Un chico de 15 años montando a caballo y el cuerpo de otro adolescente cerca de allí, asesinado con un tiro en el cuello sobre el asfalto, componen la escena que el viernes de la semana pasada encontró la policía a la vera de la autopista a Buenos Aires, a la altura de Alvear, tras recibir una denuncia por el robo de caballos en la zona de Arroyo Seco. Un hombre que circulaba en un Chevrolet Corsa a la par del animal fue detenido entonces e imputado por el crimen del chico de 16 años. Lo acusaron de haberlo baleado para recuperar el animal con ayuda de sus familiares.
Ese fue el planteo de la fiscal Georgina Pairola, de la Unidad de Violencias Altamente Lesivas, al imputar a Eduardo C., de 47 años, como autor del crimen de Thiago Benítez, un chico de 16 años que vivía en barrio Las Flores. En una audiencia realizada el viernes pasado en el Centro de Justicia Penal ante el juez Rodrigo Santana, C. quedó en prisión preventiva por un plazo que vencerá el 28 de agosto próximo. Fue imputado como presunto autor de un homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por la participación de un menor de edad, además de la portación ilegal de un arma.
El crimen se presentó al comienzo como un caso confuso y con cuatro detenidos, de los cuales sólo C. llegó a la instancia de una imputación. El cuerpo del adolescente fue hallado por la policía la madrugada del viernes 31 de mayo pasado de manera azarosa, luego de que los tres ocupantes de una camioneta Mitsubishi L200 denunciaran que les habían robado tres caballos en Arroyo Seco y que los sospechosos se dirigían hacia la zona de Alvear.
Policías del Comando Radioeléctrico se trasladaron hacia el puente que atraviesa la autopista a Buenos Aires en jurisdicción de Alvear y allí encontraron a un muchacho montando a caballo, un chico de 15 años que quedó detenido. A la par circulaba un Chevrolet Corsa al mando de Eduardo C., quien también fue apresado.
En medio de ese procedimiento y mientras ambos eran identificados, según se indicó entonces, en un sector cercano a menos de cien metros encontraron a un joven tendido sobre el suelo y ensangrentado. Estaba boca abajo sobre el asfalto y ya había muerto.
Ante el hallazgo, los policías resolvieron detener además a los ocupantes de la camioneta que les habían avisado del robo de los caballos. Al requisarlos encontraron el cargador de una pistola calibre 22 entre las ropas de uno de ellos.
En una secuencia que al principio no estaba clara, un remís Chevrolet Aveo apareció en la escena con cinco ocupantes, quienes dijeron ser conocidos del hombre de 47 años que iba en el Corsa. Todos quedaron demorados, aunque con el correr de las horas la fiscal dispuso que sólo quedaran detenidos los tres adultos apresados en primer término y el menor de edad.
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Si bien en principio se indicó que el adolescente fallecido había sido alcanzado por dos disparos, la autopsia realizada en el Instituto Médico Legal constató que se trató de un solo tiro: un balazo que ingresó por la base del cuello del lado izquierdo y salió por la axila del lado derecho, con una trayectoria de arriba hacia abajo. Luego el chico fallecido fue identificado como Thiago Benítez, oriundo de Las Flores.
La sospecha inicial de los investigadores fue que el ataque habría sido una represalia por el robo del animal al que los agresores lograron recuperar. Luego de una semana de acopiar y analizar pruebas —entre las que requirió pericias criminalísticas y registros de cámaras— la fiscal confirmó esa línea.
Así, según la reconstrucción del caso, alrededor de la 1.30 del viernes el imputado fue informado del robo de al menos un caballo de su propiedad, por lo que salió a buscarlo acompañado por un familiar de 15 años y otra persona aún no identificada en su auto Chevrolet Corsa.
Al llegar a la autopista a Buenos Aires y la ruta A012, según Pairola, encontró a Thiago Benítez montado en el caballo. En ese momento bajó del vehículo, apoyó un arma de fuego en el costado izquierdo del cuello del joven y efectuó el disparo letal. Luego el adolescente que lo acompañaba montó el animal recuperado y C. volvió a subir a su auto. A unos setenta metros del lugar donde ocurrió el crimen fue frenado por los policías para su identificación y quedó detenido.
En tanto, la tercera persona que iba en el auto logró escapar del lugar a bordo del Corsa, que fue secuestrado la tarde siguiente en un allanamiento en calle Ipe al 6500 de Rosario.