El gobernador Miguel Lifschitz se mostró esperanzado ayer de que mañana "se llegará a un acuerdo" por el regreso de las tropas federales a la provincia. Un día después de haber formulado una fuerte denuncia de "intentos desestabilizadores" en Santa Fe, el mandatario se mostró distendido junto al ministro del Interior, Rogelio Frigerio, en un acto que compartieron en Rufino (ver página ...).
En esa localidad, el gobernador se mostró ayer reacio a formular declaraciones a la prensa y aseguró que probablemente los dichos de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en las que aseguraba que "Santa Fe no se compromete a depurar la policía" o que hay "funcionarios con conductas esquivas ante el narcotráfico". obedezcan a "expresiones que a veces se salen de contexto".
Un día después de sus fuertes denuncias, el gobernador se mostró distendido junto a Frigerio. No obstante, las escasas palabras de Lifschitz en Rufino fueron de manual y en función a no seguir tensando las relaciones con el gobierno nacional. Por eso no asombró que no formulará declaraciones rimbombantes contra el gobierno nacional o puntualmente contra Bullrich.
En el palco se vio a un gobernador tranquilo y relajado y al ministro Frigerio que, con un guiño "discursivo" contemplador, le agradeció la recepción en Santa Fe. "Gracias por recibirnos en esta provincia", dijo Frigerio mientras su mirada cómplice se depositaba en la humanidad de Lifschitz.
No hubo una sola chicana desde el palco entre Frigerio y el gobernador santafesino. Por el contrario, parecían dos dirigentes que coincidían en torno al futuro santafesino. Incluso el propio gobernador aseguró que se podrán llevar adelante las obras requeridas por los santafesinos, como la autovía Rosario-Rufino entre la provincia y la Nación. "Seguramente en 2017 comenzarán las obras", dijo desde el púlpito. Todo fueron sonrisas y miradas de aceptación. Atrás había quedado un día de fuertes denuncias y tonos crispados.
Lifschitz y Frigerio parecieron firmar la paz en Rufino, a tan sólo 48 horas de que el gobernador se vea las caras con el presidente de la Nación.
La reunión será clave para definir el regreso de las tropas federales a la provincia, un reclamo que tomó fuerza tras las masivas marchas en Rosario y la capital provincial exigiendo seguridad y justicia.
Esas manifestaciones populares alteraron las agendas políticas y legislativas, y generaron roces entre Nación y provincia.