Eran otros tiempos. Otro escenario. En 1987, por primera vez en su historia, Argentina participó de un Mundial juvenil. Fue ese año en Berlín, Alemania, donde Los Pumitas se consagraron campeones (también por primera vez) del torneo que organizaba en ese entonces la Federación Internacional de Rugby Amateur (Fira) para los M19 y del que participaron los mejores equipos del globo, salvo los del Hemisferio Sur. Entre sus filas hubo dos jugadores rosarinos: Mario Gerosa, de Atlético del Rosario, y Rodrigo Crexell, de Jockey Club, quienes con el tiempo también demostraron su brillo en el seleccionado mayor Los Pumas. Treinta y dos años después, ambos protagonistas revivieron esa experiencia histórica.
A Crexell la convocatoria le llegó tras disputar el Campeonato Sudamericano, que ese año se desarrolló en Mendoza. “Los que habíamos jugado ese torneo teníamos una pequeña ilusión de estar en la lista mundialista”, confesó el medioscrum, que se enteró que viajaba a Berlín a través de la recordada revista Test Match.
El caso de Gerosa fue diferente ya que no había participado del Sudamericano y estaba entrenando con Los Pumas. “Se comentaba que estaba el Mundial juvenil y no entendía cómo no estaba en ese equipo si estaba entrenando con los mayores, independientemente de que si quedaba o no en la lista. Le pregunté a Guastella qué camadas eran las que iban al Mundial porque quería que sepa que tenía edad para ir y cuando me respondió se enteró que una de esas era la mía (la 67). A los quince días dan la lista y me incluyen”, confesó el wing.
¿Qué es lo que más recuerdan de ese Mundial juvenil?
Fue una experiencia muy fuerte. En ese momento teníamos 18 o 19 años, éramos muy chicos y no estábamos acostumbrados a la actividad internacional como pasa hoy en día. Era salir del país, con todo lo que eso implicaba en esa época. En su momento fue un combo fuerte, donde todo era nuevo. Fue como un primer paso en pensar a soñar en lo que podía llegar a ser un seleccionado mayor, de hecho de ese equipo, muchos jugadores terminaron jugando en Los Pumas (N. de la R: Bertranou, Corral o Mesón, por ejemplo). (Mario Gerosa)
¿Y del proceso de selección?
Lo que yo rescato en el tiempo es lo que hizo (Luis) Gradín, el entrenador, al abrir un poco el rugby al interior en la convocatoria. En cantidad, los llamados entre los porteños y del interior fueron muy parejo. Cuando entrenamos en Buenos Aires, un jugador de allá nos recibía y nos hospedaba en su casa. Eso fue lo que más recuerdo de ese proceso previo al Mundial porque eso hizo que el grupo sea más unido y más fuerte. (Rodrigo Crexell)
Del torneo en sí, ¿qué es lo primero que se les viene a la mente?
La dureza que tuvo el torneo, más allá de que no estaban las potencias. Los partidos de la clasificación, ante Portugal y Rumania, fueron muy duros físicamente, pero ellos técnicamente no eran buenos equipos y sabíamos que les podíamos ganar. En semifinales nos cruzamos con Italia, otro partido muy físico que se nos complicó y tuvimos que ir a la definición por penales (fueron ejecutados desde la línea de 22, 4 por equipo). Y la final también fue un partido muy muy parejo con Francia que se que se destrabó en el final. Llegamos al try y cuando parecía que estaba todo definido, antes del final, ellos nos marcan uno pero fallan en la conversión y terminamos ganando 15-14. (Mario Gerosa)
Haciendo un parangón entre las dos épocas, los cambios se hacen más notorios.
Y sí, de aquella época a ahora hubo muchísimos cambios y se nota esa evolución. Nuestra preparación eran partidos dentro del país, hoy son giras por el exterior. Los chicos vienen preparando el torneo desde mucho tiempo antes. Ya sea desde la preparación física, la alimentación y hasta en la parte mental, el rugby cambió muchísimo y eso incluyó también a los juveniles. (Mario Gerosa)
¿Qué piensan de que el Mundial se juegue en Rosario?
Pienso que, de lo que jugamos con Mario a ahora, lo que nosotros jugamos era un partido de ping pong. Lo que evolucionó y cambió está categoría (ahora M20) es increíble. A los mejores jugadores del mundo los vamos a tener por unos días en nuestra ciudad y en Santa Fe. Es una oportunidad única de ver a los futuros cracks que van a tener los distintos seleccionados de acá a un par de meses, algo que ya está pasando. Sin ir más lejos, de las últimas ediciones Marcos Kremer, Santiago Carreras, Lucas Paulos, Mayko Vivas y Lucio Sordoni ya están jugando en Jaguares, e incluso en el caso de Kremer, en Los Pumas. Lo mismo pasa con jugadores neocelandeses, australianos o sudafricanos, que juegan en el M20 y lo toman como una prueba de fuego para lo que es un seleccionado mayor. Los ojos del mundo del rugby van a estar puestos en lo que pase acá del 4 al 22 de junio. (Rodrigo Crexell)
Yo creo que es una buena oportunidad para que los clubes lo aprovechen. Todos los clubes van a tener algún seleccionado entrenando en su casa. Llegan entrenadores de todo el mundo con técnicas nuevas, con cosas nuevas que los clubes podemos aprender y también sacar información. Con el Mundial también se puede aprovechar para captar gente nueva, jugadores que todos los clubes estamos necesitando para hacer este juego más competitivo. También le hace muy bien a la ciudad. (Mario Gerosa)
¿Qué esperan de Los Pumitas?
Creo que están para pelear el campeonato. Habrá que ver que traen las grandes potencias, pero últimamente se ve que cualquier equipo argentino hoy es competitivo y puede pelear de igual a igual con cualquiera. Con este condimento, sumado a que somos locales, me parece que las chances son muchas. (Mario Gerosa)
Para mí este equipo va a estar en el podio. Te lo diría casi con seguridad. Hicieron una muy buena gira por Sudáfrica y eso le dio un plus a todo el equipo. Ganar allá ayudó a hacerse más fuertes de cabeza y afrontar esta Copa del Mundo muy bien del bocho. Acá Los Pumitas son locales y eso ya se nota en los clubes, donde hay una efervescencia tremenda. Esto es algo que no todos los países del mundo pueden tener, por eso espero que toda la ciudad acompañe y podamos demostrar que estamos capacitados para recibir un evento de esta envergadura. (Rodrigo Crexell)