En esta ciudad, desde el 9 de marzo "todo el año es Ouvrard" aunque muchos rosarinos no lo sepan. Sí, Luis Agustín Ouvrard (1899-1988), maestro de la pintura rosarina del siglo XX, el de las "mini vaquitas", los cardos en flor y la naturaleza muerta en medio del campo; el amigo de Berni y con una obra de su talla y otros grandes y reconocidos internacionalmente como Lucio Fontana, pero menos valorado, cuenta desde este año con una muestra anual en la galería local Iván Rosado y con la primera individual en Buenos Aires: galería Calvaresi, de De Defensa 1136 (CABA).
"Desde principios de este año trabajamos en la iniciativa de una exposición anual que convive a su vez con las más breves que suceden en la editorial. En esta ocasión el elegido es Luis Agustín Ouvrard con la muestra 'Ouvrard todo el año' que es posible gracias al trabajo sostenido durante mucho tiempo con sus nietos, quienes conservan buena parte de su obra. De esta manera, las más de veinte piezas seleccionadas provienen del acervo familiar", dicen desde Iván Rosado. Y a ese patrimonio hay que sumar 30 obras que se exponen en Buenos Aires.
Junto a la exposición que cuenta con la colaboración en montaje y curaduría de Federico Cantini, se ofrece un folio que con el correr del año irá nutriéndose de diversos materiales: textos, dibujos y facsímiles de catálogos. Hay un texto titulado "Campos magnéticos", de Valeria López Muñoz.
En ese texto emotivo se habla de las "mini vaquitas" de Ouvrad y de una carta de verano que le escribe a la pintora Ada Tvarkos, desde Cosquín en el año 1952. Le cuenta sobre las pinturas que hizo y las que piensa hacer con el motivo que le entusiasmaba tanto: la acequia.
El artista le dice a Tvarkos que quiere pintar esa acequia con algunos patos blancos como la nieve y le pide a ella que no se ría de los patos blancos, que “el tema es cursi, romántico y qué se yo”, pero eso es lo que quiere hacer.
A su vez y también sobre Ouvrard, transcurre en Buenos Aires la primera muestra individual del artista en la capital del país. “En el camino” se llama. Está integrada por una serie de óleos y pasteles realizados entre los años 60 y 80, y está curada por Mónica Castagnotto y Carlos Herrera.
Un muchacho de "Nexus"
Hijo de inmigrantes del Périgord, antigua provincia del sudoeste de Francia, Ouvrad nació y murió en Rosario. Estudió en la academia de Fernando Gaspary y en el Ateneo Popular de Rosario, una institución gratuita que funcionaba en los altos del Mercado Central, donde se relacionó con otros jóvenes artistas. Integró el grupo Nexus junto a Alfredo Guido, Manuel Musto, Lucio Fontana, Antonio Berni y Augusto Schiavoni. Y en 1941 participó de la fundación de la Escuela Provincial de Artes Plásticas, en la que se desempeñó como profesor de la cátedra de color.
Pero antes de eso ya había trabajado como ayudante en la Santería Parpagnoli y al poco tiempo, con su hermano Camilo, instaló un taller de escultura y restauración de piezas religiosas en la casa familiar. También realizó muñecas de yeso y terracota y las restauraba.
Toda esa historia y más se puede leer en el libro "Pinturas y dibujos de 1916 a 1986" que editó Iván Rosado, que habilita la muestra los días jueves de 16 a 19, pero hay que escribir a ivanrosadx@gmail.com para ingresar.
Ouvrad en Buenos Aires
Esta primera exposición individual en Buenos Aires se enmarca en el proyecto de la galería Calvaresi de ir rescatando figuras de maestros y grandes creadores que no tuvieron hasta ahora su merecido lugar en la historiografía del arte argentino.
Ouvrard fue pintor, escultor, restaurador, gremialista y profesor. Estudió sistemáticamente poco tiempo por lo que se consideraba autodidacta
Fue reconocido por sus pares como un artista "excepcional", pero su llegada al público fue lenta. Su primera muestra individual fue en 1969 a los 70 años de edad, cuando tenía 51 años como artista y una carrera consolidada en el campo del arte rosarino.
La mayoría de las obras presentadas no fueron expuestas en la retrospectiva que se le dedicó en 1980 en el Museo Municipal de Bellas Artes de Rosario Juan B. Castagnino ni en la otra gran exhibición de 2016 donde se expusieron 130 obras del pintor bajo el título Ouvrard. La llave de los sueños, curada por Juan Manuel Alonso, Mónica Castagnotto y Maximiliano Masuelli.
Ouvrard comenzó trabajando con óleo, y luego, en los años setenta se volcó al pastel, materiales utilizados en su oficio de restaurador: “hacía un primer planteo con el pastel, luego lo barnizaba con soplete -porque el pincel se llevaría el pastel- y volvía a pintar sobre la superficie barnizada. Realizaba este procedimiento varias veces hasta encontrar el resultado deseado”, explica Castagnotto.
“Frecuentaba las barrancas frente al río Paraná emulando a sus amados pintores impresionistas”, dice la curadora que cita las palabras del artista: “influido por ellos me he preocupado por las variaciones infinitas del color, ir diluyendo un color para pasar a otro evitando el plano. También como Monet, Sisley, Pisarro que salían temprano a ver la bruma, nosotros nos encontrábamos en la barranca para pintar el paisaje al amanecer”.
"En el camino" se puede visitar hasta el 16 de mayo de 2023 en Calvaresi. De martes a viernes, de 12 a 18 y sábados y domingos de 13 a 18, con entrada gratuita.