Dos partidos en uno. Y de la cima al ocaso. Lo que parecía que iba a ser una fiesta en el Parque terminó otra vez en desazón. Anoche dio la sensación de que Newell’s tenía todo para aprovecharse de un River golpeado por la increíble final que venía de perder en la Copa Libertadores ante Flamengo, pero lo desaprovechó. Aunque fue una tromba a la hora de capitalizar los horrores defensivos y las dudas en los puestos en los cambios obligados que tuvo que hacer Marcelo Gallardo en el primer tiempo. Luis Leal se convirtió en esa punta de lanza imparable y hambrienta que pintaba para terminar de apretarle la herida a River.
Newell’s se paró con el dibujo de siempre: 4-3-3 y una obligación extra. Correr para no sufrir y no desordenarse. Poner casi necesariamente más que lo habitual. Lo consiguió, y en esa efectividad de aprovechar las falencias ajenas empezó a adelantarse en un terreno de juego que le jugaba de cómplice. Con un par de pases, rápidamente encontraba a Leal, rapidísimo y con unas ganas bárbaras de marcar. La Pantera se comió el primer tiempo y se saboreó con el pésimo partido de Fabrizio Angeleri. Por ahí se generó absolutamente todo lo bueno del local.
Tras unos primeros minutos en los que River quiso imponer condiciones y lauros, apareció Newell’s para hacer pie y empezar a amenazar. A los 10’ Leal sacudió un latigazo al cuerpo de Franco Armani que el arquero le devolvió con un rebote al medio. De nuevo el portugués se jugó un pleno para marcar pero Gonzalo Montiel alcanzó a poner el pie salvador. River intentaba salir tocando, se equivocaba cada vez con más asiduidad.
En medio de las dudas le regaló un córner a la lepra que vino de la izquierda y encontró a Cristian Lema elevándose en las alturas para poner un frentazo infalibe entre la marca de Angeleri y Lucas Martínez Quarta. Iban 31’ cuando el Coloso empezaba a aplaudir de pie. Tres minutos después el imparable Leal se sacó las ganas. Recibió un cambio de frente impecable de Mariano Bíttolo y a toda velocidad esta vez liquidó mano a mano a un Armani que quedó a mitad de camino. De frente a la popular, el morocho se hizo grande. El aire de ese primer tiempo para River fue la zurda de Ignacio Fernández, porque dos minutos después aprovechó un tiro libre de media distancia y le puso una comba espectacular para descontar antes de que la noche se le pusiera más complicada.
Agarrado de esa diferencia que terminó siendo “el precio” que le hizo Newell’s, el millonario cambió la cara. Sobre los 60’ se jugaba en campo de Newell’s, que pareció quedarse sin combustible ante la intensidad del rival. Se fue desinflando de a poco y comenzó a perderlo. El colombiano Juan Fernando Quintero fue el as. El 10 de la zurda mágica pegó la pelota al botín, pero además le dio buena salida, aclaró las ideas y asistió. Hasta probó de tiro libre aunque Alan Aguerre le negó el festejo con una atajada abajo sobre el palo izquierdo.
Así, Rafael Santos Borré encontró el empate cuando River ya era dueño criterioso de la pelota y mandó a la red un centro de Ignacio Scocco, quien rompió la última línea, a los 64’. A los 71’, el propio Scocco clavó un golazo cruzando la pelota y dejando parado a Aguerre. Esa jugada nació de un gran cambio de frente de Juanfer y una asistencia de Nacho Fernández que el Nacho que nació en Newell’s terminó de decorar para dar vuelta un partido.
Sobre el final, ese Newell’s que se desinflaba intentó complicar con pelotas paradas o centros llovidos, quizás uno de los puntos más flojos del equipo de Gallardo. Pero no hizo mucho más ni pasó a mayores. Se terminó yendo cabizbajo, algo que últimamente se le hizo frecuente. Por eso sufre.
Baja de Gentiletti
Newell’s no podrá contar el próximo sábado en Tucumán ante Atlético con Santiago Gentiletti. El zaguero central llegó anoche a la 5ª amarilla, por lo que deberá afrontar una fecha de suspensión.