De todas las sensaciones posteriores al asesinato de Juan Manuel Britos, el taxista acribillado el jueves a la noche en el barrio Triángulo y Moderno, su hermano insistió en una: "El nene vio todo". El hijo de 8 años de la víctima estaba a metros de su padre cuando dos personas pasaron en moto a metros de su casa de Felipe Moré al 2600 y gatillaron al menos 15 veces contra el hombre de 40 años que, en ese momento, lavaba su taxi.
La principal hipótesis del crimen está relacionada a una serie de balaceras y amenazas previas a la víctima para que abandonara su casa. En ese contexto, el intendente Pablo Javkin lo había visitado para solidarizarse y así se hizo público un riesgo de muerte que, luego de que se levantara la custodia policial, finalmente se concretó. Pero esa hipótesis no es la única.
La historia de Juan Manuel Britos muestra lo difícil que resulta explicar la violencia callejera en Rosario y su abordaje político en materia de seguridad. En febrero de 2023, el hombre había sido víctima de dos balaceras contra su casa en el marco de amenazas para que abandonara esa vivienda. En una de esas ocasiones, los autores del ataque dejaron una nota: "Andate de la casa porque la mafia no jode". Después de la visita del intendente le habían designado una custodia policial que al poco tiempo fue levantada porque las calles de la ciudad, siempre calientes en tema de violencia, requerían más patrullaje activo.
Los últimos años de Rosario están repletos de crónicas de muertes anunciadas y esta es una. En algún momento, como mucho un año, era una posibilidad concreta que sucediera lo que finalmente ocurrió.
El hombre había adquirido su casa una década atrás en un estado deplorable y de a poco la había ido acondicionando para vivir allí con su pareja y el menor de sus dos hijos. Luego de una de las balaceras había manifestado que se quería ir, pero no tenía donde. Tuvo que quedarse y así ocurrió lo que en algún momento él pensó que había quedado atrás. Su pareja contó a los medios que después de las primeras balaceras no quería ni salir de la casa, pero que con el tiempo había recuperado el ánimo como para volver a trabajar.
Si las amenazas previas contra Britos sirven como guía, la firma de "la mafia" abre un abanico tal vez infinito. De esa forma se autodenominan varias bandas criminales y las más conocidas son dos que cuando fueron condenadas contaban con complejas estructuras que alcanzaban a la corrupción institucional. Valiéndose del tráfico de información y la capacidad para desviar investigaciones lograron concretar asesinatos como el de este jueves y mantenerlos impunes. En ese barro espeso se iniciará el legajo que buscará resolver las circunstancias de otro ataque sicario.
La otra hipótesis
Britos era una persona que atravesaba distintos conflictos, es muy pronto para confirmar cuál de ellos está relacionado a su asesinato. Sus allegados insistieron en que el más complejo siempre fue la intención de "la mafia" de quitarle su casa y esa es por ahora la principal hipótesis. Otras fuentes ubicaron una bronca vinculada al préstamo de dinero.
Si bien es escasa la información sobre esta segunda línea de investigación, una fuente señaló a La Capital que este conflicto por préstamos de dinero estaría vinculado al barrio Cabin 9. No se conocen, por el momento, nombres de presuntos involucrados.
¿Por qué esta es "la otra" hipótesis y no la principal? Los investigadores relativizan esta segunda punta porque los préstamos eran montos menores que contrastan con el ataque tremendo que acabó con la vida de Juan Manuel Britos, al que dispararon al menos 15 veces.
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Foto: Virginia Benedetto.
Quién lo mató es una pregunta que puede resolverse mediante la investigación del homicidio o bien quedar en la nada, como en el 67% de los casos según el último informe de gestión de la Fiscalía Regional II publicado el año pasado ante la salida del ex fiscal general Jorge Baclini.
La familia
El viernes por la mañana en la cuadra de Felipe Moré al 2600 un charco de sangre marcaba el punto en el que Britos cayó muerto a balazos. Unos metros más al sur, sobre la mitad de cuadra, está su casa. Ahí, en cuclillas y con la espalda sobre la pared, su hermano Julio fumaba un cigarrillo. Al hablar con La Capital apenas pudo reconstruir el horror que viven desde el jueves a la noche, pero por sobre todo hizo hincapié en su sobrino de 8 años.
"El nene vio todo, estaba jugando a unos metros y le mataron al padre", repitió en más de una ocasión y sin poder ponerle demasiadas palabras a la angustia por el recuerdo que le quedará a su sobrino. Julio, un año menor que su hermano, aseguró que en el último tiempo Britos no había recibido más amenazas: "No hubo más notas, tiros, nada". Creían que aquel conflicto por la casa había quedado atrás, aunque ahora volvió a ubicar a esta bronca como el motivo del crimen.
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En su relato, este hombre alcanzó a reconstruir el ataque. Britos lavaba su taxi sobre la vereda oeste de Felipe Moré al 2600, a metros de su casa, mientras su hijo y su pareja estaban cerca de él. Y en un instante, cerca de las 22, una lluvia de balazos partió desde una moto. Fuentes de la investigación precisaron que en el lugar del hecho se levantaron 15 vainas y que la víctima tenía al menos 29 heridas desde la cabeza hasta las piernas, por lo que se presume que todas las balas atravesaron su cuerpo provocando orificios de entrada y salida.
Vanina, pareja de Britos, habló con los medios y contó que la policía tardó varios minutos en llegar al lugar y que tampoco llegó una ambulancia. "Cuando llegó un patrullero tenía las luces apagadas, apareció por Gálvez y se fue para el otro lado. Ni siquiera atinó a venir para acá. Se fue para el otro lado", contó. Poco tiempo después, ya con presencia policial en la zona, los vecinos advirtieron que Britos todavía respiraba y lo cargaron en un auto para llevarlo al Hospital Clemente Álvarez. Cuando lo ingresaron ya estaba muerto.
"Juan somos todos"
En febrero de 2023, luego de la segunda balacera contra su casa, el intendente Pablo Javkin visitó a Britos y publicó un video en sus redes sociales. Fue en el comienzo del año electoral en el que el mandatario municipal reforzó mucho su discurso de preocupación sobre la problemática de la seguridad, elevando reiterados reclamos a Provincia y Nación que menguaron con su reelección en diciembre pasado. En ese contexto la visita a la casa de Britos, una víctima directa, trascendió al punto de que su publicación en redes sociales se convirtió en noticia.
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https://twitter.com/pablojavkin/status/1624138006205538305
"Muy probablemente sea una de las tantas extorsiones que se ordenan desde las cárceles sin que nadie las impida, y que si las fuerzas de seguridad no hacen nada, terminan en muertes", indicó en aquella ocasión el intendente. "Vine a la casa de Juan porque hoy es un símbolo. Estas cosas no pueden pasar más. Como intendente, desde la puerta de la casa de un vecino que tiene miedo, les pido por favor que usen las armas que tienen para cuidar a Rosario", insistió.
"Juan somos todos nosotros", aseguró Javkin como manifestación de solidaridad en el video que acompañó la publicación. Luego del crimen de este jueves los allegados de la víctima recordaron que la custodia policial, ordenada tras hacerse pública aquella situación, duró hasta mayo. Una historia de violencia que dio vueltas hasta un punto final trágico, en esta ocasión tal vez no tan imprevisible.