En las declaraciones escuchadas durante la primera semana del juicio oral y público que se sigue al narco empresario Esteban Lindor Alvarado, acusado como jefe de una asociación ilícita, instigar un homicidio y lavado de activos, tres testimonios grabados mucho antes de que empezara el debate fueron fundamentales: la de los hermanos Rodrigo y Mariana Ortigala y la declaración realizada como anticipo jurisdiccional de prueba de Carlos Argüelles, un mecánico que estaba imputado por pertenecer a la banda y que pasó a ser colaborador de la Justicia en la investigación antes de ser asesinado en septiembre del año pasado por sicarios que, se supone, recibieron órdenes desde un pabellón de la cárcel de Piñero. En su testimonio Argüelles dijo que al menos tres personas asesinadas por mandato de Esteban Alvarado aún están desaparecidas.
Uno de ellos, un tal “Carlos” estaría enterrado en “calle Mendoza”, según expresó en su momento a La Capital el propio Argüelles. El cuerpo habría sido enterrado en un galpón en el que meses después se instaló un supermercado chino. La investigación sobre el presunto lugar en el que está enterrado ese cuerpo no pudo avanzar y jamás trascendió el apellido de la víctima.
El otro “desaparecido” es Nahuel Fernández, hermano de dos hombres asesinados en un triple crimen perpetrado en Granadero Baigorria el 16 de abril de 2018. Los muertos fueron Ezequiel David “Parásito” Fernández, de 38 años; su hermano José Horacio “Grasita” Fernández, de 30; y Gerardo “Abuelo” Abregú. En el caso de Nahuel, Argüelles contó en su declaración que “lo secuestran y lo llevan a Ybarlucea, a lo de Fabián P., alias «Calavera». Lo esperan él y dos personas. Lo golpean y torturan. Después lo llevan a un pozo y lo entierran”. Jamás se supo dónde está ese pozo y el cuerpo de Nahuel no apareció.
Al respecto, Argüelles explicó: “A Nahuel, del Fonavi 7 de Septiembre, hermano de «Grasita» Fernández, lo mandó a secuestrar, lo enterró en un pozo y aun lo siguen buscando. Yo veía a esa madre por TV y créanme que es muy duro. Por eso (lo de Alvarado) es una narcodictadura, hace desaparecer personas, no te da ni la chance de velarlo. Me lo dijo a mí: “A éste (Nahuel) no lo encuentran más”.
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El otro “desaparecido” de la lista sería Adrián Giacomelli. En la declaración filmada en 2020 Argüelles contó: “Quiero referirme a la muerte relacionada en un galpón de la calle French. Un día me dice (Alvarado) ¿querés un Golf? No tiene bronca el auto”. Yo no entendía nada porque era raro que te regale algo este si no es por conveniencia. Resulta que este auto era de «Tito», Adrián Giacomelli, que está desaparecido pero la familia no lo denuncia porque tenía pedido de captura y tiene miedo de denunciar, lo encuentren y metan preso. A esa altura yo le hice llegar a su familia, dado que su cuñado es mi amigo. En el baúl de ese auto había un cuchillo plateado con cosas doradas que me lo guardé y no recuerdo donde está guardado porque no estoy más en el taller de calle Montevideo (que compartía con Alvarado). El me dice «a éste lo secuestramos y lo enterramos en un pozo y le robamos algo que vale mucha plata». Luego me entero por medio de un amigo que era el cuñado de Hugo y con Hugo logro hablar hace muy poco pidiéndole por favor que me dé el nombre de esa persona para hacer la denuncia porque esta persona no está desaparecida sino que está en un pozo”.
El lunes 6 de septiembre del 2021 Rodrigo Santiago V. (44 años), Aldana Victoria P. (27), Maximiliano Oscar M. (28), y Nahuel Lautaro A. (19), llegaron hasta el taller que Argüelles tenía en la zona de Garay al 3500 y lo balearon frente a su esposa e hijos, murió casi en el acto. Según fuentes judiciales ninguno de los cuatro acusados registraba antecedentes penales de magnitud, pero todos habían pasado alguna vez por la prisión y tenían manejo de armas. Sus prontuarios detallaban: robos, encubrimiento y tenencia de armas. En la jerga de los grupos mafiosos, no había capos ni jefes para ejecutar el crimen, pero sí eran al menos tira tiros, personas que por una paga cumplen con el encargo de balear un objetivo, en este caso Argüelles.
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El ministro de Seguridad de la provincia, Jorge Lagna, sostuvo en aquel septiembre de 2021 que “se está muy cerca de establecer los vínculos de Alvarado con el crimen” tras destacar la labor policial para la detención de los probables autores del asesinato de Argüelles. Los cuatro fueron imputados el 9 de septiembre por homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas agravado por el uso de arma de fuego, en carácter de autor para Nahuel Lautaro A. y en carácter de partícipes primarios a los demás.
Luego se supo que Aldana Victoria P. era la pareja de Dardo Basualdo, detenido en Piñero y uno de los tiradores de la banda comandada por Lindor Alvarado. Investigadores que colaboran con la causa señalaron que “Basualdo está en el pabellón 4 y su novia estaba en el VW Fox (en el que se trasladaban los agresores) el día del crimen. Está claro que la orden vino de Alvarado, los demás son soldados.”
Así, por medio de una filmación, Carlos Argüelles pudo explicar meses después de ser asesinado parte del entramado de mafia y muerte que aún tiene a Rosario en terapia intensiva.