Diego Cocca ratificó que le sienta bien medir potencia ante los grandes equipos del fútbol nacional. Lo demostró cuando enfrentó a Boca por la final de la Supercopa Argentina en Mendoza, pese a que el canalla terminó cediendo a la hora de la batalla de los penales luego del empate sin goles. Tuvo otra gran apuesta escénica hace un puñadito de semanas cuando recibió al campeón Racing.
Si bien quedaron a mano desde el resultado, desde el juego el elenco auriazul ganó por goleada. Mientras que la estela del histórico triunfo en la propia casa del campeón de América como es River no hizo más que inyectarle al entrenador de Arroyito un plus a su estrategia a la hora de encarar los grandes desafíos. A este selecto combo hay que sumarle que cuando visitó a San Lorenzo comenzó mojándole la oreja, aunque luego cerró un emotivo 2 a 2.
El hincha de Central continúa mirando de reojo a Cocca. Si bien el técnico se había puesto fecha de vencimiento solito después de la pálida actuación con Estudiantes en La Plata, lo cierto es que las dos victorias en cadena no hicieron más que renovarle el crédito.
Aunque fue el Monumentalazo lo que potenció la táctica empleada por Diego en un abarrotado estadio riverplantense. El equipo no lució desde el juego, es cierto. Tan verdadero como que obligó al dueño de casa a flaquear ante cada embate.
Otro ítems a destacar que el canalla tuvo muchos puntos altos desde las individualidades. Los casos más salientes son los del defensor Miguel Barbieri, el volante Fabián Rinaudo y el arquero Jeremías Ledesma. Un escalón por debajo asomaron el zaguero central Diego Novaretti y el lateral derecho Nahuel Molina.
La estrategia ideada y plasmada prácticamente sin fisuras por el entrenador auriazul dejó pasmado a todo el mundo millonario. Cocca trazó un plan virtualmente perfecto. Esta vez le salió todo redondo. Jugó a no perder y no dejar mover a esta versión ganadora, punzante, dinámica y ofensiva que comanda Marcelo Gallardo.
Pero no es casual que Central se haya plantado con enjundia y personalidad ante la adversidad del Monumental. Ya había dado claras señales de hacerle el aguante a otros pesos pesados de la Superliga como Boca, Racing y San Lorenzo. Incluso se la bancó bastante hasta con el frenético y juvenil Vélez que conduce el Gringo Heinze, más allá de que lo terminó envolviendo al derrota casi sobre el final.
Cocca demostró que le sienta bien medirse ante los clubes de alta gama. Cuando tuvo que disputar la final de la Supecopa Argentina ante Boca en Mendoza, en mayo pasado, puso en escena una alineación a la altura. Y eso que había heredado el plantel tras el fugaz paso del Loncho Ferrari.
Esa noche del pasado 2 de mayo en suelo cuyano el canalla se bancó el arsenal de Boca, aguantó con solidez y firmeza durante todo el partido y forjó la definición desde los penales. La derrota terminó siendo inevitable, pero desde el planteo hubo una marcada precisión conceptual.
Una vez que se inició la actual Superliga, el equipo fue fluctuando. Pero en el inicio del partido en el Nuevo Gasómetro logró ponerse 2 a 0 para sorpresa de propios y extraños. Luego el cuervo terminó nivelando las acciones. Sin embargo, se vio una puesta a punto diferente a lo que venía mostrando.
Luego llegó lo más saliente de este ciclo. Fue ante Racing. El mismo equipo que conduce un conocido de la casa como es el Chacho Coudet. Central hizo un partidazo en el Gigante. Combinó amor propio con carácter y una gran actuación colectiva. Expuso las miserias albicelestes como hacía tiempo no lo hacían. Otra vez Cocca sacaba más que un simple aprobado frente a un grande nacional.
Después fue tiempo de hacerle frente con hidalguía a esta moderna versión de Vélez que tiene como máximo responsable del área técnico a Gabriel Heinze. Los de Arroyito, pese las diferencias de nombres y actualidad, cumplieron un buen rol, pese a que la resultante marca en el tablero que fue derrota por la mínima diferencia casi sobre el epílogo.
Pero la resonante y aún calentita victoria en Núñez contra River potenció a Cocca desde el punto de vista de lo estratétigo. El grueso de los mortales pensaban un triste final ante el actual campeón de América. Central fue de punto al Monumental, eso cae más que de maduro. Incluso era lógico que besara la lona teniendo en cuenta la jerarquía de un plantel y otro.
A la hora de verdad se alejaron los fantasmas y se fue viendo a un canalla ordenado hasta la médula. Mordiendo en cada rincón con alma y vida. La mayoría de los jugadores estaban en modo ganador. Cada cual atendía a su juego con temple de acero y convicción. No se apichonó cuando parecía que River desataba un vendaval sobre el arco custodiado por Ledesma.
Cocca ideó un nuevo plan intachable. Impresionó la osada estrategia. Hizo jugar mal a River. Invocó al error al dueño de casa, que generalmente no suele caer en ninguno de los tentáculos que muestran los rivales de turno. Diego lo hizo de nuevo, más allá de que otra vez fue ante un grande. Eso marca que sabe cómo darle batalla a los peso pesados de la divisional. Resta de ahora en más que lo traslade al resto de los contrincantes.