Víctor Figueroa fue uno de los refuerzos que arribaron hacia seis meses y que al final no terminó siendo lo que se esperaba. Condiciones le sobran, de eso no hay dudas, por eso se espera que las muestre y en el Clausura que se viene se transforme en una pieza fundamental del equipo. "Me siento en deuda", reconoció en el arranque de la nota con Ovación, donde el volante se abrió para hablar del momento difícil que le tocó vivir en los últimos meses, del presente y lo que se vendrá. Aunque también relató otras vivencias dentro del fútbol, como su paso por Arabia Saudita, y su inicio en el fútbol (ver aparte).
El Sapo, apodo que se ganó en el grupo rojinegro, pintó con realidad que no fue el jugador que todos esperaban. Por eso sostiene que "me siento en deuda y hay que pagar. Uno cuando llega a un equipo está con la ilusión de hacerlo bien, pero no lo hice y me lesioné mucho. Me complicó y pagué las consecuencias. Ahora me estoy preparando bien y espero cambiar la imagen del año pasado".
En su análisis encuentró la explicación en que "llegué tarde a Newell's, no hice los trabajos con mis compañeros, las lesiones me tuvieron a maltraer y nunca pude agarrar ritmo. Estoy mal por eso que pasó, pero ahora tengo muchas ganas de revertir eso".
-¿Sentiste la presión del hincha?
-Sí. La gente confió en mí y sabe que puedo dar más. Ojalá que este sea un buen torneo para mí y el grupo.
-Para colmo el hincha es picante, ¿no?
c-(Se ríe) Sí. Newell's tiene mucha gente, lleva mucho público a la cancha y eso genera una presión muy particular. Nosotros sabemos que ganando a la gente la vamos a tener de nuestro lado. No ganamos y menos de local. Esa es la deuda que tenemos que pagar. Igual creo que vamos a salir adelante.
-El semestre no fue ideal, no sólo en la cancha sino también en la zona del vestuario.
-Nunca me tocó vivir algo así. Igual es lindo, me gusta tener presión. Me preparo para hacer un buen torneo porque necesitamos sumar de a tres. Ojalá le demos una alegría a la gente.
-Con lo que decís quiere decir que a veces el jugador es masoquista, quiere la presión.
-Sí. A mí me tocó estar en Arabia y me sorprendió la cantidad de gente que iba a la cancha, pero no es la misma del fútbol argentino. Acá entendemos lo que dicen y allá no sabía si me decían algo. Yo siempre levantaba el pulgar, ja.
-Siempre a los refuerzos se les pide más, precisamente por llegar para enriquecer a un grupo, y varios vivieron situaciones difíciles.
-No es una situación linda para nadie. Uno llega con la idea de sumar para el grupo. Si se gana la semana es tranquila. Eso no se dio y duele todo lo vivido porque hay una familia detrás que apoya y sufre. No es de buen gusto. Espero que podamos revertirlo.
-Supongo que, como el resto, no podías salir demasiado.
-No, me quedaba en mi casa. No podía llevar a mis hijos a pasear o a comer en familia. Pero bueno, hay que ganar para que Rosario sea una fiesta.
-Todos en el mundo Newell's piensan en los refuerzos. ¿Ustedes también?
-Seguro. El que venga a sumar será bienvenido, pero hasta ahora no se solucionó ese tema. Nosotros estamos convencidos de que tenemos un buen plantel y el Tata nos da la confianza en todo momento.
-El hincha observa que el plantel es el mismo. ¿Qué debe pasar para cambiar?
-Sí, pero jugamos partidos que merecimos ganar y nos faltó suerte. Son rachas, nos tocó una y espero que cambie un poco. Y con la ayuda de Martino podamos sumar de a tres y nos hagamos fuertes de local, algo que nos faltó.
-Está claro que Martino absorberá mucho la presión.
-Sí, pero también nosotros debemos devolverle el entrenador el esfuerzo que hizo para asumir el cargo. Rechazó varias propuestas importantes, confió en este plantel y se lo agradecemos. Espero que le paguemos con triunfos desde el primer momento y todo sea una fiesta.