Uno de los primeros proyectos a retomar en el ámbito de seguridad pública por el gobierno de Maximiliano Pullaro, que asume este domingo, es el de recomponer el servicio policial en base a las comisarías distritales o las estaciones policiales. Se trata de un esquema en el que el gobernador electo trabajó e intentó imponer en la etapa en que fue ministro de Seguridad.
El criterio de las estaciones policiales pasa por reemplazar la estructura de comisarías por destacamentos robustos que en el caso de Rosario son uno por cada centro de distrito. El plan del gobierno entrante es retomar las seis estaciones en Rosario y tres en la ciudad de Santa Fe. En esas estaciones se definen todas las actividades en materia de planificación operativa y atención a la ciudadanía. Los empleados policiales allí estarán liberados de tareas administrativas, de cuidado de detenidos o de registrar denuncias.
La acción de las comisarías distritales es esencialmente operativa. Esta se define en base a la información criminal que a partir de los llamados al 911 llegan a la central operativa o de cómputos de la fuerza policial.
Hacia el final de la gestión de Pullaro como ministro de Seguridad en 2019 en Rosario casi un 40 por ciento de las comisarías habían sido cerrada de manera definitiva en tanto que algunas absorbieron actividades de otras que salieron de servicio. Ese cese se realizó en base a un diagnóstico realizado por Eduardo Estévez, un especialista en inteligencia criminal que había trabajado con el exministro de Seguridad bonaerense León Arslanián. El trabajo de Estévez relevó hacia 2015 la actividad de las comisarías de Rosario y tuvo un dictamen lapidario. Los tres servicios o funciones que debía prestar no eran ofrecidos o ya no debían prestarse allí: tomar denuncias, asignar móviles ante incidentes en su jurisdicción y alojar a quienes eran arrestados.
En Rosario efectivamente esos servicios eran en extremo deficientes, en especial la toma de denuncias. Las comisarías disuadían a los vecinos, a veces con pretextos pueriles, de realizarlas. Y nunca mandaban móviles a las incidencias o emergencias denunciadas por teléfono. Eso se fue reemplazando con las prestaciones del 911 y con los centros territoriales de denuncias. Pero el cierre de comisarías fue precipitado y sin una población suficientemente informada sobre esos cambios. Eso produjo confusiones en los usuarios que se tradujo en mala respuesta a sus demandas y pérdidas de tiempo. El gobierno de Omar Perotti, con fuertes críticas, las fue reabriendo.
En ese sentido, lo admiten funcionarios del gobierno entrante, la medida fue contraproducente. Un claro error. Pero eso no quiere decir que efectivamente las comisarías vuelvan a dar ese servicio como unidades de orden público pensadas una por barrio o hayan sido eficaces en la última década en sus prestaciones. La idea es que ya no definen movimientos de patrullas ni toman denuncias por lo que no son requeridas.
Las seis estaciones policiales o comisarías distritales en Rosario tenían al terminar la gestión de gobierno de Miguel Lifschitz distintos desarrollos de su plan de edificación. Estaba terminada a nivel edilicio en 2019 la de Sabatini y Salvat en barrio Acindar. El gobierno de Perotti decidió no continuar con ese plan desde el primer día de su gestión. Y en abril de 2021 el gobernador saliente instaló allí el Centro de Operaciones Policiales de Rosario (COP), dentro del predio compuesto por cuatro edificios, donde puso a funcionar la Central de Emergencias 911, el Centro de Videovigilancia o monitoreo y un Centro Territorial de Denuncias.
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El gobernador Perotti en la estación sudoeste, el Centro de Operaciones Policiales, en 2021. "Será para producir análisis criminal, planificar operaciones y evaluar el desempeño de agentes", anunció.
Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
La nueva gestión de Seguridad cree que eso desaprovechó el proyecto arquitectónico con el que fue concebido el lugar ya que esa sería la estación policial sudoeste.
El plan de comisarías por distrito indicaba que las estaciones policiales tendrían ámbitos de atención al público las 24 horas con boxes de denuncia donde además habría afectado personal civil. En un segundo ámbito se desplegaría un bloque de operatividad en el que los policías cuentan con vestuario y armero. También allí funcionaría un auditorio llamado Academia donde en cada turno se les imparten a los policías las órdenes de servicio.
Por cada estación policial habrá un denominado “punto de ingreso”, un espacio de recepción y registro de los procedimientos policiales, a donde llegan las personas detenidas. Allí también tendrá lugar la Fiscalía, la Defensoría y personal médico.
Esto es lo que la gestión del ministerio de Seguridad que estará a cargo de Pablo Cococcioni se propone relanzar. También en la ciudad de Santa Fe con tres estaciones policiales y ya hay tratativas para solicitar un lugar específico para establecer la primera. En Rosario, según lo anunciado a este diario, se afectará la sudoeste y se seguirá por la construcción de la sur.