Un joven de 21 años aceptó ayer en el marco de un proceso abreviado la pena de 3 años de prisión efectiva por amenazar desde el teléfono celular de su madre a los fiscales del Ministerio Público de la Acusación de la provincia que participaban de un juicio oral y público contra integrantes de la banda de Los Monos desarrollado en el Centro de Justicia Penal en 2021.
La condena recayó en Rodrigo Alejandro Martínez y el acuerdo fue alcanzado por el fiscal de Flagrancia Pablo Lanza (en suplencia de su par Franco Carbone) y la defensa del joven, quienes calificaron el delito como amenazas coactivas calificadas por ser anónimas en carácter de autor, lo que fue homologado por el juez de primera instancia Nicolás Vico Gimena.
Según la fiscalía, el 13 de septiembre de 2021 a las 16.47 horas el ahora condenado realizó un llamado anónimo a la central operativa del 911 desde un teléfono celular propiedad de su madre Ana María M. En su mensaje al operador del sistema, el muchacho dejó sentada la amenaza a los fiscales del Ministerio Público de la Acusación y sostuvo que si los mismos no disponían la libertad de Ariel Máximo “Guille” Canteros y a otras seis personas de la banda de Los Monos que estaban siendo juzgados en esos días en el marco de un proceso oral y público por balaceras contra objetivos del Poder Judicial ocurridas durante 2018, atentarían contra su integridad física, sin hacer mención a ningún funcionario en particular.
“Suelten a los Cantero que vamos a matar a todos los fiscales, suelten a Los Monos”, dijo el joven al llamar al 911. Y para la fiscalía, “dicho acto anónimo tuvo como propósito que los fiscales, como estamento público provincial, dejen de realizar sus tareas como titulares de la acción pública en todo el territorio de la provincia”.
El trabajo de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) y del Ministerio de Seguridad provincial permitió rápidamente identificar no sólo desde que línea telefónica se había realizado la llamada sino también en que antena había impactado. Así se obtuvo una zona determinada de la ciudad y una serie de domicilios que fueron allanados dos días después de la llamada y que derivó en la detención de Rodrigo Alejandro Martínez y su madre, Ana María M. El joven fue acusado entonces por la autoría del hecho y su madre, de 38 años, como partícipe necesaria por ser la titular de la línea telefónica. Sin embargo el 20 de octubre de 2021 la Fiscalía dispuso la desvinculación de la mujer del hecho atribuido y el archivo de la causa contra la misma.