Fue un año complicado en la escuela isleña Marcos Sastre, ubicada a pocos minutos en lancha del centro de Rosario. A los daños que dejó la creciente del verano pasado y a las dificultades diarias que significa trabajar en un contexto de carencias sociales históricas, se sumó en los últimos días un problema inesperado: buena parte de la vegetación que rodea el perímetro de la construcción comenzó a secarse de forma repentina, tanto los árboles como arbustos e incluso anchas franjas de pasto.
Según sospechan Rubén Ferreyra y Julieta Tripi, el director/ maestro y la docente de nivel inicial que todos los días cruzan en lancha para enseñarles a la veintena de chicos que viven en la isla El Espinillo, la repentina pérdida de vegetación está asociada con la fumigación de algún tipo de producto químico.
"Hace una semana se empezó a secar todo de manera muy rápida, por lo que pensamos que han estado tirando químicos en los últimos 15 días", denunció Ferreyra, quien aseguró estar "muy enojado y preocupado" por la situación ya que además de afectar a las plantas, ese tipo de productos puede poner en riesgo la salud de los más chicos.
"Quiero expresar el profundo enojo que siento con esto ya que los chicos quedan expuestos a productos tóxicos", manifestó, para agregar que es necesario que a la brevedad "se pongan en marcha mecanismos de control para que esto no vuelva a suceder".
El maestro, que oficia de director y único docente del nivel primario, explicó que intentó realizar la denuncia en la comisaría del Charigüé pero que le resultó imposible comunicarse.
Uno de las dificultades de la escuela es el limbo legal en el cuál muchas veces queda ubicada, ya que si bien las islas son entrerrianas esa parcela en particular quedó bajo jurisdicción santafesina, un combo que muchas veces no ayuda a la hora de resolver cuestiones urgentes.
"No podemos quedar a expensas de un loco que venga y fumigue todo, en esta área viven casi 100 personas y buena parte de esta población son criaturas", agregó.
Una de las vecinas de la escuela, Carla Garate, afirmó que cerca de su casa (ubicada a unos 200 metros del establecimiento educativo) también empezaron a secarse algunos árboles y a aparecer manchones de pasto amarillos.
Problemas respiratorios
Según su relato, uno de sus hijos presentó problemas respiratorios y sangrado de nariz en la última semana, algo que si bien suele pasarle se intensificó por la presencia de olores extraños.
Al recorrer el lugar, aparece vegetación seca sobre todo en las zonas linderas de los ranchos, así como en otros sectores donde se observan grandes manchones de pasto seco y amarillo que contrasta con el exuberante verde de la isla.
"llama la atención el ensañamiento contra la escuela, cuyos laterales rodeados de plantas están marchitos y secos"
Mientras que para algunos vecinos esto puede estar asociado a algún tipo de fumigación aérea de la zona, para otros se trata de aplicaciones específicas para "despejar" la zona de pastos altos y liberarla" de la presencia de bichos o víboras.
De todas formas, llama la atención el ensañamiento contra la escuela, cuyos laterales (casi completamente rodeados de plantas tipo bananos y algunas moreras) aparecen hoy marchitados y secos.
Otro reclamo
El maestro también reclamó que de forma urgente se alambre el contorno de la isla (que tiene una superficie de unas 10 hectáreas), ya que no es raro que ingresen animales de cría que pueden tener comportamientos agresivos hacia las personas.
"Hace cinco años que pedimos que alambren el predio porque hay muchos terneros, vacas y toros dando vueltas", puntualizó.
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Una plaza de juegos para chicos.
Foto: Silvina Salinas / La Capital
Rescatando una buena noticia
Pese al panorama que se ha descripto en la zona, donde repentinamente se secó parte de la vegetación del lugar y se teme que productos químicos pongan en riesgo la salud de los chicos, no todas son malas noticias en el territorio isleño, también hay veces ocurren gratos hechos que son dignos de ser destacados.
El pasado sábado, el grupo Piratas Pescadores realizó una acción solidaria en la escuela, ya que montaron una plaza con juegos para disfrute de los más chiquitos.
Así se colocaron un tobogán, un subibaja, hamacas, calesita y dos arcos de fútbol. Los juegos llegaron para completar el patio de la Marcos Sastre, que hasta ahora solamente tenía un arenero.
El grupo Piratas Pescadores es una iniciativa de un conjunto de amigos que desde el año 2013 realizan misiones solidarias en las escuelas ubicadas en el acuífero del río Paraná.