De ser un ignoto defensor se convirtió en uno de los pilares de la defensa de Central. Si bien su bautismo en el profesionalismo se produjo recién a los 23 años, también hay que resaltar en su foja que el lateral izquierdo pasó a ser de su exclusiva propiedad. De hecho lleva siete encuentros al hilo como titular desde su sorpresiva aparición ante Quilmes. Los últimos meses fueron muy especiales para Lalo. Porque en enero tenía prácticamente el bolso armado para emigrar debido a que no llegaba su hora. Pero decidió quedarse. Un poco porque los dirigentes canallas le comentaron que Pizzi lo iba a tener en cuenta para este crucial semestre, y otro porque en su interior siempre soñó con vivir este presente. El tiempo le terminó dando la razón.
“La verdad es que me pasó todo muy rápido. En los últimos meses soy otro. Creo que todo me está saliendo bien. Y eso me pone feliz porque siempre trabajé y me esforcé para tener un momento así. Más allá de que vengo jugando seguido, sinceramente tomo todo con mucha calma porque sé que todavía debo aprender mucho”, afirmó Gerardo Pérez.
A Lalo le había salido en el verano la chance de partir hacia Venezuela a través del coordinador auriazul, José Pascuttini. Luego aparecieron otras propuestas. Una de Perú y otra de Ecuador. Pero optó por no moverse de Arroyito. “Sentía que si seguía peleándola, iba a tener la chance. Terminé debutando de grande, pero sabía que iba a hacerlo”, destacó el defensor con orgullo.
—¿Pensabas que ibas a debutar de lateral izquierdo?
—No, aunque desde que comenzamos la pretemporada el técnico empezó a ponerme de tres o de cuatro. Cada vez que había un hueco me ponía, entonces cuando surgió la posibilidad de debutar me tocó hacerlo en un puesto que no es mío, pero lo venía conociendo en las prácticas.
—Igual, jugar con el pie cambiado no es cómodo.
—No es que me condiciona, pero tampoco me molesta. Con tal de estar dentro del equipo juego en cualquier puesto.
—¿En qué momento de tu vida te tocó debutar teniendo en cuenta que lo hiciste a los 23 años?
—Estoy en un momento en el que tengo la cabeza puesta de lleno en trabajar duro en cada entrenamiento con el grupo.
—¿Querés decir que si te ponían en el semestre pasado la historia podría haber sido distinta?
—Puede ser porque había muchos nombres importantes antes que yo y no tenía tanta participación. También es verdad que jamás bajé los brazos a la hora de entrenarme. Por ahí eso me ayudó también a estar siempre metido en los picados.
—De ser un jugador desconocido ahora podés pasar a la historia si lográs el ascenso con Central.
—No me mato pensando en eso, pero sé que puedo ser uno de los jugadores que formará parte del grupo devolvió a Central a su lugar pese a que aún falta lograr el objetivo.