La hiena asesina. De cuando en cuando, entre el párrafo de hechos delictuosos se destaca más alguno por lo salvaje e inaudito, y que parece más obra de animales feroces que de seres humanos, pues dejan a éstos muy por debajo de aquellos en cuanto a instintos perversos. La nota horripilante de actualidad tiene como protagonista a la mujer Jerónima F. de González -una "mujer", decimos, cuando más bien deberíamos decir una hiena-, la que tenía a su servicio a la menor Teresa Maidana, a la que golpeaba y maltrataba con frecuencia. Hace pocos días la niña desapareció y por denuncias de los vecinos la policía se puso en busca de su paradero. La González respondía con subterfugios cuando se le preguntaba por la niña. Por fin, en un descampado de los alrededores se encontró el cadáver de Teresa. Su cuerpo presentaba al ojo experto de los facultativos inequívocas señales de haber sido ferozmente apaleada primero, y luego estrangulada. La González fue detenida inmediatamente y aunque en un principio negó toda imputación, tantas fueron las abrumadoras pruebas y tan hábiles los interrogatorios que no tuvo más remedio que confesar su crimen. Ahora los jueces no saben si están en presencia de un chacal con figura de mujer o de un caso espantoso de degeneración. (1908)