Newell’s es un equipo demoledor de contrataque. La astuta alineación del DT Javier Sanguinetti aprovecha las grietas a espaldas de la defensa rival y no perdona. Con la fórmula impiadosa que combina velocidad, precisión y ataque a los espacios vacíos, la lepra anotó cinco de los seis goles que lleva en la Liga Profesional, donde marcha como único líder invicto, con cuatro triunfos y una igualdad, y con apenas un solo gol en contra. Rápido, furioso y efectivo, así es el rojinegro cuando acelera y con un puñado de toques llega al área enemiga. Por ahora no hay defensa que lo pueda contener. Es un peligroso depredador.
En lo que va de la Liga Profesional Newell’s juega con el manual del ataque directo, frontal y vertiginoso. Es un equipo que lastima muchísimo al adversario sin la necesidad de elaborar juego juntando pases para generar espacios. Al contrario, la lepra se repliega, le abre la puerta de su campo al rival, pero luego le quita la pelota y lo manda a la lona con réplicas indomables.
Así Newell’s logró goles a pura velocidad, pases al vacío y definiciones magistrales frente al arquero rival. La realidad es que no le sobran los gritos al equipo de Sanguinetti, pero por ahora con un par de piñas certeras logró tumbar a la mayoría de sus oponentes y en la tabla de posiciones mira a todos desde arriba.
El rojinegro no se pone colorado a la hora de defender cuando el trámite lo impone y abroquelarse contra Ramiro Macagno. Pero además de ser granítico atrás, también es temible cuando acelera. Y allí se explica su liderazgo momentáneo.
La historia leprosa arrancó en Banfield con una victoria por 2 a 1. El primer tanto ante el taladro llegó tras una recuperación de Julián Fernández en la mitad, el pase a Panchito González que cruzó todo el campo rival sobre la derecha y el centro preciso para la entrada goleadora de Juan Manuel García, que resolvió al primer palo. Tres toques y gol.
El segundo tanto frente a Banfield nació en un despeje de cabeza de Campagnaro, una peinada de Fernández y la habilitación notable de Juanchón para la corrida de Ramiro Sordo que definió con categoría. Fueron cuatro pases en esta ocasión para armar el gol.
Tras el empate en cero de la segunda fecha con San Lorenzo llegó la visita a Talleres. Allí recuperó Luciano, trasladó Balzi, pase al medio a Juanchón y apertura para Sordo que no perdonó. Con cuatro toques llegó el tanto para el 1 a 0 en Córdoba.
A continuación, por la cuarta fecha, fue victoria 1 a 0 ante Argentinos en el Coloso. Allí Newell’s golpeó de pelota quieta. Córner de Sordo desde la derecha, peinada de Gustavo Velázquez y entrada furiosa de Willer Ditta por el segundo palo para estirar la red del hipódromo.
Mientras que la última estación del tren leproso fue en La Plata ante Estudiantes. Allí lanzó profundo Juan Sforza para Francisco González, desborde por derecha de Panchito, cortina de Juanchón y golazo de Sordo conectando de cara interna. Tres toques y a cobrar.
Y el último grito, el del 2 a 0 ante el pincha comenzó en la puerta del área rojinegra. Despejó Lema, Fernández la cedió a Sordo que se metió en campo rival y pase a Juanchón quien estiró para la entrada limpia y efectiva de Garro, que estampó el segundo grito en la ciudad de las diagonales. Fueron cinco pases para un gran gol del único líder de la Liga.
Así Newell’s no gana por goleada, pero defiende a cara de perro y cuando acelera y ataca los espacios es impiadoso. Huele sangre y lastima como un depredador.