Pero ya a partir del 2024 surgieron nuevos emprendimientos como Lock & Key, en una casona de calle Buenos Aires 1415 por tres amigos y ex estudiantes del Instituto Politécnico: Alan Cappello, Lucio Bruno y Leonel Domínguez. “Lo primero fue encontrar una casa que se adecuara a los espacios que necesitábamos cubrir. Fue un trabajo complejo, terminamos consiguiendo una y la reformamos nosotros. Contamos con dos salas de juegos, una es de terror y se llama Emily y la otra es Reactor 4, de ciencia ficción. Pero estamos por abrir una tercera sala que va a ser de aventura”, contó Cappello en diálogo con Negocios y agregó que pueden jugar dos grupos en simultáneo, en una sala cada uno, con turnos que salen $12.900 siendo cinco jugadores, que es el máximo, mientras que el mínimo es de dos jugadores.
Lock and Keys fundadores
Los fundadores de la sala de juegos, Lock & Key, se conocieron estudiando en el Instituto Politécnico.
Foto: gentileza Lock & Key.
En el caso de Puerta Negra, el proyecto fue iniciado por Cecilia Domínguez, Pablo Tamous y Gisela Canegalli, quienes abrieron la propuesta en abril de este año, en un inmueble ubicado en San Lorenzo 1530, donde antes había un hostel. “Arrancamos todo desde cero. El año pasado fuimos con un grupo de amigas a Buenos Aires y nos encantó jugar. Ahí comenzamos a visitar más salas en todo el país y a investigar el sector a fondo hasta que el año pasado encontramos la propiedad para poder abrir nuestra marca y se nos incorporó un tercer socio”, contó Canegalli.
Los fundadores crearon cuatro habitaciones temáticas: La Llorona, basada en la historia sobre el fantasma de una mujer que pasea por las noches lamentándose por la pérdida de sus hijos; Hospital, que es un sanatorio donde pasan cosas siniestras; Murano, por la historia de la envenenadora Yiya Murano y la última: Cautivos, que está hecha en un sótano y trata sobre un secuestrador. “Tenemos una base de tres personas por grupo que pagan un total de $50 mil y después se si se suman otras personas abonan $11 mil más cada una, pudiendo ser ocho como máximo”, explicó la emprendedora.
En Rosario también hay un local de la famosa franquicia Escape Room, sobre calle Italia 557, que inauguró este año, con tres salas temáticas disponibles ambientadas, una en un laboratorio, otra en un refugio de montaña y la tercera en un barco pirata, cada una con diferentes niveles de dificultad. El ingreso es de dos personas mínimo y hasta ocho como máximo y los valores varían dependiendo la cantidad de gente. En parejas, por ejemplo, el precio es de $20 mil por persona, en grupos de tres a cuatro individuos baja a $18 mil y si son más de cinco queda en $15 mil cada uno.
“Son juegos de lógica, ingenio, trabajo en equipo y comunicación, dónde un equipo va a tener que lograr escapar en 60 minutos. Dentro de la sala se van a encontrar con llaves, candados, acertijos, enigmas y rompecabezas que tendrán que resolver para poder escapar y no trabajamos con terror ni con dar miedo, la adrenalina está en ir resolviendo los diferentes enigmas”, contaron los franquiciados de la marca, que fue fundada a principios del año 2016, por Ron Oomen, holandés residente en Argentina, con un primer local en Bariloche.
Escape Room
Las distintas salas de escape que conforman la propuesta de la franquicia Escape Room.
Foto: gentileza Escape Room.
Costos de inversión
Hasta el momento, aparecen dos caminos para abrir una sala de juegos en Rosario: emprender con un proyecto propio o franquiciar de la mano de una empresa con trayectoria. La opción de crear una sala de juegos desde cero permite diseñar una propuesta original y exclusiva, donde todo el proceso, tanto el diseño de juegos, como la ambientación, el trato con los proveedores y el armado de la propuesta queda a cargo de los inversores. Desde un punto de vista comercial, esta modalidad ofrece un mayor margen de ganancia ya que todo lo recaudado desde un inicio queda en manos inversoras, sin tener que rendir porcentajes a un tercero que, en general, son entre un 10% y un 20% de las regalías.
Los emprendedores de Lock & Key se encargaron de reformar el inmueble que habían alquilado y hacer el montaje de los juegos y componentes que equipan cada una de las salas. Eso hizo que la inversión inicial fuera, en sus palabras, más baja que los valores que pedía el mercado por abrir una franquicia. Además, el hecho de ser egresados del Politécnico les dio conocimientos de electrónica para encargase de partes más complejas como el cableado de cada juego y la programación.
“Absolutamente todo lo hicimos nosotros: desde las partes de electrónica y los códigos de los juegos, hasta lo que es ambientación, los muebles, todo lo que son las terminales del reactor, la pintura, los botones. Todo está ideado y puesto por nosotros y eso nos permitió abaratar costos. Según lo que averiguamos, una franquicia valía alrededor de u$s 80 mil y nuestro costo de inversión fue más o menos la mitad, unos u$s 40 mil. Si hubiésemos necesitado personas externas para montar todas las salas creo que se hubiese encarecido, incluso por encima del precio de una franquicia”, contó Cappello.
Por su parte Canegalli señaló que tuvieron que poner a punto la propiedad y si bien las cuatro salas fueron ideas propias, recurrieron a ayuda externa para el diseño de los juegos y para armar y decorar cada sala, con una inversión un poco más alta. “Todas las ganancias que juntamos en estos meses abiertos los estamos reinvirtiendo en la planta alta de la casa, donde tenemos dos salas más en desarrollo y una tercera que estamos diseñando y que va a ofrecer una experiencia inmersiva”, explicó la fundadora.
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El equipo detrás de la sala de escape Puerta Negra, ubicada en calle San Lorenzo al 1500 en un inmueble donde antes funcionaba un hostel.
Foto: gentileza Puerta Negra.
De acuerdo con operadores del sector, las franquicias presentan precios variados, aunque una inversión inicial parte de los u$s 60 mil en marcas como, por ejemplo, Juegos Mentales, que está presente en Buenos Aires. El valor que se bona incluye dos juegos completos, con toda la parte documental, planos, mecánica, electrónica, decoraciones y montaje. Según un relevamiento realizado por Negocios, una franquicia de Escape Room pide una inversión inicial de u$s 60 mil donde se incluye el fee de ingreso a la marca, pero la inversión total para montar cinco salas de juegos es de u$s 120 mil.
El trabajo con las áreas de RRHH de las empresas
Tanto en el caso de Lock & Key como en el de Puerta Negra, los socios detallaron que trabajan con el segmento corporativo. Los primeros, se asociaron con la Fundación Recursos Humanos en Red para organizar eventos que generan dinámicas para fomentar el liderazgo, la resolución de tareas en tiempo limitado y otras actividades que replican desafíos similares a las que se enfrentan en el entorno laboral.
Cada evento incluye, una charla introductoria sobre los objetivos y el funcionamiento de las salas, ejercicios prácticos y un espacio de reflexión para evaluar resultados. Además, los tres amigos acercan a la empresa un extra que es la elaboración de un análisis FODA de cada empleado, donde se evalúa el perfil profesional y las características de cada uno y es elaborado por especialistas de la fundación. Entre sus clientes figuran: General Motors, Jacycec y Micro Parque Industrial.
Desde Puerta Negra también trabajan con empresas brindando desayunos, sesiones de coaching y el uso de salas especialmente acondicionadas para fomentar el trabajo en equipo. El servicio tiene un valor aproximado de $750 mil pesos para grupos de hasta veinte empleados y cerca de la mitad para grupos de diez personas. A su vez, incorporaron al espacio una línea de merchandising que incluye gorras, tazas y remeras y, si bien las ventas no son muy altas, representan un pequeño aporte a la ganancia general, menos del 10% de los ingresos.
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Foto: gentileza Puerta Negra.
Cumpleaños y celebraciones
Durante el año pasado el Concejo Municipal aprobó una nueva ordenanza para regular las salas de juegos, derogando la antigua normativa que databa del año 1979 y estableciendo dos nuevas categorías. Una es la A, que fija la regulación de establecimientos de este tipo destinados a público infantil y acompañantes, sin venta de alcohol, con frente vidriado y superficie mínima de 100 m². La categoría B regula espacios dirigidos principalmente a un público adulto, permitiendo el expendio de comidas y/o bebidas, como actividad accesoria a la de sala de juegos.
Justamente, la posibilidad de vender comida y bebidas se vuelve una modalidad rentable para los dueños de estos lugares con la realización de eventos especiales y el alquiler de las salas para cumpleaños u otro tipo de festejos. En Lock & Key, un evento para veinte personas puede costar entre $300 mil y $400 mil, dependiendo cuántas si se juega en las dos salas o en una sola. “El perfil de clientes es variado: a partir de los 8 años pueden entrar, y tuvimos cumpleaños de gente de 60 años. También hacemos eventos privados donde le reservamos al cliente el local entero, con coordinación, comida a cargo de Mamina y servicio de mozos que corre por nuestra cuenta.
Para Canegalli, la posibilidad de trabajar eventos de este tipo es una fuente importante de ingresos para Puerta Negra. Según contó, tienen una opción especial para cumpleaños, con un espacio reservado y separado de la recepción general. El paquete parte desde los $500 mil para grupos de diez personas e incluye bebida, torta y dos salas para jugar por grupo, con coordinación incluida y otras actividades para niños de alrededor de diez años. También armaron una recepción, tipo living, donde los viernes y sábados por la noche reciben grupos que van a jugar y durante la espera o cuando terminan les ofrecen servicio de bar con expendio de bebidas como cerveza, gaseosas y tragos. Además, el objetivo a mediano plazo es consolidar el local actual y luego explorar otras opciones con vistas a una futura franquicia.