El 2 de febrero de 1994 la ciudad se conmocionó con el incendio a la sede de Central de Mitre 853 cuando transcurrían los primeros días de febrero de 1994 y el escribano Víctor Vesco acababa de ganar las elecciones del club de Arroyito. El fuego provocó cuantiosas pérdidas pero no heridos.
Fue también un miércoles –como en el ataque incendiario registrado esta madrugada–, cuando Oscar "Paquito Ferreyra, que por entonces tenía 22 años, ingresó a la sede alrededor de las 13 portando un bolso que contenía un bidón y acompañado de una mujer llamada Irma. Juntos se dirigieron directamente a la sede de la presidencia y rociaron con combustible la puerta de ingreso y los sillones. Las llamas ganaron rápidamente y los empleados notaron el fuego apenas unos segundos después, generándose el pánico.
Precisamente un administrativo que advirtió los movimientos de Paquito Ferreyra corrió escaleras abajo tras el atacante y en Mitre y Rioja logró detenerlo.
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Ferreyra hacía poco tiempo que era socio del club de Arroyito y por entonces contaba con antecedentes por "consumo de drogas, hurtos, amenazas a la autoridad y delitos contra la propiedad", según la edición del 3 de febrero de ese año de La Capital.
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Días más tarde, el 9 de febrero de 1994, el juez penal de Instrucción José María Casas, procesó al socio canalla por considerarlo responsables del delito de "incendio agravado de bienes, con peligro para las personas".
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En el hecho también estuvo detenido otro reconocido miembro de la barra brava canalla de entonces, Marcelo "Vitamina" Barberis, quien luego recuperó la libertad por falta de mérito. Otro involucrado fue Rómulo Betrovsky, un hombre que tras el atentado se presentó espontáneamente en la comisaria 16ª y dijo haber participado del ataque. Sin embargo, fue dejado en libertad por falta de mérito.
Un día después del atentado, el electo presidente Víctor Vesco responsabilizó directamente a la agrupación que gobernaba por entonces el club y que fue derrotada por el histórico presidente canalla en las elecciones de ese año: "De la lista RC 2000. ¿De quién va a venir? Yo la unidad no la quise para no ir con esta gente. Este tema yo lo conocía, porque además ellos te lo decían: me dijeron diez veces que si no los llevábamos en la lista no íbamos a poder gobernar. El Lolo (Marcelo Schamun, actual secretario de actas del club y ex candidato a vicepresidente 1º en la Lista Unidad) me lo dijo 10 veces y el Negro Suárez, el día de los comicios me dijo: 'Vos no escarmentás más', a lo cual le respondí. '¿Qué vas a hacer, me vas a seguir pintando las paredes?'", le dijo por entonces Vesco a La Capital.
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Archivo/La Capital
Para el RC 2000, la actitud de Vesco fue una actitud de "canibalismo político", repudiaron esos hechos de violencia y destacaron que iniciarían acciones legales contra el por entonces electo presidente auriazul.
El nuevo ataque incendiario a la sede de Central
Este miércoles, 27 años después de aquel incendio provocado en la sede de calle Mitre, dos hombres desparramaron en la madrugada un balde con combustible y el fuego se propagó rápidamente. Como consecuencia del ataque, Alexis –el guardia de seguridad de 23 años que cubre el turno noche en la sede canalla– sufrió graves heridas en ambas manos y el rostro.
Más allá de la historia, el ataque está inmerso en una serie de hechos vandálicos violentos que comenzaron el pasado domingo, cuando desconocidos decapitaron el busto de Isaac Newell, pionero del fútbol argentino y uno de los promotores de la fundación del club del Parque.
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Horas más tarde, en la cuenta de Instagram @lapreviadelcarc, luego borrada, se publicó una historia en la que aparecían personas vestidas con ropa del club de Arroyito, posando con una maza y la cabeza del busto vandalizado.
La primera réplica de ese episodio llegó apenas un día más tarde. Dos hombre a bordo de una moto lanzaron dos bombas molotov contra el edificio de la subsede Cruce Alberdi –donde habitualmente se realizan actividades deportivas y las asambleas de la entidad de Arroyito– de Catamarca al 3500 ocasionando daños materiales. Su acción fue grabada en video y las imágenes también se publicaron en las redes sociales y se viralizaron.
Treinta y siete años después, la historia se repite. La sede de Central fue incendiada y un joven guardia de seguridad ajeno al mundo del fútbol se llevó la peor parte. Hoy habrá una reunión para intentar encontrar ¿soluciones? ¿Cambia algo? No es el fútbol, es la violencia que genera la locura. O la locura que se desprende de la violencia.