Una fuerte polémica se desató en la Universidad Nacional de Rosario (UNR) por un mural pintado sin autorización en La Siberia para homenajear a Micaela García, víctima de un reciente femicidio que conmocionó al país. La intervención artística la hicieron el miércoles en un paredón de un edificio de la Ciudad Universitaria Rosario (CUR) un grupo de estudiantes de Ciencia Política y de Psicología, pese a que las autoridades no habían avalado el proyecto.
A través de un mensaje telefónico, el responsable de la Secretaría de Infraestructura Universitaria les advirtió a los alumnos que no podían pintar la pared y los hizo responsables de la movida. Tanto que los estudiantes ahora creen que los podrían sancionar con un sumario interno.
En diálogo con La Capital, Federico Botti, presidente electo del Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internaciones de la UNR, contó cómo surgió la iniciativa y las gestiones efectuadas ante las autoridades.
"A raíz del terrible femicidio de Micaela García, junto a las agrupaciones que acabamos de ganar la conducción del Centro de Estudiantes de Política, como el Alde, Santiago Pampillón, la Casullo y el Movimiento Evita, decidimos hacer una jornada especial de debate y una intervención artística", declaró.
Botti, estudiante de Comunicación Social, agregó: "Buscamos generar impacto en la comunidad educativa sobre la necesidad de reflexionar sobre la problemática de los femicidios, que según datos oficiales se produce uno cada 18 horas en el país".
Luego se avanzó con las actividades previstas: un mural en la garita de resguardo patrimonial de la CUR, que se encuentra apenas se ingresa a la Siberia, a la derecha.
"El lunes pasado fuimos al Rectorado pero no quisieron recibirnos la nota donde pedíamos autorización para hacer la jornada. Al final recepcionaron la nota un día después. Allí dejamos constancia que nos hacíamos cargo de la actividad e incluso dejamos nuestros datos y números de teléfono", relató.
Sin embargo la autorización nunca llegó. Como los estudiantes resolvieron avanzar igual, autoridades de la UNR se comunicaron con los organizadores del evento para reiterarles que no podían hacerlo.
Llamada "intimidatoria"
Botti difundió a este diario un mensaje de voz que le dejó en su casilla del celular "Eduardo Floriani, que es el coordinador del área CUR de la Secretaría de Infraestructura Universitaria".
Allí el funcionario advierte: "Creo que quedó claro, no están autorizados a pintar ningún mural (sin que) el proyecto antes sea aprobado. ¿Estamos? Te hago a vos responsable si eso no se cumple".
Luego continúa: "Entiendo lo de la desaparición de esta chica Micaela, pero sean conscientes también que desaparece un montón de gente todos los días, chicos, mujeres y ancianos".
"Entonces —siguió—hagamos una cosa racional, la Universidad se maneja por sus instituciones y sus órganos de gobierno, el Consejo Superior. Respetemos eso por favor te lo pido y espero hagas cumplir lo que te estamos pidiendo desde la Universidad".
Para Botti, "el mensaje que nos mandó Floriani es intimidatorio y da la impresión que deja abierta la puerta a sanciones, a un sumario interno. Esa opción sería un error, pero esperamos cualquier cosa de la actual conducción del Rectorado".
Desde la UNR apuntaron que "desde hace seis años se acordó con los estudiantes que para toda intervención sobre espacios comunes debe pedirse autorización con 48 horas de anticipación".
Al respecto, destacaron que en la oportunidad la solicitud fue ingresada "a menos de 24 horas de concretarse. El pedido era para hacer un festival, con sonido y un mural y no se llegó a autorizar".
En ese sentido apuntaron que hubo varias llamados telefónicos desde la Universidad para explicar a los alumnos que no se llegaba con los tiempos para analizar y autorizar el evento. Uno de ellos fue el que se divulgó pero hubo varios más que fueron desoídos".
Según Botti, las autoridades de la Universidad "pusieron bajo la lupa una intervención artística sobre una problemática muy acuciante pero no dicen nada sobre otras cuestiones que hacen a los derechos de género".
Sobre ese asunto recordó iniciativas presentadas por las agrupaciones que ahora conducirán el Centro de Estudiantes de Ciencia Política "como el proyecto de guarderías infantiles para que las madres que quieran estudiar puedan dejar a sus hijos en un espacio institucional, o los protocolos de acción ante denuncias de violencia de género".
Botti defendió la intervención artística más allá de los permisos. "Somos parte de la universidad pública, que debe estar al servicio de la sociedad que es la que la sostiene con sus impuestos, que debe aportar ideas y conocimientos para debatir una mejor sociedad y hacerse cargo de los conflictos que nos atraviesan con madurez", sumó el dirigente estudiantil de la agrupación Alde.