Lejos de las ovaciones que tantas veces recibió, Julio Zamora pasó por el Coloso casi sin demasiada repercusión. Presenció el partido de River invitado por el club y se reencontró con Mauricio Pochettino, ex compañero en tiempos gloriosos de Newell’s. El Negro intenta rearmar su vida desde que sufrió dos infartos cerebrales. Económicamente no está bien y espera que el club le dé una mano. El ídolo rojinegro habló de fútbol y aseguró que "Newell’s va a andar mucho mejor, va a salir de esto". Y justificó su opinión. "Si se puede jugar bien contra River, con la jerarquía que tiene, también lo puede hacer contra cualquier otro equipo", dijo.
A Zamora le quedaron secuelas en la visión de los ACV que tuvo. "Veo un poco oscuro. Y la rehabilitación la tuve que dejar de hacer un tiempo porque era cara. Quiero hablar con Nacho Astore (médico de Newell’s), que es una persona amiga para ver si alguien puede ayudarme para la rehabilitación", contó. "El día del partido estuve con Cristian D’Amico (vicepresidente) y me dijo que esta semana nos íbamos a juntar. Mi situación no es la mejor y espero que me den una mano para poner un negocio. Mi esposa es repostera y queremos abrir una repostería", dijo.
¿Qué te pareció el equipo ante River?
Tuvo dos tiempos muy distintos. Uno muy bueno y otro no tan bueno. Pensé que en el segundo tiempo el equipo iba a cambiar las formas, tener un segundo plan para cuidar el resultado, pero no fue así. Ahí es donde River sacó la gran jerarquía que tiene, demostró el gran equipo que es y Newell’s no pudo contrarrestar eso. River no podía por arriba. Newell’s le ganaba todo. Entonces lo que tenía que cuidar era el juego por abajo y eso es lo que no contrarrestó.
Integraste equipos de Newell’s que fueron protagonistas, pero también te tocó jugar con otros que anduvieron comprometidos con el promedio. ¿Ese tema le pesa al futbolista?
Te pesa. Sabés que si hay una equivocación se te viene todo encima. Cuando volví a Newell’s de River (1990) lo hice porque estaba complicado con el descenso. Y cuando regresé de Cruz Azul (1997) también estaba en una situación difícil y terminamos peleando el título con Mario Zanabria. En ese momento me querían dos equipos, Tigres y América de México. Me llamaron Eduardo López y Zanabria. Me dijeron que me necesitaban y dejé todo. La base del equipo de Newell’s eran todos jóvenes. A mí no me importaba que estuviese complicado con el promedio. Me importaba Newell’s. Lo sentía así y por eso me vine.
Eras el futbolistas con más trayectoria de ese equipo y Maxi Rodríguez lo es en el actual, ¿los experimentados son quienes absorben esa presión?
Sí. El peso cae ante todo en el jugador que más años tiene en primera. Cuando llegué acá pensaba en la situación que me tocaba enfrentar. El tema del promedio es lo que todos te preguntan. Pero yo lo tomaba como algo para que me diera más fuerzas, para sentir que no podía fallar. Los jugadores de Newell’s tienen que sentirlo así, sabiendo que no pueden fallarle, a la gente y a la institución. Sé que Newell’s va a andar mucho mejor, va a salir de esto, porque el otro día, más allá de la derrota, hubo un momento en el que jugó muy bien ante un equipo extraordinario. Si se puede jugar bien contra River, con la jerarquía que tiene, también lo puede hacer contra cualquier otro equipo.
¿Hay algún futbolista del actual plantel que resalta más?
Todos tienen que trabajar para el equipo. No puedo decir que uno resalta más que el otro. El tema es que estén todos parejos y no depender de nadie, sino del equipo.
¿En el fútbol argentino no hay otro que se parezca a Zamora, con la inventiva, la pegada, la gambeta?
Es que con el tiempo se fue perdiendo el atrevimiento. Creo que se respeta mucho el esquema. Se piensa mucho más en el resultado que en el juego. Entonces se pierde la inventiva. Ya no hay más gambeteadores que rompan esquemas. Si los hay son muy pocos. Yo era un jugador que escuchaba mucho al entrenador, que hacía caso, pero adentro de la cancha decidía yo. Y eso es lo que está faltando. El atrevimiento. Si tenés un jugador que gambetea, el entrenador lo tiene que incentivar, porque así es que se rompe el esquema del rival.
¿Estabas concurriendo a la cancha?
No, porque estaba afuera del país y hace un tiempito recién que puedo moverme como quiero. A mí me trae muchísima nostalgia ir al Parque, ver a la gente, recuerdo muchísimo cosas. Creo que del último partido que fui pasaron 10 o 15 años.
Es evidente que es una emoción fuerte.
Me cuesta ir a la cancha porque adoro a la gente de Newell’s, quiero todo lo que tenga que ver con Newell’s. Siempre dije que la cancha de Newell’s es como mi casa.
El viernes el club hizo un reconocimiento al cumplirse 30 años de que las inferiores de AFA comenzaron a jugar a nivel nacional. ¿Tenés presente que en 2001 marcaste un récord con la 4ª de AFA ganando todos los partidos?
Sí, lo recuerdo. Fuimos campeones con un equipo extraordinario. De ahí salieron el Tano Vella, Sacripanti, Saucedo...