Es saludable que Edgardo Bauza volviera sobre sus pasos y bajara el tono confrontativo que generaron sus palabras cuando dio a entender que Lionel Messi se lesionó porque en Barcelona no lo cuidaban debidamente. El Patón necesitó de la resonancia mediática para entender que en algunos lugares siempre es conveniente no entrometerse por más pata ancha que se tenga. Igual, no hizo más que defender como lo hubiera hecho un padre cuando le tocan a un hijo. Los medios catalanes saltaron como leche hervida y hasta ningunearon la elección de Bauza como entrenador de la selección argentina. Hasta la AFA tuvo que recoger el guante y salir a pedir disculpas públicas para calmar las aguas que llegaban turbias.