Mientras durante la Semana de la Dulzura _promovida por las grandes compañías de alimentos más importantes del país_ se incentiva a la población a comprar y regalar chocolates, alfajores y otras golosinas como un símbolo de amor y amistad, en la Semana de la No Dulzura, que finaliza este sábado, los profesionales vinculados a la nutrición proponen que la gente tome conciencia sobre la cantidad de alimentos que se consumen a diario que tienen una carga excesiva de azúcar, lo que lleva a que cada persona supere largamente las cantidades diarias establecida por la OMS como parámetro de una alimentación balanceada y saludable.
Uno de los problemas es que el azúcar está "oculta" en muchas de las comidas diarias e incluso está presente, de manera poco saludable, en productos que se suponen beneficiosos. "Un yogur (entero) tiene más azúcar que la que debemos consumir en todo un día", ejemplificó Verónica Franceschini, presidenta del Colegio de Licenciados en Nutrición de Rosario.
Y no es que no se deba comer yogur, explicó, sino que para tener una dieta equilibrada y saludable "hay que ser conscientes de que si lo comemos no podemos agregar además jugos, galletitas, pan envasados y alimentos ultraprocesados en la misma jornada porque estamos cargando a nuestro organismo de azúcar con todas las consecuencias que eso tiene".
Los profesionales relacionados con la nutrición hacen esta cruzada basándose en las cifras alarmantes de sobrepeso y obesidad que tiene la Argentina. Y particularmente en lo que está ocurriendo con los chicos.
El Programa Nacional de Salud Escolar (también basado en un estudio de 2019) mostró un incremento del sobrepeso en chicos en edad escolar del 21 al 26,6%, la obesidad trepó del 15,5% al 22,7% y una investigación del Cesni (Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil) reflejó que uno de cada tres menores tiene sobrepeso, según mencionó la licenciada en nutrición Marilina Borrás.
De cada 10 argentinos adultos 7 tienen sobrepeso u obesidad "y esos son datos de encuestas nacionales prepandemia", dijo la presidenta del Colegio y advirtió que está demostrado que "durante la epidemia de Covid mucha más gente subió de peso y muchos entraron en obesidad".
"Trampas" dulces
Argentina tiene "un problema serio -apuntó Franceschini- La gran cantidad de azúcar añadido que tienen los alimentos. Algo de lo que no somos conscientes".
¿Por qué no hay registro de lo que se está consumiendo? "Porque en los rótulos de los alimentos el azúcar está nombrada de 56 maneras diferentes y el consumidor no lo sabe. Hoy es casi imposible que una persona identifique qué trae cada alimento", señaló la licenciada en nutrición.
"Esto está permitido porque la legislación vigente no obliga a declarar la cantidad de azúcares, uno de los nutrientes denominados críticos. Este es uno de los tantos motivos por los que impulsamos el proyecto de Ley de Promoción de la Alimentación Saludable, conocido como Ley de Etiquetado Frontal, que busca que cada alimento que supere las cantidades saludables de grasas saturadas, grasas totales, azúcares y sal lleve un octógono negro, bien visible que advierta sobre esa situación", expresó.
La recomendación de la OMS para un adulto sano es que no ingiera más de 6 cucharadas de azúcar por día porque el consumo excesivo "genera distintos tipos de enfermedades", puntualizó la profesional.
"Actualmente hay cada vez más niños y niñas con diabetes tipo 2, una enfermedad que antes padecían solo los adultos mayores luego de una larga vida de mala alimentación", enfatizó.
"Los yogures de primeras marcas, por ejemplo, tienen en un solo pote 8 cucharadas de azúcar y nadie dudaría de un alimento tan noble, sin embargo tiene más azúcar que el consumo máximo recomendado. Hay que pensar entonces la cantidad de azúcar de más que consumimos sin darnos cuenta", reflexionó.
Por eso, dijo, resulta fundamental que las personas "se enteren de que los argentinos nos morimos a causa de la mala alimentación que trae tantas enfermedades severas. Las enfermedades no transmisibles como la diabetes, la obesidad, la hipertensión, distintos tipos de cáncer e incluso enfermedades respiratorias generan 640 fallecimientos por día en el país (según datos oficiales de 2019)".
Volver a la cocina
Marilina Borrás comentó que es importante "retomar hábitos saludables como cocinar, elegir alimentos como frutas y verduras de la verdulería, carne comprada en la carnicería, panificados en porciones apropiadas pero adquiridos en una panadería, no empaquetados".
Todo lo ultraprocesado (lo que viene envasado y casi no necesita ninguna manipulación para ser consumido, como los alfajores, los cereales para desayunar o merendar, las barritas, las galletitas, el pan de molde, el ketchup, las gaseosas, los jugos, los postrecitos) tienen "una gran cantidad de aditivos, entre ello el azúcar", apuntaron las nutricionistas.
25 gramos de placer
Borrás comentó que es "fundamental regular las porciones", por eso, a mis pacientes les doy un tip muy simple y que da resultado: "Comer algún producto que pese 25 gramos o menos y que contenga azúcar".
Y ofreció algunos ejemplos: un marroc o un chocolatín de los que suelen venir en las sorpresitas de los cumples de los chicos. No mucho más: Un solo alfajor también supera la cantidad de azúcar establecida para el consumo diario por la OMS, lo mismo que dos vasos de gaseosas.
"Tengo pacientes que logran mejorar sus hábitos, que cambian el modo de alimentarse pero no bajan de peso porque siguen tomando litros de mates con azúcar, y están tan acostumbrados que no registran ese azúcar agregado", señaló y apuntó que si se desea comer algo dulce se pueden "elegir frutas porque es posible consumir tres frutas medianas al día y no pasarse de la cantidad de azúcar aceptable". Una manzana, una banana y una naranja, por ejemplo, se pueden incluir en una misma jornada sin problemas.
Reaprender a comer
La nutricionista dijo que más allá de ciertas recomendaciones puntuales sobre los alimentos "lo que se necesitan son cambios de conducta, reaprender a relacionarse con los alimentos, desacostumbrar el paladar a lo salado o a lo azucarado y eso no significa pasar hambre, porque como digo siempre, las deudas de hambre se pagan con comida. La propuesta no es vivir a dieta sino aprender a comer, a disfrutar de la comida y tener una conducta que nos lleve a un peso aceptable, razonable de acuerdo a la edad y las características físicas de cada persona".
Para lograrlo, "la reeducación es la clave y también lo es la educación alimentaria en los más chiquitos. No debemos compensarlos con comida por los logros o taparles con comida la boca si lloran o darles dulces para que se calmen, porque así, desde bebés, les estamos enseñando a tapar con comida las emociones", concluyó Borrás.