Newell’s llegó a Florencio Varela con un objetivo prioritario. Comenzar a unificar dos caras diametralmente opuestas. Que el equipo empiece a tener de visitante las mismas ínfulas y poder de fuego que ostenta tierra adentro, en el Coloso. Pero poco de eso sucedió, ya que a pesar de haber jugado un primer tiempo parejo y prepotente en su excursión al conurbano bonaerense, luego en el complemento se fue desinflando y se quedó con las manos vacías, envuelto en dudas y hasta lejos en el resultado final, que culminó 2 a o para el práctico Defensa y Justicia de Sebastián Beccacece. Así Newell’s, tras jugar un clásico palo y palo en el Coloso, esta vez volvió a ser un visitante con pies de barro y engrosó más todavía su deuda externa.
Hay que decir que Newell’s salió a jugarle a Defensa de igual a igual e incluso en varios pasajes de la etapa inicial tuvo la iniciativa y merodeó el área de Ezequiel Unsain. Pero falló en la estocada final, como en aquel cabezazo que se fue ancho del grandote Pablo Sabbag. El colombiano saltó a la cancha por Nacho Scocco, que venía de un gran desgaste en el clásico del domingo y Gamboa optó por preservarlo.
Y en el complemento, el rojinegro fue perdiendo intensidad en la presión, falló en el manejo de la pelota y cometió desconcentraciones atrás, que Defensa capitalizó al máximo y le asestó dos puñaladas que lo dejaron en la lona por toda la cuenta.
El partido en el complemento todavía no tenía dueño y ninguno de los dos equipos lograba someter al otro. Pero allí, pasados los diez minutos, durmió Newell’s y fue astuto Defensa.
Los dos goles del halcón de Varela tuvieron su inicio en saques laterales desde la banda derecha (la izquierda leprosa) y en un par de toques el local llegó a posición de gol y doblegó por duplicado la resistencia de Aguerre. Primero pegó con una astilla del mismo palo como Gabriel Hachen y luego estiró la cuenta Francisco Pizzini. Con esas dos jugadas, ambas con la complicidad de desatenciones rojinegras, Defensa se quedó con todo y Newell’s sumó otro duro traspié de visitante.
En el medio de los gritos del halcón, la lepra pudo empatar vía Sabbag, pero el atacante de Barranquilla la quiso picar y le erró al arco tras el pase genial de Nacho Scocco.
Los minutos finales fueron pura impotencia para los de Gamboa, que sintieron que estaban más lejos del resultado que lo que había marcado el trámite del cotejo, pero que por impericia propia la tarde ya no tenía arreglo.
Así, el Newell’s del Negro no logra la regularidad que pretende el propio DT de su equipo. Situación que queda graficada de manera contundente en las campañas contrapuestas que tiene la lepra en casa y afuera del Parque.
Hasta acá en los ocho partidos del torneo, Newell’s sumó 10 puntos sobre 12 unidades que disputó de local y además a los 9 goles que convirtió los hizo todos en el Parque.
Mientras que de visitante la cosecha es pobrísima. Atesoró sólo un empate ante Patronato y cayó con Argentinos, Racing y Defensa, en todos los casos además sin agitar la red ajena.
Es cierto que en Florencio Varela el equipo leproso dispuso de chances de gol y por momentos puso en aprietos al local, pero tampoco le alcanzó para volverse a Rosario al menos con algunas monedas de goles o puntos en el bolsillo.
Así es muy complicado conseguir la regularidad que les permite a los equipos crecer a paso firme. Y en esta doble vida que presenta Newell’s está uno de los problemas que más urgente deberá subsanar Gamboa, para que a su formación no se le haga costumbre convivir con este cortocircuito de estar iluminado en su estadio y apagado cada vez que sale del Coloso.
Newell’s cometió otra vez desatenciones que le costaron seguir con la cabeza gacha de visitante. Y con está lógica de subsistir con la cosecha de local trasladó toda la responsabilidad al lunes con los tucumanos en el Coloso. Allí tendrá que reinventarse otra vez.