Dos puntos signados por la precariedad y con varias historias violentas a su alrededor fueron intervenidos e inhabilitados por el gobierno provincial. Se trata de dos viviendas del barrio Santa Lucía que son claves para la investigación por los crímenes de trabajadores ocurridos en marzo pasado. Por un lado la casa a la que fue trasladado el menor de edad apuntado como asesino del playero Bruno Bussanich, donde le dieron el arma utilizada en el crimen y la nota con un mensaje amenazante que dejó en la escena del hecho. La otra casa había sido usurpada por José Mauricio Maturano, ligado al mismo grupo, hoy prófugo y sindicado como uno de los asesinos del chofer de la línea K, Marcos Daloia.
Uno de los crímenes más impactantes de los últimos tiempos en Rosario tuvo como base para su planificación una casa precaria del barrio Santa Lucía. Una vez que fue detenido D. G., el adolescente señalado como homicida de Bussanich, su declaración ante la Justicia de Menores sirvió para reconstruir la previa de ese crimen ocurrido la noche del 9 de marzo. El chico contó que lo llevaron a una casa de Misiones al 2200 donde le dieron un arma y una nota, y donde se mantuvo una videollamada con un preso no identificado que habría sido el instigador de los atentados.
Detenidos por los crímenes
En distintos momentos los involucrados en los homicidios de Bussanich y de Daloia estuvieron en la casa de Misiones al 2200. El primero en ser identificado en ella fue Axel Uriel Rodríguez, alias Franco, quien estaba con prisión domiciliaria y tobillera electrónica por un homicidio que había cometido siendo menor. Más tarde fue identificada la mujer que en esa casa le entregó el arma y la nota al menor que cometió el crimen de Bussanich. Para la Fiscalía fue Joana García, pareja de José Maturano.
Por otro lado, el domicilio de Misiones al 2100 entró en la órbita de los investigadores cuando siguieron el rastro de la moto utilizada en el crimen del colectivero Daloia. El rodado había sido secuestrado en una casa de Nicaragua al 2200, donde hubo detenidos entre los cuales uno, al ser imputado por encubrimiento, dijo que la moto la había llevado allí "el papá de Lucía". Los fiscales supieron luego que hacía referencia a José Mauricio Maturano: ubicaron su casa de Misiones al 2100 por una causa iniciada a partir de una balacera contra ese domicilio ocurrida el 24 de febrero pasado, pocos días antes de los crímenes.
Al allanar esa vivienda la policía se encontró con García, que fue identificada junto a sus hijas pero no la detuvieron. A fines de julio el Ministerio Público de la Acusación difundió imágenes del homicidio de Daloia y el pedido de colaboración para dar con el paradero de Maturano, quien conducía la moto, y del sicario al que llevaba. Horas después de esa difusión García se presentó en una comisaría sin pensar que iba a quedar demorada y que terminaría imputada como partícipe del homicidio de Bruno Bussanich.
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Quien sí se entregó conociendo su destino fue el sicario de Daloia, Axel Herrera, de 19 años. Sus familiares lo reconocieron por los videos, el muchacho confesó y con la ayuda de un pastor lo entregaron a la Policía de Investigaciones. Cuando lo imputaron como autor del homicidio se supo que meses atrás, por distintos conflictos relacionados con el mundo del narcomenudeo, había dejado su casa familiar y desde entonces vivía con Axel Rodríguez en la casa de Misiones al 2200.
Inhabilitados
Desde el gobierno provincial comunicaron este jueves que las dos viviendas fueron inhabilitadas al ser tapiadas. Si bien se sospecha que además de funcionar como aguantadero eran también puntos de venta de drogas, no se avanzará con su derribo hasta que pueda ser probado judicialmente.
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Foto: Virginia Benedetto
Durante el operativo estuvieron los fiscales a cargo de las investigaciones de los homicidios, Patricio Saldutti y Adrián Spelta. También el fiscal Franco Carbone, encargado de los pedidos de inhabilitación de las viviendas, y el secretario de Seguridad Pública de la provincia, Omar Pereira, quien definió a ambos domicilios como lugares "fundamentales para el trabajo de la Justicia hoy".
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En tanto el fiscal Spelta habló sobre la búsqueda de Maturano, que permanece prófugo. "La investigación está encaminada. No sería apropiado dar algún dato preciso, pero estamos muy cerca de dar con él", aseguró el funcionario.
Violencia histórica
Para alguien ajeno al barrio Santa Lucía es totalmente desconocida la historia alrededor de la cuadra de Misiones al 2100. En esos metros linderos a la Circunvalación fueron asesinadas al menos cinco personas en los últimos cuatro años. La historia de violencia y criminalidad en ese sector del oeste rosarino excede a la trama de los crímenes de trabajadores en marzo.
La tarde del 7 de octubre de 2020 en una casa de pasillo de esa cuadra fue asesinado Héctor René Góngora, de 32 años. La víctima comía con adultos y niños cuando vio a una persona asomarse con un arma en la mano. Al intentar dispersar a sus acompañantes a empujones, Góngora quedó en la línea de tiro y recibió varios balazos. Al día siguiente sus familiares contaron a La Capital que ya habían recibido amenazas.
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Dos años después, en la misma cuadra, fue asesinada Catalina Aquino dentro de su casa. La mujer, de 63 años, era la madre de Fabio Giménez, preso y considerado un gestor de sicarios involucrados en crímenes resonantes de personas vinculadas tanto a Los Monos como a Esteban Alvarado. Ya había sobrevivido a tres ataques a balazos, pero el 17 de agosto de 2022 finalmente la asesinaron a tiros mientras tomaba mates en el patio de su casa.
El 3 de febrero de 2023 otro episodio enlutó la cuadra de Misiones al 2100 cuando fueron asesinadas las hermanas Belén y Milagros Rodríguez, de 18 y 21 años. Cerca de la medianoche las chicas se juntaron con un grupo en la puerta de la casa familiar cuando fueron sorprendidas a balazos desde un auto en movimiento. Belén murió camino al Policlínico San Martín, mientras que su hermana murió a los dos días en el Hospital de Emergencias.
Veinte días después, en un clima todavía caliente, fue asesinado Gastón Fabián Ingas, de 25 años. Un caso con poca trascendencia del cual apenas se supo que la víctima andaba en bicicleta por Misiones al 2100 cuando fue atacado a tiros por dos mujeres que se movían en una moto.