Está en las vísperas de su debut como técnico en el derby rosarino. Ya vivió la máxima fiesta del fútbol local con los pantalones cortos y los botines puestos, pero ahora le toca estar del lado de afuera de la línea de cal y ser el conductor del grupo. Vive las últimas horas previas al duelo con Central con una mezcla de tranquilidad y ansiedad, dos sensaciones que no difieren de lo que se palpita en cada rincón de la ciudad. Sabe que por delante está el cotejo más emblemático que se juega por estos pagos. Alfredo Jesús Berti mantuvo ayer una charla mano a mano Ovación y el único tema que estuvo sobre la mesa fue el tremendo partidazo de mañana.
—¿El clásico debe jugarse más con la cabeza que con el corazón?
—Este partido se juega con el corazón caliente y la mente tranquila.
—¿Que diferencia encontrás respecto a cuando lo jugabas con ser el conductor de grupo?
—Uno cuando lo jugaba era más joven y la expectativa y la ansiedad eran más fuertes por la edad. Ahora trato de estar tranquilo y de trasladarle serenidad a los jugadores.
—¿Se puede disfrutar este partido o por lo que hay en juego el nerviosismo domina todo?
—Uno tiene en estos partidos sensaciones encontradas, por ratos lo disfrutas y en otros estás preocupado. Hay muchas sensaciones. Este es un encuentro muy importante para el fútbol de la ciudad y nosotros estamos con muchas ganas de hacer un gran partido.
—Si viene un japonés y le tenés que resumir qué es el clásico rosarino, ¿qué le decís?
—Que es pasión. Y que la semana anterior y la posterior se vive con enorme intensidad. Son días donde se respira y se transpira fútbol. Se siente fútbol en cualquier lado donde uno transite la ciudad.
—Russo implementó en Central desde lo posicional un esquema similar al que utilizas en Newell's (4-3-3) ¿Esto generará duelos en cada sector de la cancha?
—Creo que será un partido duro y posiblemente haya muchos duelos individuales. Hay que jugar un partido inteligente, sabiendo que hay 95 minutos para sacar un resultado positivo.
—¿Por trascendencia y repercusión este es el partido más importante que te toca dirigir?
—Sin ninguna duda, siempre contra el clásico rival es un partido muy importante.
—¿Hay alguna enseñanza que te hayan dejado los técnicos que tuviste y que ahora la quieras inculcar a tus dirigidos?
—Que al clásico hay que jugarlo a la hora programada y pactada. No se juega el jueves, el viernes, ni el sábado, se juega el domingo a las cuatro de la tarde. Eso es para tratar de controlar la ansiedad y llegar de la mejor manera al pleito.
—¿Qué sentiste en el banderazo del jueves?
—Fue impresionante. Eso habla de la conexión que logró este grupo de muchachos para con la gente.
—¿Es un orgullo dirigirlos?
—Sin ninguna duda. Es un orgullo por la manera de cómo juegan al fútbol y por cómo viven la semana, cómo interactúan entre ellos. Newell's tiene un grupo de muchachos que son muy buenos jugadores, pero por sobre todas las cosas son muy buenas personas.
