En menos de cinco horas dos robos suculentos sacudieron este viernes las bases de dos emprendimientos mantenidos a pulmón por sus trabajadores. Uno fue alrededor de las 2.30 en una carnicería, negocio familiar, de Hilarión de la Quintana al 1400, en barrio Tiro Suizo. El otro cerca de las 7 en la cooperativa Cotar, en Humberto Primo y Mar del Plata. Sumados ambos robos, los ladrones se llevaron cerca de diez millones de pesos.
Alrededor de las 7 de la mañana la rutina cambió drásticamente en la oficina de concesionarios de la cooperativa Cotar, en Humberto Primo y Mar del Plata. Al menos un ladrón, que llegó con un cómplice en auto y saltó el alambrado perimetral, asaltó a un grupo de empleados y fleteros y se llevó alrededor de cinco millones de pesos. “Tenían un buen dato porque fueron directamente a ese lugar, que es donde los fleteros rinden el dinero para poder cargar”, comentó un empleado. El atraco a la Cotar duró dos minutos.
Históricamente a la zona de barrio Industrial donde se levanta la planta de la cooperativa Cotar y hasta hace pocos años la de La Virginia, hoy en barrio Larrea, se las reconocía como “Café con leche”. En la barriada solo sobrevive Cotar, que desde mayo del año pasado funciona oficialmente como empresa recuperada bajo el nombre “Nueva Cotar de la gente” y tiene alrededor de 130 empleados.
Para ellos no es una novedad el robo, ya que el 17 de mayo de 2019 un grupo de delincuentes ganó el interior de la empresa y ayudados con un soplete violentaron dos cajas fuertes en un par de oficinas del primer piso. Y este año, al menos hasta principios de septiembre, habían sufrido tres ataques con robo de cables en un lapso de 45 días.
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Con ese telón de fondo, este viernes recibieron un nuevo cachetazo a la economía de la cooperativa. Según se pudo reconstruir, alrededor de las 7 de la mañana un auto marca Volkswagen gris se detuvo en inmediaciones de Humberto Primo y Mar del Plata. Del auto bajó un hombre joven, con la capucha de la campera colocada, que sin titubear se trepó al cerco perimetral y ganó el espacio interior de la cooperativa.
Raudo, corrió los pocos metros que separan el cerco donde los fleteros y concesionarios llegan para rendir el dinero que les permita volver a cargar mercadería. Una vez cerrada esa oficina, el dinero es rendido en la tesorería. En menos de dos minutos, arma en mano, el ladrón se hizo con la recaudación que la oficina tenía hasta ese momento. Alrededor de cinco millones según testigos y 4,5 millones según información oficial. Completada la faena, el delincuente huyó por donde ingresó. Subió al auto gris, que se perdió por calle Mar del Plata al norte, que le abrió un menú de posibilidades para fugar de la zona.
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La esquina de Mar del Plata y Humberto Primo, el lugar por el que, según testigos, ingresó el ladrón solitario que en dos minutos robo 5 millones de pesos.
Foto: Celina Mutti Lovera
“Da mucha impotencia, porque nosotros hace poco que somos cooperativa y estos robos son un golpe muy duro. Es feo decirlo, pero tenían un dato preciso, porque el ladrón fue directamente donde estaba la plata. Lo peor es que queda flotando de dónde salió el dato. Es un área de carga y descarga de concesionarios en los que se rinde el dinero que te permite volver a cargar. Ese lugar cierra a las 7 y después la plata va a la tesorería”, comentó un empleado.
“Fue todo muy rápido. Acá pusieron cámaras por todos lados, las maneja una empresa privada. Seguramente los delincuentes tenían información, porque fueron directamente a ese sector. El dinero que se llevaron es parte de nuestro sueldo. Cotar es una cooperativa y vivimos de lo que se recauda día a día”, agregó otro trabajador. La investigación del robo quedó en manos de la fiscal de Flagrancia, María de los Angeles Granato, quien comisionó a efectivos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) para que trabajaran en territorio tomando declaraciones a empleados de Cotar y potenciales testigos del atraco.
Cinco millones en la carnicería
El otro robo millonario se produjo en una carnicería de barrio Tiro Suizo. “Eran alrededor de las 2.30 cuando escuchamos ruidos en la carnicería, que está contigua a nuestra casa. Mi marido se asomó y vio que dos personas armadas estaban robando. Así empezó todo”, explicó Graciela, dueña de la carnicería ubicada en Hilarión de la Quintana al 1400. Si bien en los 18 años en el barrio, de los 38 que tiene como carnicera, ya la robaron media docena de veces, la de este viernes por la madrugada será difícil de olvidar.
Ladrones armados les robaron los 5 millones de pesos que tenían resguardados para comprar mercadería la semana próxima. Graciela contó que los delincuentes revolvieron toda la carnicería buscando el dinero. “Sabían que teníamos dinero para reponer mercadería. Antes de irse gatillaron un arma”, contó.
Germán, su marido, fue quien se topó con los delincuentes: “Cuando me asomé por el ventiluz de la cochera ví a un tipo de campana afuera, dos adentro del negocio y otro en un Renault Logan gris. Me apuntaron con un arma, cerré la ventana, pegué un grito y salieron”, relató el hombre.
Graciela contó que desde hace años ya no abren la carnicería al público. Atienden a la clientela por una pequeña ventanita que da a lo que debería ser el salón de ventas, que por la inseguridad está vedado al público. La carnicería y la vivienda familiar están contiguas una de la otra. “Estábamos durmiendo cuando escuchamos ruidos en la carnicería. Ahí fue que mi marido se asomó a ver y se topó con los ladrones, que estaban armados” relató la mujer.
Según la comerciante, antes de fugarse, o tal vez cubriendo su huida, los ladrones gatillaron un arma. Luego fugaron en un Renault Logan gris que los esperaba estacionado en la puerta de la carnicería. “Se llevaron 5 millones de pesos que teníamos para comprar mercadería la semana que viene. Nos dejaron en la lona. Vamos a tener que empezar de cero porque era lo único que teníamos. Hace años que atendemos por la ventanita. Los únicos que entran al negocio son los proveedores”, explicó.
“Acá el problema es el de toda la ciudad. No hay seguridad. Este es un barrio complicado. Pero si la policía no pasa, lo es más. Ayer en la esquina estuvo sentado un hombre cuatro horas y la policía nunca pasó para preguntarle qué estaba haciendo o si le había pasado algo. Así no se puede vivir”, indicó la mujer.