estaba dentro de un taller de motos ubicado en el Fonavi de Forest al 7500, a escasos metros de la casa en la que vivía con sus padres. Según el relato de sus familiares la víctima no tenía problemas con nadie y quedó en medio de un ataque que no era para él. Los vecinos describen un barrio en el que es frecuente ver a pibes disparar sus armas "como si fueran juguetes".
Gabriel Jesús Arainte tenía 25 años y trabajaba como ayudante de plomero y gasista, vivía con sus padres en el Fonavi Supercemento de Forest al 7500, barrio Antártida Argentina también conocido como "Donado y Mendoza". A unos cincuenta metros de su casa fue asesinado este martes por la noche cuando estaba en el interior de un garaje que funciona como taller de motos. "Había llegado de trabajar, estaba con la ropa de laburo. Fue al taller porque estaban arreglando una moto de un hermano. A los cinco minutos de que salió se escucharon los tiros y vinieron corriendo a avisar que le habían pegado a Gabi", relató a La Capital uno de sus hermanos.
Según indicaron desde la Fiscalía, fue cerca de las 22.45 del martes. Los primeros datos recabados en el marco de la investigación de la fiscal de Homicidios Gisela Paolicelli indican que el joven fue asesinado por una persona que llegó al lugar a pie y luego de gatillar huyó. Gabriel quedó malherido, fue trasladado al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez y falleció pasadas las 1 del miércoles.
Sobre un portón de chapa quedaron estampados los agujeros de los balazos. Todavía no está claro si la agresión fue directamente sobre Gabriel o si fue un ataque a balazos contra el taller. Los familiares de la víctima insistieron en desmentir las versiones que aseguraban que el joven había mantenido una discusión previo a ser asesinado. "Estaría bueno que digan la verdad, dijeron que Gabriel estaba discutiendo con alguien pero nada que ver. La ligó de rebote", aseguró su hermano.
Este miércoles por la mañana los familiares de la víctima se reunieron en la puerta de la casa, adonde también llegaron varios vecinos a dar sus condolencias. En ese marco coincidieron en que Gabriel no tenía problemas con nadie, por lo cual suponían que el ataque pudo estar dirigido directamente a la persona encargada del taller. "Ni él ni nosotros tenemos problemas con nadie, si no hubieran venido a tirar acá. Él andaba tranquilo por todos lados, si tuviera algún quilombo estaría escondido", contaron.
Barrio complicado
"Está muy podrido acá, todas las noches se escuchan tiros. El barrio es un peligro", opinó en diálogo con La Capital una vecina que dijo conocer a Gabriel desde chico. En ese sentido otros comentarios aseguraron que se volvió frecuente ver en distintos puntos del barrio a chicos que andan armados. "Tiran para arriba como si fuera que tienen un juguete los pibes, no sé si prueban las armas o qué hacen", describió un hombre.
La noche del martes los balazos no fueron para arriba sino contra el garaje en el que estaba Gabriel. Algunos vecinos prefirieron no asomarse y se enteraron del resultado fatal por los noticieros recién durante la mañana del miércoles. Hace unos quince días las crónicas policías habían hablado de la barriada de Forest al 7500 por otro hecho violento.
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Fue la madrugada del 17 de julio cuando una mujer de 30 años resultó herida con varios balazos dentro de su departamento de la planta baja del monoblock 83. Por ese hecho personal del Comando Radioeléctrico llegó al lugar, donde dos hermanas de la víctima terminaron detenidos. Es que los policías vieron cuando uno de los muchachos tomó un bolso e intentó escabullirse, pero al ser requisado descrubrieron que tenía envoltorios con cocaína y marihuana, dinero en efectivo y una balanza de presición.
Antecedentes
La historia violenta del Fonavi de Forest al 7500 tiene un antecedente fatal que se remonta al 14 de mayo de 2020, cuando fue acribillado Franco Agustín Verón, de 22 años, quien en ese entonces era pareja de una hija del narco Luis Medina, asesinado en 2013. El chico estaba en la casa de ella cuando lo llamaron por su apodo "Franquito". Al asomarse recibió una ráfaga de balazos que acabó con su vida de inmediato.
En torno a ese hecho aparecieron los rumores que ubicaron a la víctima como una persona cercana a un integrante de la barra brava de Rosario Central. Aunque también se hizo referencia a la relación con su suegra, Daniela Natalia Ungaro, condenada a tres años de prisión por integrar una asociación ilícita liderada por su hermano René "El Brujo" Ungaro. Anteriormente en esa zona habían ocurrido otros dos homicidios resonantes. Uno en abril de 2016, cuya víctima fue Gustavo Pérez Castelli, padre de la novia de Luis Medina, asesinada junto al empresario narco. En agosto de 2017, en tanto, Brian Walter "Tarugo" Barjollo fue asesinado de 17 balazos en la casa donde cumplía arresto domiciliario por un robo.