El candidato es Brasil, pero se trata de un clásico y por ello pierde fuerza esa consideración, más allá de que la semifinal se juegue allá. Las camisetas se respetan en este tipo de partidos y la celeste y blanca tiene su gran peso específico más allá de momentos futbolísticos. Encima, con la 10 está Lionel Messi, el mejor del mundo, al que incluso el entrenador local Tite así lo considera. Así, cuando la pelota empiece a rodar en el Mineirao se verá quién se impone en el juego. Si aparece el Brasil que goleó a Perú, el que impuso jerarquía en el debut con Bolivia o el de los empates en cero con Venezuela y Paraguay, más allá de que mereció vencer. Si el que prevalece es Argentina con la cara que mostró en el 2-0 de cuartos de final sobre Venezuela o el que perdió en la presentación frente a Colombia por ese mismo resultado. El extra: que aparezca Messi en toda su dimensión. La resta: que Leo no pueda elevar su nivel hasta parecerse al de Barcelona.