Hoy es el penúltimo acto del 2019 para Newell’s. Esta tarde-noche los leprosos visitarán al siempre exigente Atlético Tucumán en una parada bravísima por dónde se la mire. Y luego, la última escala será el viernes próximo cuando los rojinegros se trasladen a Avellaneda para enfrentar a Independiente, en el postergado de la segunda fecha. Así será una semana intensa y muy importante desde lo numérico y lo simbólico para determinar en qué condiciones llega el equipo del Parque al receso, sin lo hace con aire y buen funcionamiento o, por el contrario, arriba aturdido y sumido en la incertidumbre de la sombra preocupante de los puestos rezagados del promedio.
Hoy en el Jardín de la República, Newell’s tiene la gran oportunidad de empezar a cerrar el año con cierta calma y un horizonte despejado, pero para ello deberá sacarse de encima a una mosca molesta como es el Decano del Ruso Zielinski. Cada punto vale oro y la disputa y utilización de cada pelota también será crucial.
Los rojinegros deben cortar de cuajo la irregularidad que los persigue desde las últimas cinco presentaciones, en la que hilvanaron cuatro derrotas (Gimnasia, Talleres, Argentinos y River) y apenas un triunfo (Defensa y Justicia). La cosecha tiene que dejar de ser fina y, como al inicio de la temporada, volver a ser gruesa. Lo contrario es sufrir y que la calma mute en nerviosismo.
Newell’s jugará hoy frente a los tucumanos los primeros 90 minutos de los 180 (luego visitará a Independiente) que le restan para licenciar al plantel hasta el inicio de la pretemporada a principios de enero. Y este cierre del juego, tal cual ocurre en el básquet, será determinante para realizar el balance final del primer semestre del ciclo de Frank Kudelka. Porque hasta acá los rojinegros fueron de mayor a menor y en el último tramo el equipo perdió consistencia en el juego y eso arrojó un saldo más que negativo en la recolección de puntos (apenas 3 sobre quince en disputa). Esto ubica a los leprosos sólo por encima de Colón (un punto y un partido más que Newell’s) y de los últimos tres equipos que hoy están perdiendo la categoría.
Kudelka sabe que hay margen de maniobra y que Newell’s tiene material para salir a flote, aunque las respuestas deben aparecer dentro de la cancha y cuanto antes. El DT sigue apostando a un planteo ofensivo (ver página 3) con un mediocampo con un único volante de contención (Julián Fernández) y dos laderos de buen pie como Mauro Formica y Denis Rodríguez, además de tres puntas (Leal, Albertengo y Maxi).
Así buscará torcerle la muñeca al Decano, un rival con oficio y disciplina, que trata de poner permanentemente la pelota en el área rival y que busca copar los rebotes mordiendo en cada sector. De esta telaraña deberá zafar Newell’s para acercase al éxito bajo la luna tucumana.
Encima de visitante a Newell’s todo le cuesta un poco más. Ya que en lo que va de la Superliga sólo superó a Patronato, perdió con Vélez, Talleres y Argentinos e igualó ante Central y Boca.
Los rojinegros necesitan recomponer la línea futbolística y tienen dos estaciones para hacerlo. Porque llegar al receso con la frente alta no es lo mismo que hacerlo con la cabeza gacha. Ni para el técnico, los jugadores y mucho menos los dirigentes que según el escenario deberán reforzar más o menos al equipo.
Desde hoy hay mucho en juego, desde lo numérico y lo simbólico antes de las fiestas de fin de año.