La ciudad de Bahía Blanca lo vio nacer un día como hoy pero unos cuantos años hacia atrás, el 10 de agosto de 1966. Cuna de basquetbolistas, los vientos de dicha localidad bonaerense lo llevaron a sus primeras prácticas cuanto tenía sólo 5 años de vida y bastaron unos pocos más, específicamente 8, para que debute con los mayores. Su altura siempre fue su principal artífice, pues con sus 2, 06 metros es capaz de frenar y ponerle el pecho a cualquier bala. Y vaya que tuvo que enfrentarlas.
No por nada lo apodan “El loco”, ya que fueron muchas las difíciles situaciones que tuvo que atravesar a lo largo del medio siglo que Montenegro lleva vivido. Pasó por más de 20 clubes de básquet, se hizo lugar en un primer equipo de handball, enfrentó al padre del mismísimo Kobe Bryant, superó su adicción a las drogas, intentó quitarse la vida en dos ocasiones, resurgió y ya de grande se dio el lujo de participar en uno de los realities más famosos de la televisión.
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El duro inicio en el básquet
No muchos pueden decir con soltura que ha cumplido sus sueños, no obstante el Loco ha tenido la suerte de hacer realidad uno de ellos, el de jugar al básquet. Claro que no fue nada fácil, menos siendo un niño de apenas 13 años y en plena dictadura militar, yendo y volviendo de entrenar a la medianoche con las Fuerzas Armadas caminando por las calles. Debutó en el club Leandro N. Alem de su ciudad natal a dicha edad, cuando ya medía más de dos metros.
Más de una oportunidad fue demorado por los militares pero al explicarles que estaba desarrollando su actividad deportiva podía seguir su curso. Más tarde pasó al Club Mitre, del cual es hincha, y a partir de aquel momento no paró de crecer.
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Tenía 15 años cuando fue convocado para jugar el Panamericano de Montevideo con la selección argentina juvenil, con la que alcanzaron el 3° lugar. Luego disputó el Mundial Juvenil de España en 1983 en el cual lograron quedar séptimos. Gracias a esta última actuación es que un día se encontraba en una concentración en el CENARD cuando recibió un llamado telefónico, algo atípico para él. Lo llamaban desde Zaragoza, donde estaría su próximo destino.
Allí se destacó y obtuvo su primera convocatoria para sumarse al equipo mayor del seleccionado argentino de básquet, en 1985, con los Sudamericanos en Medellín a la vuelta de la esquina. Al año siguiente decidió volver a su ciudad natal para jugar en Olimpo de Bahía Blanca, equipo con el cual salió subcampeón de la Liga Nacional de Básquet. Más tarde volvió al exterior y la próxima parada fue Puerto Rico, donde disputó 12 encuentros para los Gigantes de Carolina.
Parada técnica en la NBA
Para los basquetbolistas, llegar a los Estados Unidos es la cumbre de su carrera, es la NBA. Montenegro llegó pero antes pasó por otro torneo en aquel país norteamericano, la NCAA, competencia que tiene algunas diferencias con la competencia organizada por la National Basketball Association como por ejemplo los tiempos de juego. Llegó a la Universidad Estatal de Louisiana, donde estuvo a unos años de diferencia de jugar con Shaquille O’Neal. “Que equipazo hubiéramos armado, eh”, exclamó el Loco cuando le preguntaron sobre aquella oportunidad.
El talento era indudable, no por nada se convirtió en el primer argentino, junto a Jorge González, en ser seleccionado en el draft de la NBA. Fue elegido en tercera ronda, número 57, por los Philadelphia Sixers. Sin embargo, nunca jugó partidos oficiales y en 1989 viajó a Europa para incorporarse en el italiano Annabella Pavia, equipo con el cual disputaban amistosos y llegó a conocer a Jellybean Bryant, padre de Kobe. “No sé si fue mejor que su padre”, dijo Montenegro refiriéndose al exjugador de Los Ángeles Lakers.
Completamente "Loco"
El tiempo en Italia no fue demasiado extenso pero alcanzó para cosechar algunas amistades, algo a lo que Montenegro está muy bien acostumbrado gracias a su personalidad. En el viejo continente tuvo diferencias con los directivos de su equipo y conductas extradeportivas anticiparon su regreso al país, pero esto no fue un problema ya que había un equipo que estaba esperando su llegada y fue Estudiantes de Bahía Blanca, donde quienes lo vieron jugar afirman que fue la mejor performance de todos sus años de carrera. Fue subcampeón de la Liga Nacional de Básquet y participó del equipo que disputó el preolímpico con el cual no se pudieron clasificar a los Juegos de Barcelona 1992.
En ese mismo torneo, equipo que compartía con con otros exponentes del baloncesto argentino como Marcelo Milanesio y el Pichi Campana debieron enfrentarse al Dream Team original que tenía a Michael Jordan a la cabeza. Entre dos de los estadounidenses tuvieron que ponerse de acuerdo para marcar al mismo tiempo a Hernán, una verdadera locura que mezclaba su gran estatura con los movimientos dentro y fuera de la cancha. Estaba loco, y fue así que surgió el apodo con el que se lo conoce en la actualidad.
Hernán 'El Loco' Montenegro vs el Dream Team en Portland 1992
Para los Panamericanos de 1995 que se disputaron en la ciudad de Mar del Plata, la selección era entrenada por Guillermo Vecchio, con quien el Loco tenía ciertas diferencias por lo que decidió no participar de la competencia. La adicción a las drogas también fue un factor determinante, puesto que lo dejó afuera de aquel torneo y además fueron las culpables de que lo suspendieran en un equipo venezolano que estaba jugando unos años antes por ingerir cocaína.
En el mencionado episodio, con mucha frustración dentro suyo recibió un llamado inesperado. Diego Armando Maradona se comunicó con él para brindarle su apoyo en el momento y, sobre todo, su ayuda. "Me llamó a Venezuela, me mandó a buscar”, reveló el Loco en la visita que realizó a "Los Mammones", programa conducido por Jey Mammon. Allí, contó que el Diez envió gente para que lo busquen en Ezeiza, lo invitó a su casa y, de yapa, hasta le pidió una foto.
De regreso a Argentina lo acogieron Independiente de General Pico y Peñarol de Mar del Plata. Entre el 2000 y el 2010 jugó dos veces en Estudiantes de Bahía Blanca, una en Estudiantes de Olavarría, en el Club Atlético Goes de Uruguay, Villa Mitre, Obras y Del Progreso, donde hizo su última presentación como basquetbolista. Sin embargo, para un deportista abandonar lo que hizo toda su vida es difícil, y el Loco le dio una vuelta de tuerca para no alejarse de las canchas e hizo otra apuesta.
Una chance a la 40x20 y el paso por Masterchef Celebrity
Con un día a día acostumbrado al deporte, el retiro no le fue fácil ya que no encontraba actividades para hacer que reemplacen la adrenalina de la competencia. Así fue como en 2015 volvió a las canchas, pero esta vez a la 40x20, sumándose al primer equipo de handball de River Plate. Una gran hazaña para un Loco que llegó a decir: "Cambio toda mi carrera y mis logros deportivos en básquet por ser olímpico en handball con Argentina".
Una vez cerrada la etapa en el mundo del deporte, encontró en su familia el refugio que buscaba y años más tarde se animó a la pantalla chica. No obstante, antes se había presentado en los escenarios de TEDx para brindar una charla sobre el deporte y la vida real. Cuando definitivamente dejó la pelota de lado se animó a la cocina para participar de la segunda edición de Masterchef Celebrity Argentina.
TEDxRosario - Hernan Montenegro - El hombre detrás del deportista
Previamente había tenido una experiencia en la gastronomía, ya que tuvo un pequeño restaurant en Bahía Blanca, pero en el certamen que conduce Santiago Del Moro buscó aprender antes que a ganar. Allí encontró amigos y hasta "hijos" como Alex Cannigia, quien lo había adoptado como su padre en la televisión. También bromeaban sobre una relación entre Montenegro y Claudia Fontán. Un crack que cambió la naranja por las ollas.
Lágrimas de felicidad: la emocionante despedida al Loco Montenegro – MasterChef Argentina 2021
Los pilares del "Loco"
El Loco es una persona que aprendió a vivir, algo que difunde en las charlas que ha dado después de su "vuelta a la fama" tras su paso por el reality. “Si algo no pueden criticarme es que viví la vida”, sentenció en alguna oportunidad. Su infancia fue dura, lo hizo crecer de golpe y sufrió el desarraigo desde chico. Pasó el tiempo y al crecer todo le pasó factura. A los 25 años intentó quitarse la vida ingiriendo cocaína, su cuerpo resistió y siguió viviendo. Más tarde volvió a intentarlo, la bala no salió. El destino eligió por él.
El Loco Montenegro encontró su forma de disfrutar el día a día. Está enfocado en las cosas simples, como en sus hijos y nietos quienes estaban contentos de verlo disfrutar en las cocinas del canal de las pelotitas y se notaba que el exjugador tendía a divertirse para ellos. “Es como volver a jugar para mí”, dijo sobre su incorporación al programa en una nota que dio a Olé.
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En la misma, también confesó dos de los sueños que le quedan pendientes. Uno es viajar a la luna y otro es viajar y vivir con leones en África. “Mi sueño es que me den un beso y acariciarles la melena”, confesó. Nada está perdido, pues nunca es tarde para una persona como Hernán Montenegro para seguir cumpliendo deseos. La vida le ha dado muchas oportunidades, y a sus 55 años no duda en aprovecharlas.