Newell's liquidó a Vélez con buen juego y los inolvidables goles de Nacho Scocco

Newell's volvió a exhibir ese protagonismo que supo mostrar en toda la primera parte del campeonato y, con una inolvidable actuación de Ignacio Scocco -autor del primer "hat trick" de su carrera con la camiseta leprosa- derrotó por 3 a 0 de manera muy convincente a un Vélez desprolijo y pálido y volvió a sentirse más cómodo en el lote de los de arriba.

Newell's estaba dispuesto a dar la cara y mostrar otra imagen luego del traspié del pasado sábado en Florencio Varela. Y eso quedó demostrado desde el vamos: presión alta, movilidad y la clara intención de ir a discutirle el predominio a Vélez allá, cerca de Assman.

Había avisado Nacho a los 4' con un bombazo entrando en diagonal por izquierda, repitió Amoroso a los 6 cvon un remate fuerte sobre el travesaño.

Pero a los 7', Facundo Quignon se convirtió en el patrón de juego, encaró por el medio ante el retroceso desprolijo del fondo velezano, le puso una pelota entre líneas magistral a Scocco, el delantero desbordó al arquero y definió para el 1 a 0 merecido para los de Osella.

Después del gol, el equipo de Osella trató de controlar el ritmo y Vélez, de la mano de Zabala y apelando a la fuerza de Pavone o las trepadas de Caire, intentó una tibia reacción aunque careció de ideas.

En ese control, la lepra fue perdiendo presencia y le dio demasiados espacios a un poco expresivo equipo de De Felippe. Así, el partido entró en una zona de bajo nivel que sólo se vio sacudida cuando a los 35', Isnaldo robó una pelota en el medio, levantó la cabeza y vio la entrada del afilado Nacho Scocco que esperó a Assman y definió junto al palo derecho del arquero.

Y a los 40' casi llega el tercero cuando Scocco, lo mejor del primer tiempo, armó una gran jugada dentro del área y, al no encontrar el hueco, la cedió a Maxi Rodríguez, pero La Fiera abrió demasiado el pie y se perdió lo que era el tercero del rojinegro.

Newell's empezó a dedicarse a manejar los tiempos del partido, consciente de su seguridad. Para eso se apoyó en la solvencia de Quignon para manejar la pelota en el medio, en el aporte de Isnaldo -hasta que se fue reemplazado por Mansilla-, en la soltura de San Román para trepar por su lateral y en la velocidad de Amoroso.