La despedida del año de Central fue a todas luces frente a Boca y ese partido sirvió para ponerle el moño a una seguidilla de partidos en los que los buenos resultados le tendieron una mano al equipo de Diego Cocca. Pero en el medio del análisis sobre lo que significa realizar una buena campaña debido a la lucha por la permanencia hay un dato elocuente: el canalla llegó al receso, con 16 fechas jugadas, con los mismos puntos con los que finalizó la Superliga pasada. Esto es, en 16 encuentros obtuvo la misma cantidad de unidades que en las 25 del torneo pasado. Una muestra fehaciente sobre el salto de calidad que dio de un torneo a otro, al menos desde el punto de vista de los resultados.
Hay varios torneos que cuentan en el promedio, pero el de la temporada pasada marcó un claro decaimiento en el rendimiento del equipo, que fue el que lo terminó poniendo en zona de turbulencia.
Claro que ese torneo tuvo una particularidad y que fue causa o efecto de los malos resultados. Es que el canalla fue dirigido por tres entrenadores: Edgardo Bauza, Paulo Ferrari y Diego Cocca.
Con todos esos técnicos el equipo pudo ganar sólo seis encuentros, la misma cantidad de triunfos que lleva Cocca en esta Superliga.
Es cierto que la primera etapa del campeonato no fue buena, que los triunfos escasearon bastante y que el despegue se produjo recién en el tramo final del año, a partir del partido contra Godoy Cruz. Pero el detalle significativo de que en apenas 16 partidos ya logró la misma cantidad de puntos que en los 25 de la temporada pasada está ahí.
Obviamente el que más encuentros dirigió en la Superliga 2018/19 fue el Patón Bauza. Bajo su mando el equipo cosechó 21 puntos sobre 60 en disputa (5 victorias, 6 empates y 9 derrotas). Imposible soslayar también el dato de que en el segundo semestre de 2018 ese equipo del Patón Bauza disputó la Copa Argentina que finalmente obtuvo luego de vencer a Gimnasia por penales. En algunos encuentros el DT utilizó un equipo alternativo, aunque no en demasiadas ocasiones.
Lo cierto es que una seguidilla de malos resultados hizo que tuviera que alejarse del cargo, que finalmente tomó Ferrari. Pero el Loncho dirigió tan sólo tres encuentros (2 empates y una derrota). Allí fue el turno de Cocca, con apenas dos partidos en el torneo (un triunfo y una caída).
Ahora, siempre con Cocca al frente del equipo, llegaron los resultados positivos. Está fuera de discusión ese arranque demoledor de las primeras fechas y el estancamiento que exhibió de ahí en más, en el que se dieron nueve partidos son victorias. Es más, tan mal se veía por ese entonces la campaña que el propio Cocca se puso plazo después del traspié contra Estudiantes. Y fue ese momento en el que el equipo reaccionó y se recompuso. Porque obtuvo cuatro victorias (Godoy Cruz, River, Aldosivi y Boca) y un empate (Central Córdoba de Santiago del Estero).
Fueron esos puntos los que no sólo reposicionaron al entrenador, sino que llevaron a Central a un lugar de mucho mayor alivio en el tema promedios y hasta a una posición muchísimo más expectante en lo que hace a la pelea por el título, amén de que hoy muchos lo sientan como lo menos trascendente.
Lo cierto es que este remontada del final puso a este Central en la misma línea del Central en el que los técnicos desfilaron uno tras otro sin obtener buenos dividendos. En apenas 16 fechas, el canalla ya sumó la misma cantidad de puntos que en los 25 partidos de la Superliga pasada y, lo más importante, con mucho recorrido por delante.