Racing hizo pesar la jerarquía de sus jugadores y con autoridad derrotó 2 a 0 a Atlético Tucumán. El equipo de Fernando Gago ratificó sus pretensiones de pelear por el título hasta el final consiguiendo una victoria inobjetable.
Por Vicente Petisce
El segundo de Racing. Eugenio Mena coronó una gran jugada colectiva para sellar el resultado ante Atlético Tucumán.
Racing hizo pesar la jerarquía de sus jugadores y con autoridad derrotó 2 a 0 a Atlético Tucumán. El equipo de Fernando Gago ratificó sus pretensiones de pelear por el título hasta el final consiguiendo una victoria inobjetable.
Desde el inicio, se hizo dueño del encuentro utilizando el juego de posesión que pregona su técnico, con Emiliano Vecchio como generador. De sus pies nacían los avances hacia el arco rival, que sintió el peso de disputar un partido decisivo. Tal es así, que hasta su arquero Carlos Lampe, quien siempre mostró seguridad en encuentros anteriores, cometió un error increíble, cediéndole el gol a Copetti a los 5’.
El Decano no dio la talla, nunca estuvo en partido, salvo en aisladas ocasiones. La superioridad de Racing la rubricó a los 44’ a través de Eugenio Mena, luego de una gran jugada colectiva.
En la segunda parte, nada cambió. El local hizo un culto de la tenencia y estuvo cerca de aumentar la ventaja, mientras daba la sensación de que el conjunto tucumano solo esperaba que el partido concluyera. Lucas Pusineri intentó cambiar la floja imagen con las variantes, pero no surtieron efecto.
En los últimos minutos, Racing reguló sabiendo que en unos días tiene otra final, en Santa Fe cuando visite a Colón. Por su parte, Atlético Tucumán buscará recuperar el nivel que lo llevó a mantenerse en la cima, cuando el jueves reciba en su estadio a Rosario Central.