"La mayoría de las víctimas (de la última dictadura militar) eran jóvenes, los represores también eran jóvenes, los fiscales que los investigaron no pasaban los 30 años. La juventud puede hacer diferentes cosas, yo espero que ustedes hagan algo buenísimo por el futuro del país", les dijo este martes el exfiscal del llamado Juicio a las Juntas, Luis Moreno Ocampo, a un grupo de estudiantes secundarios reunidos en la explanada del Museo de la Memoria. Las juventudes, la democracia y los conflictos del presente fueron los temas entre los que transcurrió el debate que dejó una invitación: que los adolescentes produzcan contenidos sobre derechos humanos para difundir en Tik Tok.
Pese a ser una mañana gris y al paro de los docentes universitarios, la explanada del museo de Córdoba y Moreno se colmó de alumnos secundarios con tantas ganas de escuchar, como de hablar. Algunos, la mayor cercanía que habían tenido con el Juicio a las Juntas era la película "Argentina. 1985", de Santiago Mitre, donde Peter Lanzani interpreta a Moreno Ocampo.
Antes de la charla, en el museo de proyectó parte del filme. Quizás por eso, la presencia de ese hombre delgado, de cabello blanco y vestido de jean y zapatillas fue recibida con entusiasmo. También, cuando recordó que por primera vez eran los fiscales ("chicos apenas un poco más grandes que ustedes", les dijo) se encargaron de instruir la causa, recibir a las víctimas y buscar las pruebas de los delitos cometidos por la última dictadura militar.
"Los defensores nunca pensaron que podríamos conseguir tal cantidad de evidencia en tan poco tiempo, por eso la sorpresa que se refleja en la película cuando llegamos al juicio con una carretilla llena de documentos", contó el abogado y habló de la "fascinación" que le produjo ser convocado por Julio César Strassera para desarrollar la acusación. "Nuestra obsesión era encontrar las pruebas. Estábamos obsesivamente dedicados a eso, fueron seis días extraordinarios, teníamos a los máximos comandantes sentaditos frente a nosotros. Para mí fue un honor", aseguró y despertó el primer aplauso.
Memoria para el presente
Pero el encuentro pasó lejos de una clase magistral o de un compendio de anécdotas que rodearon al juicio desarrollado bajo la presidencia de Raúl Alfonsín. Moreno Ocampo parecía más cómodo escuchando el relato de los estudiantes.
Por eso, casi al mismo tiempo contestaba y preguntaba. "Me interesa saber cómo los chicos de 17 años ven este tema. Me gustaría saber que significaría para ustedes que les prohibieran leer un libro, que la policía los lleve presos, los mate y haga desparecer el cadáver. Son cosas que pasaban en esa épica y ya no pueden pasar. Y me interesa, también, qué cosas sí están pasando, porque esos son los temas nuevos sobre los que tenemos que seguir trabajando. Porque no se trata sólo de recordar el pasado, sino de usar ese conocimiento para entender el futuro", les propuso.
Las intervenciones de los adolescentes no tardaron en llegar. Una estudiante quiso saber qué sentía Moreno Ocampo frente a la oposición de su familia de que participara de los juicios, otras comentaron las dificultades que tienen cuando caminan por el bulevar Oroño u otras zonas de la ciudad "y la policía nos para para pedirnos documentos y tomar nuestros datos", otros recordaron la suerte corrida el año pasado por un grupo de alumnos de la Escuela Gurruchaga, finalmente otro le preguntó que le parecía que el presidente Javier Milei discutiera el número de desaparecidos de la última dictadura militar. Casualidades del destino, mientas eso sucedía, empezaba a circular la noticia de un operativo policial en la escuela Madres de Plaza de Mayo.
Todos encontraron respuestas. "La familia de mi mamá eran todos militares, ella asistía a misa y comulgaba con Videla y estaba en contra del juicio, nunca la pude convencer. Pero no me importaba, ahí aprendí que no importa si te aplauden o te critican, que teníamos que hacer lo que teníamos que hacer y hacerlo bien. Nada más", devolvió Moreno Ocampo y escuchó el relato de los chicos y los invitó a reflejarlos en contenidos para TikTok. "Hay cosas que pueden pasar y cosas que no pueden pasar más. Cuenten sus historias", propuso.
Y reflexionó sobre los últimos presidentes y sus discursos sobre la última dictadura. "Los presidentes tiene que hacer una cosa difícil que es mantener poder. Alfonsín tenía mucha ambición de poder y una profunda convicción democrática, y pudo juntar ambas cosas. Menem, Kirchner y Milei también concentran poder y cada uno lo articuló con un discurso para su público. Lo que me parece satisfactorio de todo esto es que el "Nunca Más" se convirtió en una piedra fundamental de todos y también me parece que siempre podemos elegir un nuevo presidente".
El Juicio a las Juntas cumplirá este año 40 años. Empezó el 22 de abril de 1985 y finalizó el 9 de diciembre con la lectura del fallo transmitido por radio y televisión. A lo largo de 17 semanas de audiencia se expusieron 709 casos de violaciones a los derechos humanos y se logró demostrar que el terrorismo de Estado fue un plan sistemático. Las audiencias fueron orales y públicas contra los nueve miembros de las tres primeras Juntas, desde 1976 hasta 1982.
Moreno Ocampo fue el fiscal adjunto del proceso judicial y lideró la investigación que demostró las responsabilidades de los comandantes militares por el accionar de sus tropas.
Derechos Humanos y Tik Tok
Para el director del Museo de la Memoria, Lucas Massuco, el encuentro del ex fiscal con estudiantes secundarios tuvo como objetivo "poner en diálogo a las generaciones que vivieron la última dictadura cívico-militar y las que ayudaron al juzgamiento de sus crímenes con aquellas que han nacido en democracia. Que cada una conozca de la otra sus historias, temores y anhelos".
Con esos cruces, agregó, "es que desde el Museo de la Memoria proponemos construir futuro: articulando pasado y presente desde los sitios de memoria". El encuentro "fue el puntapié perfecto para nuestra agenda conmemorativa del 40 aniversario del Juicio a las Juntas. Continuaremos con una intervención especial en el mural "Justicia Perseguirás" en septiembre, la inauguración de una muestra transitoria construida a partir de los archivos del Juicio que conserva Argra (Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina) en octubre y finalizaremos en noviembre con una charla especial sobre el futuro de los procesos de justicia en nuestro país".
El sentido de esta agenda, apuntó, es presentar el Juicio a las Juntas no como un evento cerrado y monumental del pasado, sino como un proceso vivo, una "sentencia inacabada" cuyo eco y significado se siguen construyendo hoy. En ese contexto se incluyó la convocatoria lanzada ayer por Moreno Ocampo: que los estudiantes secundarios produzcan videos de TikTok donde se puedan poner en cruce estos temas.
Distinción en la UNR
El conversatorio con estudiantes secundarios fue una de las actividades que Moreno Ocampo desplegó en Rosario. Esta tarde, la Universidad Nacional de Rosario le entregará el título de Doctor Honoris Causa. La ceremonia será en el Espacio Cultural Universitario (ECU) donde desarrollará una clase abierta titulada "2025 Justicia en la Argentina y en el mundo". La propuesta de la distinción fue presentada por la Cátedra Armenia - Centro de Estudios Armenios de la UNR.
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Tras su participación en el Juicio a las Juntas, un año después Moreno Ocampo intervino en el juicio al general Camps y personal de la policía de la provincia de Buenos Aires.
Como fiscal de la Cámara Federal desde 1987 participó de la causa contra los comandantes militares de la Guerra de Malvinas y contra los líderes de la última rebelión militar realizada en 1990, liderada por Mohamed Seineldín.
Durante la década del 90 inició un estudio de abogados en Buenos Aires con Hugo Wortmann Jofre, organizando programas de control de corrupción de compañías de servicios públicos como Telecom, Edenor, Gas y el Correo Argentino.
En 2003 fue elegido por 78 países como el primer fiscal general de la Corte Penal Internacional. Tuvo que crear una oficina que no tenía precedentes para hacer permanente el legado de Nüremberg. Analizó crímenes cometidos en 17 países distintos, incluyendo Afganistán, Irak, Israel/Palestina, Colombia y Uganda.