Cuando el partido invitaba a dormir en la trasnoche del martes, en el entretiempo ingresó Maxi Rodríguez por Scocco y a partir de allí los ojos encontraron alguna motivación para mirar algunos pasajes del partido de Newell’s y Palestino. Es que desde algunos destellos de la Fiera el equipo de Burgos tuvo algo de determinación para avanzar hacia el arco chileno. Y desde allí justificar alguna ventaja. Situaciones provocaron. Y sí. En el final fue Alexis, el primo, quien sacó un remate cruzado y puso el 1 a 0. Y ahora los rojinegros mantienen la ilusión en la Sudamericana.
Newell's desde la Fiera logró construir los merecimientos para conseguir esta victoria clave en Chile. Porque hasta ahí el partido fue monótono. Por momentos ordinario. Porque Newell’s no podía y Palestino no sabía. Los rojinegros eran un catálogo de impotencia. Los chilenos un compendio de carencias. Pero llegó el gol y fue justo por lo hecho en el complemento. Merecido.
Es que Newell’s repitió. Otra vez con tres zagueros y dos laterales. Idéntico esquema. Similar búsqueda. Con volantes internos que no rompían líneas y delanteros que quedaban aislados. Tratando de comprimir un equipo cuando un pelotazo rival a espaldas de los defensores desnudaba la manifiesta lentitud. Y con transiciones lentas y previsibles fue lógico que no se produjeran espacios, más aún cuando los atacantes no desplazaban para generarlos. Entonces nada diferente del otro lado de la cordillera. Lo mismo de siempre.
Un Newell’s chocando contra las limitaciones de una idea única e inflexible. Y ante un rival como Palestino que apenas anteponía sus escasas cualidades.
Resultaba paradójico ver el gesto del Mono Burgos pidiéndole a sus dirigidos jugar comprimido. Porque sin generación en el mediocampo, sin pases entre líneas, sin pases a las proyecciones por los costados no había forma de imponer condiciones.
En el entretiempo Burgos también se repitió. Dispuso cambios masivos. Tres por tres. Mandó a los Rodríguez en lugar de Scocco y Cingolani. Tratando de que Maxi se convirtiera en el conductor y su primo sea más incisivo. Mientras que Calcaterra entró por Sforza en pos de equilibrar la zona media.
Desde allí Newell’s fue con mayor determinación y comenzó a pisar con asiduidad el territorio de Palestino. Y en función de esto sumó a Cacciabue por Llano.
Una infracción a Maxi Rodríguez en la puerta del área el árbitro no la consideró como tal. Y dos remates de Alexis que terminaron en la parte exterior de la red ya eran situaciones de riesgo por lo poco que se había visto antes.
En tanto Palestino exhibía sus limitaciones por diestra y siniestra. A tal punto que Carrasco a los 61’ casi convierte tras tirar un centro que le salió al arco y se fue rozando el ángulo del arco de Aguerre.
Newell’s en la recta final generó varias situaciones pero sistemáticamente las fue terminando mal. Hasta que apareció Alexis, sí, quien muchas veces erró, pero ahora acertó. Golazo. Y así derivó en un resultado tan importante como reparador. Porque ahora comienza a formatear otra esperanza en la Sudamericana.