Por Jorgelina Hiba
La profundización de modelos agrícolas químico dependientes es objeto de análisis en casi todos los países de desarrollo agroindustrial. El glifosato, el herbicida más utilizado en el mundo, se ha convertido en los últimos años en el emblema de los daños socioambientales de un modelo "que pasó de la rotación de cultivos a la rotación de herbicidas".
Así lo sintetizó el biólogo francés Nicolas Defarge, investigador en el Instituto Federal de Tecnología (ETH) de Zurich (Suiza), quien lleva años trabajando sobre los efectos de la alteración endócrina que generan los pesticidas en mamíferos.
"El 20 por ciento de la fórmula del Roundup de Monsanto (ahora Bayer) corresponde a aditivos no estudiados más peligrosos que el mismo glifosato" dijo el experto, para agregar que el 99,9 por ciento de los organismos genéticamente modificados tienen pesticidas "a pesar de que nos vendieron a los transgenicos como las semillas que no iban a precisar agroquimicos".
La semana pasada el científico brindó una charla abierta al público en el Concejo de Rosario por iniciativa de la concejala Norma López, quien también lo postuló como visitante distinguido de la ciudad "por sus trabajos e investigaciones sobre el impacto de los agrotóxicos en la salud y el ambiente".
Estudios crónicos. Defarge forma parte del equipo del Criigen (Comité de Investigación e Información Independientes sobre Ingeniería Genética), una institución que hizo en los últimos años estudios crónicos sobre los efectos en mamíferos de una formulación de Roundup, famoso herbicida a base de glifosato utilizado en todo el mundo.
Durante dos años trabajaron con ratas de laboratorio que tomaban agua con muy bajas dosis de herbicida en niveles incluso autorizados para consumo humano: "hicimos 5 publicaciones sobre eso y encontramos daños tanto en el hígado como en los riñones de las ratas anlñaizadas" dijo el científico, que agregó que además las ratas hembras tuvieron una enfermedad conocida como "el hígado graso" comparable al efecto que produce la ingesta prolongada de alcohol.
"Lo grave es que encontramos todo eso en ratas que tomaban agua con niveles de Roundup permitidos en el agua potable que sale de la canilla" explicó.
En los últimos 15 años de trabajo los equipos de investigadores de los que participa Defarge publicaron una veintena de artículos sobre el Roundup, lo que tuvo como consecuencia que tanto en Francia en particular como en Europa en general se prohibieran alrededor de 130 fórmulas de ese agroquímico al haber demostrado que poseen coadyuvantes con una alta toxicidad.
El problema —según señaló el especialista—, es que en Argentina muchas de esas formulaciones todavía se utilizan. "Creo que la excepción es Rosario donde ya me enteré que se prohibió la utilización del glifosato dentro de la ciudad. Los felicito por eso" dijo.
Defarge señaló que además de glifosato en Argentina se utilizan otros agroquímicos peligrosos como el 2,4D, la glifosina de amoníaco y el Dicamba, productos que "llegan hasta Europa en los granos que luego van a comer las vacas y los cerdos". "Es llamativo que estos pesticidas que están prohibidos en Europa igual llegen como comida para animales con la autorizacion de las agencias de sanidad europeas" advirtió.
Más ciencia
¿Cómo hacer para que los gobiernos y los ciudadanos tomen medidas y exigan mayor información sobre los efectos potenciales de los agroquímicos sobre la salud y el ambiente? Para Defarge hay una sola respuesta posible: exigir más ciencia.
"Falta ciencia para saber qué pasa con los pesticidas, explicar qué hacen los pesticidas y los herbicidas" argumentó el científico, quien graficó esta necesidad con un ejemplo práctico: "ningún pesticida fue evaluado de manera crónica, solo se toma el ingrediente activo como el glifosato pero no se toma el Roundup, si no sólo su ingrediente activo".
Según Defarge, existe una deficiencia de base en las organizaciones encargadas de autorizar (o no) la salida y comercialización de los agroquímicos: las regulaciones y autorizaciones para el uso de pesticidas se basan en evaluaciones realizadas solo sobre los ingredientes activos de las formulaciones.
"La mayoría de los pesticidas que se venden en el mercado nunca fueron testeados por sus efectos crónicos en mamíferos. Nosotros hemos hecho el único estudio que existe que investiga estos efectos tomando como base de estudio al pesticida, solo a su ingrediente activo declarado" señaló el experto".
Esto constituye un problema ya que —subrayó— "en el Roundup no sólo hay glifosato sino también coadyuvantes que pueden ser interruptores endócrinos, insluso encontramos altos niveles de metales pesados y arsénicos, plomo, cobalto y níquel.
El biólogo argumentó que en Europa se han hallado niveles significativos de glifosato en los hígados de los bovinos "porque a las vacas se las alimenta con granos que vienen desde Brasil y Argentina".
"El glifosato se usa tanto que los encontramos en casi todos lados: en el agua de la canilla, en la pasta, en el pan y en la cerveza. Y esto no sólo porque los animales europeos comen granos modificados genéticamente, sino también porque el Roundup se usa para desmalezar antes de sembrar".
Contaminación
Defarge comentó que la cantidad de glifosato autorizada en el agua y en los alimentos es hasta 1000 veces más elevada que la de otros pesticidas, algo originado "en evaluaciones mal hechas de los niveles permitidos de glifosato".
La utilización generalizada e indiscriminada de ese agroquímico entró en zona de turbulencias a partir de 2015, cuando fue clasificado como probable cancerígeno por la agencia especializada en cáncer de la Organziación Mundial de la Salud (OMS) dependiente de Naciones Unidas.
Este año la presión sobre la ex Monsato (hoy Bayer) se intensificó después que a mediados de año se conociera una sentencia de la justicia de California contra la multinacional por no haber informado correctamente los probables efectos secundarios del glifosato que enfermaron gravemente a un jardinero que durante años usó ese producto de forma cotidiana.
"En France un agricultor también le ganó un juicio a Monsanto. Pienso y espero que si todas las victimas de pesticias empeizan a actuar en la justicia las compañias tendrán grandes perdidas, y entonces tal vez podamos emnpezar a pensar que hay que cambiar el modelo agricola. en europa la gente no quiere ogms,
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